El sueño…
el sueño es el hermano de la muerte.
Así que túmbate bajo este esqueleto en la frialdad de la tumba.
Permite que el abrazo de sus muertos brazos
te mantenga totalmente a salvo y dormido.
Enterrado en un sueño…
silenciosamente….
Para siempre bajo tierra




NO a la Guerra




Sobre la muerte de Raúl Reyes

Decio Machado
Rebelión

Las investigaciones desarrolladas por las autoridades ecuatorianas van arrojando luz sobre lo que realmente sucedió en la madrugada del pasado 1 de marzo, donde fuerzas armadas colombianas abatieron entre 20 y 22 guerrilleros en territorio ecuatoriano. Emboscada en la que fue abatido, el comandante Raúl Reyes, número 2 en la estructura de mando de las FARC.

Las imágenes, los testimonios de los colonos de la zona, las declaraciones de tres guerrilleras que se encontraron aun con vida, los informes de balística e inteligencia militar ecuatoriana, vienen a demostrar el montón de mentiras declaradas por el presidente colombiano, Álvaro Uribe, tanto al presidente Rafael Correa, del Ecuador, como al conjunto de la comunidad internacional y los medios de comunicación.

La versión colombiana.
Según la versión colombiana, se venía persiguiendo al frente 48 de las FARC, en base a una información que indicaba que el líder guerrillero, Raúl Reyes, haría presencia en un poblado denominado Granada, cerca de los límites fronterizos con Ecuador, pero aun en territorio colombiano.

El ministro de Defensa colombiano, Juan Manuel Santos, indicó que durante dicha operación, las fuerzas armadas colombianas habían sido atacadas desde un campamento de las FARC situado a 1.800 metros de la frontera, en el interior del territorio ecuatoriano.

Se indica que entonces la fuerza aérea colombiana procedió a localizar y atacar el campamento guerrillero, teniendo siempre en cuenta la orden de no violar el espacio aéreo ecuatoriano; indicando que luego entró la fuerza armada colombiana para asegurar la zona y dejando a la Policía colombiana a cargo del campamento atacado, hasta la llegada del ejército ecuatoriano.

La verdad de los hechos.
Las investigaciones que se están desarrollando por parte de las autoridades ecuatorianas demuestran que nunca hubo combate por parte del comando atacado de las FARC. Con excepción de tres de ellos que cumplían funciones de vigilancia, los 18 fallecidos estaban durmiendo en ropa interior, ninguno del comando guerrillero tuvo ocasión de entrar en combate o rendirse.

El armamento existente en el campamento estaba apilado, no tuvieron la ocasión ni siquiera de acceder a sus fusiles y granadas, fueron masacrados mientras dormían.

Los testimonios de los colonos de la zona, así como los socavones desarrollados sobre el piso de tierra del campamento demuestran que se dispararon cuatro bombas desde aviones colombianos que incursionaron sobre territorio ecuatoriano. Según las investigaciones de inteligencia militar, estas se dispararon desde el sur del campamento, lo que quiere decir que los aviones habían incursionado a más de 10 kilómetros al interior del territorio ecuatoriano cuando se procedió al ataque.

Tras el lanzamiento de bombas desde estos aviones, incursionaron varios helicópteros “Supertucanes”, pertenecientes a la fuerza aérea colombiana. Desde ellos se continúo atacando el campamento de las FARC en territorio ecuatoriano. De dichos helicópteros descendieron comandos especiales que remataron a los guerrilleros que quedaron heridos en el campamento, según se demuestra por las balas que tienen en sus cuerpos gran parte de los cadáveres de los guerrilleros, muchos de ellos apilados en una zona determinada del campamento y asesinados por la espalda. Incluso las fotografías enseñadas por el gobierno colombiano del cadáver del comandante Raúl Reyes, muestra como este tiene un disparo en la parte izquierda de su cara.

Las informaciones que provienen de inteligencia militar ecuatoriana, indican que el espacio aéreo del Ecuador no solo se violó en la madrugada del 1 de marzo, si no que en la madrugada del 2, hay una nueva penetración de helicópteros con visores nocturnos para sacar a miembros de las fuerzas armadas y policía colombiana que aún se mantenían sobre territorio ecuatoriano.

La posición de los árboles derribados en el bombardeo, los múltiples orificios de disparos en los árboles, así como la posición de los cadáveres, viene a demostrar que mientras las FARC vigilaban el campamento en su posición norte, la que mira hacía la frontera con Colombia, la incursión aérea sobrevino del sur, lo que indica que la fuerza aérea colombiana invadió sin permiso, sin notificar y contraviniendo todo tipo de normativa internacional el espacio aéreo ecuatoriano.
Los testimonios de los moradores de la zona, indican que el ataque se prolongó desde aproximadamente pasada la media noche hasta las seis de la mañana del 1 de marzo.

La precisión del ataque demuestra también la utilización de una importante tecnología militar que también pone sobre la mesa, la posibilidad de la participación de los Estados Unidos en la masacre, al menos en tareas de información y localización del comando guerrillero.

Los testimonios de los pobladores hablan de la posibilidad de que los helicópteros colombianos se hayan llevado cuatro cadáveres y no dos, los correspondientes a Raúl Reyes y Julián Conrado, como indican las autoridades del país agresor.
Por su parte el ejército ecuatoriano no descarta la posibilidad de localizar algún cadáver más en la frondosa zona selvática donde se dio la matanza.

La reacción del presidente Correa.
En un acto de soberanía y dignidad, el gobierno de la República del Ecuador ha retirado a su embajador en Bogotá, ha expulsado al embajador de Colombia en Quito, y movilizado a las tropas hacia la frontera, a la vez que ha solicitado la reunión extraordinaria de la Asamblea General de la OEA, la CAN y el MERCOSUR.

Rafael Correa llamó mentiroso al presidente Uribe, denunciando que había sido notificado por parte de este sobre las 8,30 horas y engañado por su homólogo colombiano, el cual justificó la incursión en territorio ecuatoriano por el calor del combate.

Acusaciones desde Colombia.
Que las FARC operan en Ecuador, es una denuncia que ha sido permanente desde la cancillería y la presidencia de Colombia, versión que se vio agravada tras la liberación el 27 de febrero de cuatro ex congresistas colombianos por parte de las FARC. Uno de ellos, Luis Eladio Pérez, declaró a Radio Caracol que al comienzo de su cautiverio estuvo retenido en territorio ecuatoriano, añadiendo que las FARC se suministran de productos provenientes de Ecuador, Brasil y Venezuela. “Yo dormí en el Ecuador: con eso digo todo. Usábamos botas de marca ecuatoriana, desodorantes, drogas brasileñas y jabones venezolanos”, declara al día siguiente de su liberación Luís Eladio Pérez.

Por su parte el ejército ecuatoriano en el transcurso del año pasado descubrió varios campamentos de avituallamiento y descanso de las FARC en territorio del Ecuador, siempre cercanos a la frontera, y en un territorio muy difícil de controlar debido a lo frondoso y extenso que es esta zona selvática que abarca ambos países.

Antecedentes en las relaciones entre Ecuador y Colombia.
Las relaciones entre Ecuador y Colombia se habían caracterizado hasta ahora, por un bajo nivel de conflictividad desde el ascenso a la presidencia de Ecuador del economista Rafael Correa Delgado, el 15 de enero del año pasado.

Esta realidad no fue siempre así, habiendo habido situaciones muy tensas durante gobiernos anteriores al de Correa. Así, en el año 2005 se dieron un conjunto de situaciones que cuestionaron la soberanía del Ecuador. En julio de ese año durante el mandato de Alfredo Palacios, Parra Gil, entonces canciller del Ecuador, luego de una reunión con Carolina Barco, entonces canciller de Colombia, cuestionó las fumigaciones de las plantaciones de coca ordenadas desde Bogotá en la línea fronteriza común. A pesar de dicho cuestionamiento y sin tener respuesta positiva por parte de Colombia, Ecuador votó a favor del colombiano Luís Moreno como presidente del BID a solicitud del gobierno colombiano y de los Estados Unidos. Precisamente Luís Moreno había sido embajador de Bogotá en Washington y fue cuestionado por participar en la gestación del Plan Colombia.

Otro hecho que ha evidenciado una postura de ambigüedad en la relación histórica del Ecuador con respecto a Colombia, sucede cuando el 31 de julio del 2005, un reportero ecuatoriano denuncia que “…el ejército de Ecuador se unió a la operación contra los frentes 21, 13 y 48 de las FARC, que estarían escoltando al guerrillero Raúl Reyes y que tienen bloqueado en el departamento del Putumayo”. Esta información fue confirmada por el Mayor General ecuatoriano Reinaldo Castellanos Trujillos.

Pero la violación más grave realizada por el anterior gobierno de Alfredo Palacios, con respecto a la histórica neutralidad del Ecuador ante el conflicto armado en el país hermano se dio cuando ese mismo año, un operativo coordinado de inteligencia de las policías de Ecuador y Colombia ubican y capturan en Quito a presuntos guerrilleros de las FARC que estaban internados en una clínica. Esa coordinación existe, y el hecho más significativo de esta realidad se dio cuando durante la presidencia del Lucio Gutiérrez, en el año 2004, una operación conjunta entre fuerzas del orden colombianas, ecuatorianas y estadounidenses, permitió la captura en Quito de Ricardo Palmero, más conocido por Simón Trinidad, ahora procesado y preso, con una condena de 60 años, en Estados Unidos por la extradición que facilitó el gobierno de Uribe.

Crisis regional.
La pretensión del Álvaro Uribe de aplicar en la lucha contra lo que él define como “terrorismo”, la misma estrategia que utiliza Israel en su combate contra el mundo árabe, puede tener repercusiones impredecibles en el continente latinoamericano.

El presidente de la República Bolivariana de Venezuela, el comandante Hugo Chávez, ante la posibilidad de que el gobierno de Colombia incursione y viole la soberanía de Venezuela, tal y como lo hizo con Ecuador, ha ordenado el cierre definitivo de su embajada en Bogotá, así como el reforzamiento militar de toda la zona fronteriza con Colombia. Se espera en las próximas horas la expulsión del embajador colombiano en Caracas.

“Señor ministro de Defensa muévame 10 batallones hacia la frontera con Colombia de inmediato. Batallones de tanques. La aviación militar que se despliegue. Nosotros no queremos guerra pero no le vamos a permitir al imperio norteamericano, que es el amo, y a su cachorro el presidente Uribe y la oligarquía colombiana que nos vengan a dividir, que nos vengan a debilitar, no lo vamos a permitir”, ordenó el mandatario venezolano.

Chávez ofreció todo el respaldo necesario, en su conflicto diplomático con Colombia, a Ecuador, indicando: “Pongo a Venezuela en alerta y apoyaremos a Ecuador en cualquier circunstancia”.

Por su parte, el presidente Correa se ha puesto en contacto durante el domingo 2 de marzo con una decena de países con el fin de recabar su apoyo y hacerles partícipes de la gravedad de los hechos ocurridos en la incursión y masacre colombiana en territorio del Ecuador.

La respuesta del ejecutivo colombiano no se ha hecho esperar, y en la misma noche del 2 de marzo, el director de la Policía, general Óscar Naranjo, reveló documentos preliminares por los cuales se pretende demostrar que Raúl Reyes tenía contactos con el Ministro Coordinador de Defensa Interna y Externa del Ecuador, Gustavo Larrea. Estos documentos, fueron supuestamente hallados en tres ordenadores incautados por el ejército colombiano en el campamento donde fue asesinado Reyes.

Los objetivos de Uribe.
A pesar de que las FARC han hecho público un comunicado por el cual indican que el asesinato de Raúl Reyes no afectará a las negociaciones por el intercambio humanitario, lo cierto es que los objetivos del presidente Uribe son claros: bloquear el proceso de entrega de rehenes de tal manera que quede bloqueada la posibilidad de devolución por parte de las FARC de Ingrid Betancourt.

Si bien la voluntad del ejecutivo colombiano de que Betancourt no regrese viva es una realidad difícilmente cuestionable, lo cierto es que tras las declaraciones de los cuatro ex congresistas liberados el pasado 27 de febrero, donde se indicaba la voluntad de la secuestrada de presentarse a las elecciones presidenciales de Colombia con un programa de paz para este país, ha puesto muy nervioso a Uribe.

Paralelamente a esto, la intervención colombiana en el Ecuador, pretende claramente convertir al país vecino, en una suerte de Camboya, con respecto al conflicto militar colombiano.

La finalización del acuerdo suscrito por 10 años entre los gobiernos de Ecuador y Estados Unidos, para la utilización por parte de las fuerzas armadas norteamericanas de la base de Manta, el cual expirará a finales del presente año, y sobre el cual ya se ha posicionado el presidente Correa, con respecto a su voluntad de no renovarlo, también es un elemento a tener en cuenta en la escalada de la crisis diplomática en el área andina.

La base de Manta es una herramienta fundamental dentro de la estructura y estrategia del Plan Colombia, y aunque el gobierno norteamericano no ha hecho declaraciones en firme sobre su salida de la base a finales del 2008, es evidente que forma parte de su agenda de preocupaciones con respecto a la nueva política desarrollada en el Ecuador a partir de la llegada al poder de la llamada “Revolución Ciudadana”.

Fuente






La guerra a Venezuela por el petróleo

Luego de hacer del Estado un instrumento del paramilitarismo, de lavar fortunas a los narcotraficantes, de ejecutar el antipatriota plan Colombia y de completar la entrega de la economía nacional a las transnacionales, el plan de Uribe para los próximos 4 años es el de ser pivote militar de la ofensiva gringa contra Venezuela, Bolivia y Ecuador.

El balance del gobierno de Uribe durante los pasados cuatro años es altamente positivo para los Estados Unidos:
La industria militar gringa tiene en el gobierno de Uribe uno de sus mejores clientes de armas, asistentes militares, aeronaves, medicamentos, prótesis, alimentos, para las fuerzas militares.
Las transnacionales gringas ganaron un nuevo mercado con la firma del TLC.
La DEA y la CIA avanzaron considerablemente en el control del negocio de la droga.
Los investigadores gringos siguen teniendo un enorme laboratorio de experimentación de la guerra en todas sus formas, militar, sicológica, mediática, etc.
Los políticos gringos siguen en el poder a base del miedo al terrorismo –el colombiano entre otros- que le han creado a la sociedad gringa.
Los empresarios gringos contarán con nuevos migrantes –con chip incluido a crédito- a los que explotaran con míseros salarios.

Para los gringos Colombia es como una piñata que nunca se acaba, a pesar de todo el garrote que le dan la piñata sigue dando.

Pero si las cosas con Colombia les marchan viento en popa, no ocurre así con sus vecinos regionales, Bolivia, Ecuador, Argentina, y el causante de todo, es según ellos, Hugo Chávez.
Cuando los capitalistas cantaban victoria y se aprestaban a poner el grillete del ALCA sobre América Latina, emergió de donde nadie lo esperaba un hombre que les cambió la historia: Chávez.

Chávez se convirtió en el coco de los gringos, pues les dice una verdad que no les gusta escuchar, que son un imperio cuyo sostenimiento destruye al mundo. Pero no solamente por eso, sino porque Venezuela tiene las mayores reservas de petróleo en América Latina, cuyo suministro pueden perder en cualquier momento, dejando el imperio a oscuras.
El petróleo mueve la máquina capitalista, por él, los gringos invadieron Irak, por él, viven amenazando a Irán, y por él están dispuestos a invadir a Venezuela.

La propiedad de los hidrocarburos, asegurada entre 1999 y 2001 por Venezuela mediante una nueva legislación, ha sido un ejemplo seguido por Bolivia que acaba de nacionalizar -el primero de mayo- sus recursos energéticos, anunciando de paso que vendrá la nacionalización de la minería, de la tierra, el agua y los bosques. Los argentinos comienzan a exigir al gobierno que haga lo mismo que Bolivia, y en Perú habrá elecciones el 28 de mayo, en las que la derecha se encuentra sin candidato, y ha recurrido a todo para descalificar al candidato Ollanta Humala, quien plantea en su programa de gobierno la nacionalización de los recursos naturales. En Ecuador habrá elecciones en noviembre y allí las cosas tampoco les marchan de maravilla, el candidato Marcelo Larrea, de la coalición de izquierda que convoca a la refundación del Ecuador por la vía de una nueva Asamblea Constituyente, viene siendo intimidado constantemente.

Los gringos consideran que el culpable del fracaso del ALCA y de que las cosas ya no les vayan tan bien es Chávez. No tienen ojos ni memoria para darse cuenta que lo que ocurre en América Latina, es la respuesta histórica de los pueblos a la situación esclavizante a la que están sometidos, y que con Chávez y sin Chávez las luchas populares proseguirán, y que si no esta él otros estarán en su lugar...

Derribar a Chávez es hoy el objetivo número uno de la estrategia regional de los gringos, por encima de asesinar a Fidel Castro, a quien vienen enterrando hace años y cada vez aparece más vital en sus discurso en la Plaza de la Revolución.
Los gringos van a hacer todo por tumbar y por desaparecer de la historia a Chávez. De hecho ya han ejecutado el sabotaje económico, la desobediencia tributaria, un paros empresarial y petrolero de tres meses, y el golpe de Estado de abril de 2002, en todas estas acciones han salido derrotados y con el rabo entre las patas. Por eso, la carta que se jugaran en los próximos años pasa por Colombia, por la utilización del gobierno de Uribe para ejecutar su plan de sacar a Chávez y hacerse al petróleo venezolano.
A Uribe por supuesto le gusta el plan, si no pudo con la insurgencia al menos prestará gran colaboración para que los gringos saquen a Chávez. No en vano el ejército colombiano creció por encima de los 200.000 hombres y las fuerzas militares en su totalidad hasta los 400.000 hombres, incluyendo paras que se reinsertaron hasta diez veces. Los paramilitares ya ha tomado posición en este lado de la frontera en la Serranía del Perijá (Departamento del César), después de masacrar a las comunidades Wayuu controla la Guajira y con la abdicación del ELN ha entrado a controlar el Catatumbo (Norte de Santander), y sus incursiones son constantes hacia el territorio venezolano. La cabeza del golpe de Estado, el expresidente de Fedecámaras, Pedro Carmona o Pedro el breve como le llaman, se encuentra en Colombia desde el fracasado golpe viene conspirando con el total apoyo del DAS y de Uribe. Pero si esto hacen por Colombia otro tanto hacen por Venezuela, en el Estado del Zulia que es la región donde se encuentran los yacimientos más importantes de petróleo, los exsindicalistas de cuello blanco que fueron despedidos por prestarse al sabotaje de la industria petrolera, le juegan a dios y al diablo, con una mano siguen recibiendo los subsidios y apoyos de los programas del gobierno y con la otra le hacen pistola, prestándose a los planes conspirativos que impulsan los sectores de derecha en manguala con el embajador gringo, el cual ha insistido en que el Zulia con toda esa riqueza bien podría ser una “nación libre”.

La ambientación ya comenzó: Chávez no es Hussein, y en Venezuela no hay Kurdos, sin embargo, los gringos se empeñan en hacerlo aparecer como Sadam. La propaganda mediática prolifera en sus mensajes descalifatorios, los académicos de todas las pelambres hacen lo mismo, que Chávez es déspota, que es autoritario, que es populista, que es un caudillo militarista, en fin, la verdad es que no saben que inventar para crear sintonía con sus planes. Si hay un gobierno legítimo en América Latina es el de Chávez. A la derecha que tanto le fascinan las elecciones elude reconocer que Chávez ha sido electo por amplia mayoría en 1998, en el 2000 y que en el referendo revocatorio del 2004 también triunfo.
Carlos Montaner -ilustre conspirador de Miami al servicio de la CIA- estuvo esta semana en Bogotá dictando cátedra en anticomunismo, se reunió con Carmona y otra serie de personajes del mundillo neoliberal, entre ellos, Alfredo Rangel y Rudolf Hommes, quienes de inmediato editorializaron la lección recibida en la revista Cambio y en El Colombiano, respectivamente. El mensaje es elocuente, como derecha latinoamericana comprometida con los intereses del imperio debemos sacar a Chávez. Hasta el Espectador se viene prestando para la farsa, con la publicación de un extenso artículo en su edición dominical, en el que Jorge Castañeda, otro reconocido cachorro del imperio, sale a decir que la izquierda que si es izquierda es la que se inclina ante Estados Unidos admitiendo que son los reyes, los dueños de todo, los que ponen y quitan según les convenga, las demás izquierdas son izquierdas indecentes, inmaduras, o como Uribe lo ha dicho “comunismo disfrazado".

El programa de Uribe para su segundo mandato es ejecutar el plan gringo, por eso vendrán muchas provocaciones e incidentes con los cuales justificar el enfrentamiento y paso seguido la intervención de los gringos.
Los gringos que ayudan a sus socios y a las “naciones libres”, o sea a ellos mismos, ya realizan simulacros aéreos en el mar Caribe, y esperan la orden para el ataque.
La orden ya fue dada, lo que esperan es la señal, señal que vendrá por Colombia.



Obviamente, incertidumbre en la región, miedo, mentiras y la historia se repite. No con las mismas acciones (visibles), pero si a los mismos resultados. Intereses para arriba, miseria para abajo. El mundo ve cosas que no son y cree lo que se pasa por la TV, después con el tiempo los vemos en Discovery Channel diciendo como armaron todo y admitiendo que todo fue armado. Total ya paso el tiempo y lo que hacemos ahora "noooo, no tenemos nada que ver" pero en 10 años te lo contamos en TV.
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