El sueño…
el sueño es el hermano de la muerte.
Así que túmbate bajo este esqueleto en la frialdad de la tumba.
Permite que el abrazo de sus muertos brazos
te mantenga totalmente a salvo y dormido.
Enterrado en un sueño…
silenciosamente….
Para siempre bajo tierra




Mitología Egipcia




El mito de la creación según los egipcios.

De acuerdo con el relato egipcio de la creación, al principio sólo existía el océano. Entonces Ra, el sol, surgió de un huevo (una flor, en algunas versiones) que apareció sobre la superficie del agua, que era lo único que existía en ese entonces. Ra dio a luz cuatro niños, los dioses Shu y Geb y las diosas Tefnet y Nut. Shu y Tefnet, que eran hermanos e hijos de Ra, dieron origen a la atmósfera. Ellos fueron ayudados por Geb, que posteriormente se convirtió en la tierra, y elevaron a Nut, su otra hermana , que se convirtió en el cielo. Ra regía todas las cosas.

Geb y Nut después tuvieron dos hijos, Set y Osiris, y dos hijas, Isis y Neftis. Osiris reemplazó a su padre, Ra ,como rey de la tierra, ayudado por Isis, su esposa y hermana. Set, sin embargo, odiaba a su hermano, Osiris, al cual posteriormente la quita la vida. Isis entonces embalsamó el cuerpo de su esposo, Osiris, con la ayuda del dios Anubis, que se convirtió así en el dios del embalsamamiento. Los poderosos hechizos de Isis resucitaron a Osiris, su hermano y esposo , quien llegó a ser rey del mundo inferior, la tierra de los muertos. Horus, hijo de Osiris e Isis, derrotó posteriormente a Set, el cual le había quitado la vida a su padre , Osiris , en una gran batalla convirtiéndose en él rey de la tierra.

Libros Egipcios del Mas Alla

Textos de las Pirámides


Los Textos de las Pirámides constituyen la más antigua colección egipcia conocida de encantamientos, siendo la base de muchos de los textos y concepciones religiosas y teológicas del antiguo Egipto. Inscritos en las Pirámides y con al finalidad de ayudar al rey difunto en su viaje hacia el Más Allá, se conoce por primera vez en la Pirámide de Unas, siendo las más conocidas ésta, y los inscritos en las Pirámides de Unas y Pepi I en Saqqara.

Textos de los Ataúdes (o Textos de los Sarcófagos)

Colección de conjuros mágicos o encantamientos religiosos basados fundamentalmente en los Textos de las Pirámides. Surgen a finales del Imperio Antiguo, como consecuencia de la "democratización" de la muerte y se generalizan hasta llegar a su máximo apogeo en el Imperio Medio.

Libro del Amduat (o Libro de la Duat)

Significa "Aquéllo que está en el Inframundo", aunque los egipcios lo llamaron "El Libro de la Cámara Secreta". Es la obra más antigua que conocemos que detalle el viaje del sol por el mundo subterráneo, con sus doce divisiones, las doce horas de la noche, renaciendo al amanecer y tras vencer todos los peligros con los que se enfrenta en su viaje, en forma de Jepri. De este libro se inscribieron copias completas en las cámaras funerarias de Tutmosis III y Amenhotep II.

Letanía de Ra

Su origen se encuentra en la XVIII Dinastía. Esta Letanía, dividida en dos partes, aclama al dios Ra bajo 75 formas diferentes y alaba al rey en su unión con el dios solar y otras deidades. Aparece por primera vez inscrita en los pilares de la Cámara Funeraria de Tutmosis III.


Libro de las Puertas



Datada a finales de la XVIII Dinastía, según algunos académicos, esta obra fue inscrita en las primeras salas de pilares y en las cámaras funerarias de la mayor parte de las tumbas de fecha posterior. El nombre de la composición hace referencia a las doce puertas que dividen las horas de la noche. Las versiones más completas las encontramos en el sarcófago de Seti I y en la tumba de Ramses VI.

Libro de los Muertos



Llamado por los egipcios "El Libro de la Aparición del Día", es una colección de conjuros o encantamientos, la mayoría de ellos derivados de los Textos de los Ataúdes (Textos de los Sarcófagos) y de los Textos de las Pirámides.Usadas primero por los civiles, es decir, en personajes fuera del ámbito de la realeza, posteriormente se verán en varias tumbas ramesidas del Valle de los Reyes. No es uno de los Libros funerarios de mayor importancia.


Libro de las Cavernas

En esta obra teológica, el mundo subterráneo es concebido como una serie de cavernas por encima de las cuales pasa el dios sol. El texto se concibe fundamentalmente como plegarias a Osiris. El tema central son las recompensas y castigos de que se será objeto en la otra vida y en la destrucción final de los enemigos de Ra. Para que el rey muerto pueda llegar al Más Allá debe conocer el nombre de las serpientes y ser capaz de identificar a los dioses que guardan las puertas. En la tumba de Ramses VI hay una versión íntegra de este Libro.


Libro de los Cielos

Datados a finales del Imperio Nuevo, estos textos describen el paso del sol por los cielos. Los tres más conocidos son el "Libro del Día", el "Libro de la Noche" y el Libro de la Vaca Celeste". Los dos primeros junto con el "Libro de Nut", son los mejor documentados.

El "Libro de la Noche" documenta el viaje del sol por el interior de la diosa Nut. el "Libro de la Vaca Celeste" comienza con el mito de la "Destrucción de la Humanidad", versión egipcia del Diluvio Universal: en un lugar descrito como un paríso en el que al principio de los tiempos convivían hombres y dioses, los humanos se enfrentan al dios sol y da lugar a la destrucción de la humanidad.


Libro de la Tierra

Composición religiosa originada en la XX Dinastía que describe, en cuatro partes, el viaje nocturno del sol por el mundo subterráneo. Aparece en las cámaras funerarias de numerosas tumbas ramesidas, aunque también se ha encontrado en algunos sarcófagos antropomorfos que datan de ese mismo período.


EL SOL EN LA MITOLOGÍA EGIPCIA


Ra, dios del Sol, era la divinidad suprema en el Antiguo Egipto. Durante todo el imperio Antiguo el panteón egipcio estuvo presidido por este dios El título de "sa Re" ("hijo de Ra"), lo introdujo el faraón Djedefre en la Dinastía IV, cuando el culto al Sol se encontraba en su apogeo. A Ra se le veneraba especialmente en Heliópolis ("Ciudad del Sol").

La personificación del dios del Sol fue cambiando y su forma más conocida es Amón- Re o Re (Ra). Se combinó con otras dos divinidades importantes, Atum y Amón, dando lugar a Atum-Ra y Amón-Ra, nombrándosele también de acuerdo a sus distintas personalidades durante el día: Horus en la mañana, Re al mediodía y Atum hacia el atardecer. Otras fusiones parecidas con distintos dioses contribuyeron a extender aún más su campo de influencia.

El dios del Sol se representaba a menudo como un halcón o con cabeza de halcón, ya que su recorrido por el firmamento era descrito como el vuelo de un halcón. En el comienzo del período dinástico Horus era el dios-sol más adorado. Re, que no encontró reconocimiento hasta más tarde (Dinastías II y III) proporcionó con su nombre la designación popular del disco solar.

También exite la descripción del Sol como Khepri, el escarabajo, que hace rodar el sol a través del cielo.
Otra de las interpretaciones del Sol era un ojo.
Para los antiguos egipcios, el día y la noche eran dos períodos de tiempo perfectamente definidos, cada uno de doce horas. esta fórmula se mantuvo siempre invariable, de modo que cuando los días eran más largos o más cortos por los cambios estacionales, cada hora se alargaba o se reducía en consonancia
La idea más popularizada del recorrido del Sol es la de una nave, que navega sobre el cielo (concebido como un rio o lago, continuación del mar y del Nilo), sobre la que va el dios del Sol.
El Libro de los Portales explica que las estrellas se convierten en remeros de la barca solar durante el día. En su diario viaje a través del firmamento el navío del sol tiene aventuras y adversarios (simbolizados por nubes, eclipses...) y sus peligros se incrementan en la noche, cuando desciende al inframundo pasando el borde de las montañas occidentales, el límite de la tierra.
Durante la noche el dios Sol ilumina las regiones de los muertos, que por un tiempo despiertan de su sueño cuando sus rayos brillan sobre ellos.
El dios Sol tiene dos naves, una para el día: Me´enzet (mandjet), y otra para la noche: Semektet (Mesketet), conocida como "la barca de los millones", pues con él viajaba un séquito de divinidades menores que le ayudaban en su periplo, así como todos aquellos humanos que, una vez muertos, gozaban del favor de los dioses, y junto a ellos, los descendientes de Ra, los faraones muertos que se habían reunido con el dios.
El viaje de día se solía representar como una travesía a lo largo del cuerpo de Nut, diosa del cielo.
De hecho, en algunos mitos se cuenta como al final del día la propia Nut engulle a Ra, quien renace al amanecer, del color rojizo y rosado del parto, tras viajar a través de su cuerpo durante toda la noche.
En otras versiones Ra viaja a través de una enorme serpiente que envuelve el universo.
El "duat", el mundo subterráneo por el que viajaba el dios del Sol durante la noche. Éste se dividía en doce cámaras o "puertas", una por cada hora, por las que pasaban Ra y su séquito en su periplo nocturno. Cada una de estas cámaras tenía sus propios peligros, a los cuales el dios del Sol debía hacer frente para poder renacer al día siguiente.
De este viaje de Ra a través del "duat" nos hablan tres importantes textos funerarios del antiguo Egipto: el "Libro de Amduat",. "El Libro de las puertas" y "El Libro de las Cavernas"
los episodios cruciales del viaje de Ra son su encuentro con el dios Osiris y su lucha con la serpiente Apofis.
Osiris, dios del más allá y del renacimiento, se encontraba cada noche con Ra en el "duat", allí, en las profundidades de la noche, los dos dioses se abrazaban en tanto que "almas gemelas" ("Ra en Osiris y Osiris en Ra") y se daban mutuamente el hálito de la vida para renacer con fuerzas al día siguiente.
Por eso el sol agonizante del atardecer y la muerte del sol de noche a veces fue identificado con Osiris.
El combate con la serpiente Apofis, encarnación de las fuerzas del caos, quien no podía ser destruída, por lo que Ra debía vencerla cada noche.
Los egipcios concebían los eclipses solares como la consecuencia de que Apofis hubiese logrado angullir a Ra la noche anterior.
En los templos, los sacerdotes celebraban ceremonias destinadas a ayudar a Ra en su combate nocturno. Durante éstas se pronunciaban oraciones, se realizaban conjuros y se recitaban hechizos con los nombres secretos de Apofis. Se creía que el conocimiento de dichos nombres otorgaba una especie de poder sobre la serpiente Apofis.
Las primeras luces del amanecer se interpretaban como la respuesta positiva a sus esfuerzos mágicos, pues aunque Ra no había aparecido aún por el horizonte y regresado al mundo delos vivos, se consideraba que se encontraba en una región intermedia conocida como el "akhet" ("horizonte") o "el lugar donde se entra a la vida".
Cuando aparecía por el horizonte, al amanecer, a Ra se le conocía con el nombre de Ra-Haractes (Re, Horus del Horizonte), pues Haractes era una manifestación de Horus (Horus en el horizonte).

Al dios del Sol se le veía también bajo la forma de Khepri (Jepri), "Aquel que vino a la vida", con la apariencia de un escarabajo pelotero.
Ra permanecería en forma de Khepri hasta el mediodía, cuando recobraba su forma original, o como un Halcón, asociándosele con Horus.
Una vez culminaba su periplo a través del cielo se convertía en Atum-Ra, el sol de la noche, de la que tendría que volver a renacer, al igual que Atum, a la mañana siguiente.
A veces se describía al sol como una llama fragante de incienso, lo cual puede encontrar explicación en el hecho de que surge de las regiones orientales, de donde provienen las especias y los perfumes.
Después del 2000a.C el culto al Sol se hizo tan dominante que las identificaciones con el sol o sus fases fueron intentadas con casi cada dios que no había recibido una clara función cósmica en los primeros tiempos.. De esta manera muchas divinidades locales fueron explicadas como diferentes manifestaciones del sol.
Ra continuó siendo una deidad principal en el panteón egipcio aún después de que el Imperio hubiese caído en manos de los invasores,e incluso fue asimilado por culturas extranjeras.
Su importancia solo disminuyó durante los diecisiete años del reinado del herético Akhenatón, quien intentó elevar el disco solar o Atón al rango de divinidad única, pasando a adorarse el Sol como a una abstracción divina.
En paralelo con la Luna el sol es un ojo del dios celestial, de Horus ("Horus de los dos ojos").
La palabra egipcia para ojo es femenina, por lo que el disco del dios del Sol puede ser tembién considerado femenino.El orbe solar es comparado al fiero áspid, que el faraón, representante del dios Sol en la tierra, usaba alrededor de su frente. Como símbolo del fuego esta serpiente estaba destinada a adornar la frente o a residir en la nave del dios solar, pero pronto fue identificada con el ojo flamígero, y "ojo" y "áspid" se volvieron sinónimos. Los ojos del dios celestial fueron identificados con áspides. Estos dos ojos o serpientes eran llamadas "las hijas del dios sol" y se las encuentra bajo un mito de dos hijas rivales Las diosas supremas consideradas solares y descritas como hija, ojo, áspid o corona del sol eran Tefênet, Sekhmet y Ubastet. Sin embargo, el concepto de dios del sol de los egipcios era como deidad masculina.


Ra era asimismo antepasado de los faraones. Los antiguos egipcios explicaban el vínculo de unión entre Ra y el faraón a través de un mito en el que también se abordaban los orígenes de la destrucción de la humanidad y su inclinación hacia la guerra.
Al principio de los tiempos, poco después de la creación del mundo, Ra no era una figura distante que moraba en el cielo, sino que vivía en la Tierra como soberano de todos los seres vivos.
Su reino terrenal era un auténtico paraíso y lo único que tenía que hacer era inspeccionar sus dominios acompañado de un séquito de divinidades menores.
Con el paso del tiempo fue envejeciendo y empezó a relajarse en sus obligaciones, lo que llevó a parte de la humanidad a burlarse de él y poner en duda su capacidad como soberano.
Esto enfureció a Ra, quien decidió enviar su ojo en forma de la diosa Hathôr para acabar con su desagradecido pueblo.
Tras su venganza, decidió abandonar el mundo terreno y trasladarse a su morada celestial.
Pero tras partir sus súbditos empezaron a luchar entre sí acusándose unos a otros de la desaparición del Sol. Al perder la gracia divina la humanidad se sumió en la guerra y el caos.
Viendo Ra lo problemático de la naturaleza humana, decidió mitigar el efecto de su partida concediendo a la humanidad dos favores.
Primeramente, pidió a Thout (Thot) para que fuese su representante en la Tierra en las horas de oscuridad, mientras él se encontraba recorriendo el "duat".
De esa manera Thout (Thot) se conviritó en el dios de la Luna, la cual creó para iluminar la oscuridad del cielo.
Por otro lado, Ra designó un soberano para que ocupara el trono del rey en la Tierra.
Para este cometido, recurrió en un principio a los mismos dioses, en concreto a Shu (dios del aire), Geb (dios de la Tierra) y Osiris (señor del más allá, de la vida, la muerte y el renacimiento). Pero con el tiempo el trono pasó a manos de los propios humanos.



La Momificación en el Antiguo Egipto:
Historiadores griegos y romanos han aportado información, derivada fundamentalmente de sus viajes a Egipto o gracias a compendios o copias de lo escrito por otros autores, sobre la momificación y el proceso o técnicas empleados:



- Herodoto.- El bien conocido Padre de la Historia, es la persona que más ampliamente relató el procedimiento de la momificación en el antiguo Egipto. consecuencia de un viaje a Egipto que realizó en el siglo V a.C. es este también conocido extracto de sus Historiae:

"Cuando les llevan a un muerto, enseñan a sus clientes unos modelos de cadáveres, de madera, pintados con una exactitud minuciosa. El modelo más esmerado representa, según dicen, a aquél cuyo nombre pronunciado en semejante ocasión creo que sería un sacrilegio. Luego enseñan el segundo modelo, más barato y menos esmerado, y luego el tercero, que es el más barato de todos.

Después les piden a sus clientes que elijan el procedimiento deseado para su muerto. La familia ajusta el precio y se retira. Los embalsamadores se quedan solos en sus laboratorios, y así es como realizan el embalsamamiento más esmerado: para empezar, sirviéndose de un gancho de hierro, sacan el cerebro por los orificios nasales. Extraen una parte de este modo y el resto inyectando ciertas sustancias en el cráneo. Luego, con una hoja cortante de piedra de Etiopía, hacen una incisión en el lateral, retiran todas las vísceras, limpian el abdomen y lo purifican con vino de palma y de nuevo con plantas aromáticas molidas.

Luego rellenan el vientre con mirra pura molida, canela y todas las sustancias aromáticas que conocen excepto el incienso, y lo cosen. A continuación salan el cuerpo cubriéndolo de natrón durante setenta días. Este tiempo no debe ser superado.

Pasados los setenta días, lavan el cuerpo y lo envuelven todo con bandas de una tela de lino muy fino e impregnados en la goma que utilizan ordinariamente los egipcios como cola.

Los parientes reciben el cuerpo y encargan un ataúd de madera, tallado a imagen de la forma humana, en el que lo depositan. Colocan con devoción este ataúd en una cámara funeraria donde lo colocan de pie, apoyado en la pared. Éste es el procedimiento más caro. Cuando se encarga un embalsamamiento de precio moderado para no gastar demasiado, los métodos son éstos: los embalsamadores llenan sus jeringas con un aceite extraído del cedro y llenan con este líquido el vientre del muerto, sin hacer ninguna incisión ni sacar las vísceras. Después de inyectar el líquido por el ano, impidiendo que salga, salan el cuerpo durante el número de días requerido. El último día dejan salir del abdomen el aceite que habían introducido. Este líquido tiene tanta fuerza que disuelve los intestinos y las vísceras y las arrastra con él. Por su parte, el natrón disuelve las carnes y al cadáver sólo le quedan la piel y los huesos. Después los embalsamadores entregan el cuerpo sin más tratamientos.

Éste es el tercer método de embalsamamiento para los más pobres: se limpian los intestinos con sirmaia, se sala el cuerpo durante los setenta días prescritos y luego se entrega a sus parientes, que se lo llevan."

- Diodoro Sículo.- (80-20 a.C.). En su Bibliotheca Historica escribe sobre ciertos aspectos del método más caro de momificación que no comentaba Herodoto. Explica cómo una vez que el cuerpo estaba tendido, una persona llamada el escriba trazaba la extensión de la incisión en su lado izquierdo, de forma que el corte podía ser hecho con precisión. El cuerpo era rellenado con sustancias aromáticas durante treinta días, vaciado, y llenado de nuevo antes de ser vendado y metido en el ataúd.

"Existen tres clases de entierro, el más caro, el medio y el más humilde. Si se opta por el primero dicen que el coste es de un talento de plata, si por el segundo, veinte minas, y si se escoge el último, dicen que el precio es muy bajo. Los hombres que se ocupan de los cuerpos son habilidosos artesanos que reciben todos sus conocimientos artesanales de sus antepasados, ya que es un a tradición familiar; éstos exponen a los parientes del difunto una lista de precios de cada producto empleado para el enterramiento y les preguntas de qué manera quieren que se trate el cuerpo. Cuando llegan a un acuerdo para cada uno de los detalles, se quedan con el cadáver y lo confían a unos hombres designados para tal servicio, especialistas en la materia. El primero es el escriba, como se denomina la persona que, una vez que el cuerpo es depositado en el suelo, señala la longitud que ha de tener la incisión en el costado izquierdo; después otro, llamado el cortador, practica la incisión, como la ley ordena, con una piedra etíope, y enseguida echa a correr y todos los presentes le persiguen y le arrojan piedras, le insultan, tratando de castigar tal profanación, pues a sus ojos todo aquel que se comporta violentamente o hiere a otro de la misma tribu, merece el odio general.

Sin embargo, los hombres llamados embalsamadores son tratados con la mayor consideración y reciben muchos honores parecidos a los que reciben los sacerdotes, e incluso entran y salen sin problemas de los templos, como si estuvieran por encima de toda sospecha. Después de que el cuerpo ha sido abierto, uno de ellos introduce su mano a través de la abertura del cadáver y lo extrae todo excepto los riñones y el corazón, y otro limpia las vísceras una a una, lavándolas con vino de palma y especias. Generalmente aplican cuidadosamente al cadáver durante treinta días en primer lugar aceite de cedro y otras preparaciones, después mirra, canela y otras especias que tienen la facultad no sólo de preservaar el cuerpo durante mucho tiempo, sino también de conferirle un fragante olor. Después de tratar el cuerpo lo devuelven a los parientes."

Principales materiales utilizados durante el proceso de momificación:

Incienso: Utilizado para la fumigación del cuerpo

Natrón: Su nombre en egipcio significa "sal divina".

Sal: Utilizada como disecante en el período Cristiano.

Mirra: Se usaba tanto en el interior como en el exterior del cuerpo debido a su intensa fragancia. Comúnmente utilizada durante el Imperio Nuevo.

Frankincienso : Se usaba tanto en el interior como en el exterior del cuerpo debido a su intensa fragancia. Comúnmente utilizada durante el Imperio Nuevo.

Resinas: Durante la momificación se utilizaban numerosas variedades de resinas. Eran utilizadas derretidas para rellenar el cráneo y el cuerpo. También se cubrían los ataúdes con ellas. Quita olor y reduce la actividad bacteriana, además de dejar un agradable olor.

Aceites: También fueron usados varios aceites durante el proceso de la momificación. Los autores clásicos hablan del aceite de cedro como el más usado. También se utilizaba el aceite de enebro, pero parece que con menor frecuencia. Los más fragantes se utilizaban para masajear el cuerpo y después de la momificación se solían aplicar a las vendas.

Vino de palma: De los alcoholes, en el sentido de sustancia esterilizante, que se podían obtener en aquélla época, éste es el más efectivo ya que está compuesto por un 14% de alcohol etílico. Su uso es difícil de probar ya que no deja rastro que pueda ser analizado en al actualidad.

Casia : Los autores clásicos se refieren a esta planta como material usado en la momificación, aunque no está probado su uso. Es una planta principalmente tropical, típica de la India, China y Ceilán. Probablemente era usada para dar buen olor a los cuerpos.

Cinamon: También los autores clásicos se refieren a esta planta como material usado en al momificación, aunque tampoco está probado su uso. El árbol es de procedencia similar a la anterior. Probablemente era usada para dar buen olor a los cuerpos.

Cera de abejas: Se ha hallado tapando ocasionalmente las fosas nasales, la boca y otros orificios en momias del Imperio Nuevo y del Período Tardío. Durante el tercer período intermedio y el Período Tardío, se inlcuian en los paquetes de vísceras imágenes de cera de los cuatro hijos de Horus.

Cebollas: Se emplearon, y así está atestiguado, durante el Imperio Nuevo y hasta el Tercer Período Intermedio, en las cavidades del cuerpo, cerca de los pies, y como falsos ojos. La cebolla tiene propiedades antisépticas.

Líquenes: Usados para rellenar las cavidades del cuerpo, especialmente durante el Imperio Nuevo, pero se desconoce cuál era su función práctica.

Serrín: Se usaba para rellenar el cuerpo y también éste era espolvoreado con serrín para ayudar en la desecación. Propio de la XXI Dinastía.

Paja: Se usaba para rellenar el cuerpo. Propio de la XXI Dinastía.

Arena: Se usaba para rellenar el cuerpo. Propio de la XXI Dinastía.

Trapos: Se usaba para rellenar el cuerpo. Propio de la XXI Dinastía.


Personas que actuaban durante el ritual y la función que desempeñaban:

Embalsamador: Parecen pertenecer a un gremio especial u organización, un grupo especial que pertenecía a distintos talleres y cuyo oficio es hereditario. Parecen ser hombres honorables y respetados por la sociedad, quizá por ser los responsables de preparar el cuerpo para el viaje hacia la eternidad. Entre ellos debía haber también distintos grados y quien se dedicase a las diferentes fases del proceso.

Cortador: Era la persona considerada como de más baja clase social e incluso impuro debido al trabajo que realizaba: practicar la incisión en el cuerpo y posteriormente eviscerarlo.

Escriba: Pintaba la línea que debía seguirse con toda precisión al llevar a cabo la incisión destinada a eviscerar el cuerpo.

Sacerdotes: Los sacerdotes vendaban la momia; uno de ellos llevaba una máscara del dios Anubis, dios de la momificación. Durante el vendaje de la momia, otros sacerdotes recitaban los encantamientos debidos en cada momento concreto.

Otros: Personal encargado de lavar las vísceras. Personal encargado de preparar el natrón, resinas, aceites y demás elementos a utilizar. Personal encargado de preparar la máscara del difunto, los vasos o cofres canópicos, los ataúdes...




Los egipcios no momificaron a sus muertos desde tiempos predinásticos. Casi con toda seguridad la momificación, o al menos la idea de embalsamar los cuerpos de los fallecidos, procede de la Época Predinástica, momento en que los cuerpos eran enterrados en simples agujeros practicados en la arena.

Ya sea por la acción del viento, de los chacales o de otros animales, estos enterramientos fueron perturbados dejando al descubierto los cuerpos allí enterrados. Una vez descubiertos, podría verse cómo debido a las áridas condiciones climáticas y la escasa o practica nula humedad, los cuerpos habían llegado a disecarse naturalmente.

Según las creencias de los antiguos egipcios, era fundamental que el cuerpo se conservase en perfectas condiciones, de otra forma no conseguiría volver a nacer tras la muerte. Por una parte, el efecto de los animales sobre los enterramientos poco profundos (y los posteriores ladrones) hizo que, a medida que pasaba el tiempo aquéllos fuesen más complejos y a mayor profundidad. Por otra parte, esos efectos naturales dieron la idea a los egipcios de cómo preservar mejor el cuerpo para la eternidad e intentar conseguir, de esta forma, la desecación artificial del cuerpo. Lo que había hecho hasta ese momento la naturaleza, ellos lo pusieron en práctica como método artificial de conservación del cuerpo del fallecido.






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