El sueño…
el sueño es el hermano de la muerte.
Así que túmbate bajo este esqueleto en la frialdad de la tumba.
Permite que el abrazo de sus muertos brazos
te mantenga totalmente a salvo y dormido.
Enterrado en un sueño…
silenciosamente….
Para siempre bajo tierra




Una Historia de Amor de ComeMuertos - Barnabás




Una Historia de Amor de ComeMuertos

Barnabás

“....En el caso que nos ocupa....,pues advierto a nuestros telespectadores sobre lo escabroso del mismo...., se ha constatado que “los sesos” de las victimas no aparecen, y hay evidencias comprobadas de la acción ...,de “dientes” humanos, algo más grandes del promedio en las cabezas de la victimas, es decir esto comprobaría una acción caníbal en estos casos, las espec..” pufff...
Carlos, el zombi apago las noticias, hundió su tenedor en el resto de sesos que aún le quedaban, y recordó que estas noticias no le ayudaban a “reabastecerse”, la gente se preocupa y no es tan fácil “cazarle”, están más alertas, se sienten más “perseguidos” que lo habitual, es decir, basta ver un noticioso, para que los asesinatos, violaciones, asaltos, robos etc, etc, es el pan de cada día en cualquier ciudad, sin embargo, cuando escuchan de que cada tanto aparece una persona muerta y sin sus sesos, pareciera que se está dando la alerta sobre una peste.
Antes no era así, y eso a Carlos le constaba, la gente antes no se tragaba cualquier cosa, aunque estuviera presa de supersticiones de gatos negros, de no pasar bajo las escaleras, si alguien contaba acerca de “comedores de sesos”se le reirían en la cara, sería seguro por tanta película sobre vampiros, hombres lobo o bueno zombis...., pero eso era solo fantasía, el era un zombi y no se lo debía a ningún hechicero del vudú ni a ningún experimento genético del gobierno o cosas así...., en él al menos las cosas fueron muy distintas de la imaginación del cine.

A Carlos de niño siempre le atrajeron los cementerios, vagaba por ellos como un niño en Disney, absorto en la contemplación de los mausoleos de artísticas terminaciones, en los epitafios, verdaderos poemas para él. Cuando empezaron a aparecer esos cementerios exportados de las tierras gringas a Carlos le parecieron una aberración, en esos prados a la gente se le invitaba más a jugar un partido de fútbol que a la melancolía propia de un cementerio, estos gustos se le potenciaron aún más en su adolescencia, inventaba excusas para pasarse las horas muertas en los cementerios, que su tranquilidad era ideal para estudiar (de hecho eso es una gran verdad) que a él le interesaba la arquitectura y ahí estaba de gratis para quien se tomara la molestia de admirarla.
Con lo siguientes años una cosa más se añadió a estos gustos, el estar presente en los sepelios, se hizo un “fan” de los funerales, no importaba quien era(o fue), sólo era para él importante, el rito fúnebre, el descenso del cajón ya fuera a la tierra o el frío cemento o mármol de los mausoleos, con el tiempo asumió también que era el rostro del cadáver lo que le atraía más, así por algunos años más se convirtió en un verdadero buitre, compraban los periódicos únicamente para enterarse en dónde y cuándo se llevarían a cabo exequias, para poder asistir a ellas.
Fue precisamente en una de estas excursiones en que al ver el rostro joven de la difunta, algo se le removió en su interior...., a esas alturas Carlos se creía un morboso obseso con la muerte, con algo de necrofílico (aunque nunca se le paso por la mente tener relaciones sexuales con los cadáveres) pero al contemplar el rostro de la muerta ese día, supo que había algo más insano en todos sus sentires...., sintió una “hambre” que nunca había sentido hasta entonces y que ya nunca más le abandonaría. Ese día se escondió entre las tumbas del cementerio, y dejo que cayera la noche sobre él, a medianoche salió desde su refugio y aspiro con fuerza el limpio aire nocturno, camino a paso decidido hacía el mausoleo que guardaba a “su” muerta y con su navaja violó el sello de su entrada, con la misma abrió la tapa del ataúd y la levantó , contempló unos minutos su difunta.
Le gustó en demasía el blanco que la muerte le había dejado en su cuerpo..., el perfume de las flores marchita ya, las casi extintas velas, unido al tacto que ahora prodigaba al brazo rígido del cadáver lo tenían en una suerte de trance....,pero reitero no sexual, esto era distinto.
Por fin, corriendo la manga del vestido de la muerta, mordió con furia su brazo derecho..., cuando logro separar un pedazo de esa carne y la masticó,
sintió un placer inefable que ni los mejores orgasmos de su vida le habían proporcionado, sacó por entero el vestido de su muerta, y buscó más que admiró (recordemos que lo sexual nada tiene que ver aquí) los lugares que Él deseaba o intuía mejor, que serían los más deliciosos.
Pero se detuvo..., su mente era un revoltijo, ¿esto era lo que buscaba finalmente de sus años de buitre en los cementerios?...,¿comer de los muertos?..., la respuesta no tardo en llegar, de solo imaginar que seguiría esa noche comiendo de ese cadáver Carlos eyáculo,si bien eso es el fin de lo sexual, para él fue solo la manifestación lógica del placer que presentía que sentiría.
Sin más y dejando todo de lado, se abalanzó sobre un seno de su muerta, rasgando el pezón de un mordisco y royendo el seno entero..., pero él sabía que eso no era el placer máximo aún, comió sus orejas, suave cartílago que pasó sin más pena ni gloria por su garganta, al igual que la nariz de su muerta, solo al ver sus cabellos ensangrentados entendió al fin qué quería comer.
Con su navaja dio feroces cuchilladas a la cabeza de su muerta, pero el cráneo es un hueso difícil de abrir(en sus posteriores excursiones siempre llevaba una sierra o un serrucho) pero tiempo aún tenía en cantidad, pacientemente fue “sacando la tapa de los sesos de su muerta”con su cuchilla, fue lentísimo pero él disfrutó cada segundo de esa maniobra, por fin cerca ya del amanecer logro tener los sesos de su muerta ante sus ojos, cayó de rodillas ante ellos, todo el trabajo de sacarlos de su recipiente valía ahora la pena..., esa masa blancuzca, gelatinosa era hermosísima...., por fin hundió sus dedos en ella, sacando un gran pedazo, el que llevó hasta su boca y mastico con lentitud, gozando su sabor, textura ...., era la gloría, no pudo controlarse y hundió su cara en el cráneo trepanado de su muerta y se atragantó de sesos...no tan frescos pero sí sus primeros sesos de una larga lista.

Esa noche fue una revelación...., apenas recordaba como salió de ese mausoleo aquella noche, sólo recuerda en parte la mirada de asco del conductor del taxi que le llevó en aquella mañana, al llegar a su hogar y mirarse en el espejo supo él porqué, tenía sesos en toda su cara, y parte de sus ropas, coágulos y pedacitos de carne estaban en ellas...., recuerda haberse duchado y de acostarse...y haber soñado mucho, un sueño que desde ese día siempre se repetía cada vez que comía sesos humanos. Soñaba que un hombre de negro y cuernos le abría la cabeza a una mujer (a veces era un hombre) y secaba sus sesos, y el comía de rodillas como un perro y en las manos de aquel ser que se sonreía y le daba más sesos, a veces cuando no había logrado su ración de sesos, soñaba con el ser de cuernos y ropa negra, pero este no abría ninguna cabeza para él...., y sólo se le reía en la cara. Carlos despertaba gritando, pero cuando comía sesos y se dormía despertaba muy descansado...a veces dormía hasta dos días seguidos, siempre ha querido saber quién es el ser cuernudo y de negro de sus sueños, pero aún no lo ha logrado.

Tantos recuerdos, luego de aquélla noche, todo cambió para él, se ducho nuevamente al despertar, le pareció que había dormido sólo unos minutos, pero se sentía fresco y descansado, incluso más fuerte, cogió algunas ropas, el hecho en su mochila, junto con algunos libros y su reproductor de mp3 a baterías, y varios cds, llenos de buen Black, o Death ...,hasta Heavy Metal del bueno tenía en ellos, nunca soporto la languidez del pop, saco también su libreta de ahorros y se largo.

Sabía que no podría volver a vivir en donde hubieran “vecinos”, ya que eran estos los que llamaban a los policías si veían llegar a alguien de madrugada cubierto de sangre, tierra y algún saquito sanguinolento..., debía siempre de traer reservas pensó en ese ya amanecer, ya que el hambre era una mano que le apretaba el estómago nuevamente, pero por ahora no podía atenderle, camino deprisa hasta las afueras, ahí habían construcciones abandonadas por su mala calidad, increíble que el mismo gobierno las hiciera para los pobres y al final quedaran más pobres, ya que por muy desposeídos que fueran, nunca les daban nada enteramente de gratis, algo les quitaban siempre, y con estos departamentos que se llovían enteros, se les caían las terminaciones y la pintura, simplemente los estafaron, y se fueron gritando, robados o estafados, sólo algunos delincuentes menores se quedaron, usando los abandonados departamentos como centros para él trafico de drogas o motel al paso, con prostitutas que debieran hacerles exámenes hasta sí tenían ébola o paludismo, con esas callejeras lo menos era pegarse una venérea, eran todas adictas en general a la “pasta base de cocaína” lo más barato, no le iban a dar coca pura o heroína a esas, los jefes de estas mafias las consideraban menos que a un perro de raza, además sobraban las niñas abandonadas que nadie quería, o se compraban a ex prostitutas, que no se sabía bien como, habían sobrevivido a la calle, los golpes y las adicciones, claro que a los 35 o 40, parecían de 60 o más, flacas hasta dar pena, algo trastornadas, si es que ya no estaban de atar, vendían hasta a sus hijas por algo de dinero o drogas, algunas las arrendaban para no perder del todo su fuente de ingreso.
En su trabajo o más bien ex trabajo de Asistente Social, Carlos sabía muy bien y de cerca de estas miserias, había elegido esa carrera solo para fastidiar a su madre, una arribista a más no poder, que le jodió por años que estudiara en tal lugar, llegaba a conseguirse las listas de cursos para ver que compañeros tendría, ojalá solo hijos de médicos o ministros...,gente así, y claro que debía de ser abogado, pero el cuándo pudo elegir sus destinos se metió a estudiar Asistencia Social, dejando de lado sus aficiones de arquitectura, ya que la verdad solo le gustaba como se construían los sepulcros, así pudo mezclarse y ayudar precisamente a la gente que a su madre le daban arcadas, pensó en algún momento también en algo relacionado con el arte...,pero creyó que eso no jodería en demasía a su “mamacita”, de su padre ni hablar ya que cuando tenía apenas 5 años sufrió un derrame y posterior ataque que le dejó vegetal para siempre, y que la puta de su madre mantuvo conectado a una máquina por décadas amparándose en su cristianismo de pacotilla, que el “papa” prohibía matar y sandeces como esa, el siempre sospecho que ella intuía que su padre sufría algo y que por ello lo mantuvo ahí, como una lechuga en la heladera, para hacerle pagar el que quedará como muerto en vida y a ella la vida social que siempre aspiró para si se le fuera a la mierda, esa vieja además nunca le buscó cuando él desapareció, se enteró que decía que seguramente se habría ido con alguna de las inmundas callejeras con las que trataba en su trabajillo....., nunca lamento que la atropellará un coche al salir de la Iglesia un mediodía de Domingo.

Eligio unos de los más abandonados, (la verdad habían por docenas), con cajones se armó un “living”, ya los remplazaría con el tiempo, con cosas no muy lujosas ya que despertaría sospechas que hubiera un departamento tan amoblado en esos lugares..., la verdad el “lujo” ahora era algo ya muy lejano y olvidado, dormía en un saco de dormir y listo, no necesitaba más, solo la música era quizás su “lujo”, cuando podía se hacía de baterías, tenía un transformador eléctrico..., pero no había luz ahí desde que llegó, y escuchaba a Burzum...,Mayhem, Venom, o ah Death, Iron Maiden, Slayer, ...., a todos los que tenía en sus usados discos de mp3, amaba las guitarras fuertes, las voces guturales, las baterías desbocadas a veces contaban historias de gente como él, que comía a otras gentes, pero eran caníbales y él hace mucho tiempo que solo comía sesos, igual le gustaban, y habían temas dedicados a zombis también...., en fin se entretenía.
Con los años, hasta los delincuentes que tenía por vecinos se fueron, algunos nunca salieron de ahí también, eran presas fáciles si no cogía alguna en sus lugares habituales de caza en la ciudad, así la leyenda que había “algo” primero en esos departamentos nació, luego ese algo era un “lobo”, luego un “vampiro”, y finalmente un “zombi”, por carecer las victimas de cerebros, se llegó a esa conclusión y no faltó el periodista que se interesó en la historia, así, si bien anduvieron por incluso los mismo departamentos, el se cuido bien de no dejarse ver, entrevistaron algunas de las últimas putas del sector que quedaban y ellas contaron que se veían cosas extrañas, sombras, se escuchaban gemidos, pero eso pareció más una historia de fantasmas que de zombis...., y las caras de esas pobres dieron la impresión en la tv, de que igual debían ver marcianos y duendes cuando tomaban sus drogas, así el asunto se desinfló rápidamente, y bueno, era también reflotado cada cierto tiempo, obviamente por que no dejaron de aparecer cadáveres sin sus sesos, el tenía que comer vaya..., y si bien cuando veía en su obsoleta tv en blanco y negro , que accionaba con una batería de auto, solo por la noche y solo para ver el noticiero, que aparecía muchos días seguidos ...,como ahora, la cuenta de presas descerebradas siempre en aumento, pues dejaba de cazar y se contentaba ya con sus “provisiones”, ya con algunos perros y gatos vagos que pillaba en trampas que ponía por los alrededores, siempre de noche...,pero esos pequeños sesos no lo satisfacían, le duraban solo un par de dentelladas, pero bueno...,debía de cuidarse.
No tenía espejo en su departamento, pero si bien no notó, nada al principió, con el tiempo advirtió “cambios” en él, le crecieron no solo los colmillos, sino que toda su dentadura, y se ensancharon, era como cuando fue bebe alguna vez, y le salieron los dientes, solo que ahora “cambiaron” en sus encías, sin caérseles, y si bien siempre llevaba su sierra o su serrucho para sus excursiones, ahora si tenía tiempo, o se sentía muy seguro, abría la cabeza de su presa a dentelladas, ya el hueso del cráneo no ofrecía resistencia a sus dientes...., notó también que sus bellos y cabellos le crecían de manera anormal, que se encorvaba, sin salirle por ello una joroba, solo caminaba mucho más inclinado, también se volvió agilísimo, daba saltos de metros sin esfuerzo alguno, podía ser una sombra en la noche, como si no estuviera ahí...., a veces se reía de cómo la gente imaginaba a los zombis, lentos, y que caminaban como robots, como los clásicos de Romero o Lucio Fulci, nada más lejos de la verdad, y sin embargo en algo si eran calcados, siempre sus presas gritaban de horror al verle, al igual que la gente de las películas, en eso si se parecía a los zombis del cine.

Fue una noche sin luna, obscurísima en que por nostalgia recorría un cementerio de las afueras, admirando abstraído sus queridos mausoleos, cuando escuchó un “roer” muy conocido, otra cosa que también se le había potenciado eran sus sentidos, y el oído bastante, más incluso que su olfato, y este roer le era muy conocido ya que era igual al que el producía al comer sesos, inquietó...., anduvo a saltos por el cementerio, orientándose por los leves sonidos de esté roer...., al fin llego a las tumbas más nuevas, que estaban construidas en cemento y los cajones se iban sub poniendo unos sobre otros, como pequeños bloques de departamentos de muertos, ahí vio que una sombra, había sacado un ataúd y estaba inclinada comiendo...., lo que a juzgar por la ubicación, la cabecera del ataúd algo de su cabeza..., ¿pudiera ser que también comiera sesos como él?, la verdad no era primera vez que le ocurriría algo así, ya antes había encontrado sobre todo en cementerios a seres humanos, casi siempre caníbales, o necrofílicos que sacaban a los muertos de sus tumbas...ya sea para cortarles algunas de sus partes o violárselos, a veces solo por diversión se les había aparecido y gritado algo, y estos habían huido gritando como si lo que vieron no fuera tan monstruoso como ellos mismos, cabrones que de día seguro se ponían un traje y eran banqueros hasta médicos quizás....., y de noche eran unos enfermos, como los satánicos que una vez también pillara sacando muertos de sus cajones, estos tenían velas y dibujos con tizas en el suelo....,nunca entendió bien que pretendían hacer ahí de negro entero y capuchas, si resucitar al difunto, hacer algún rito o solo era necrófilos que le adjuntaban lo satánico a sus prácticas para justificarlas más....,ya que se estaban tirando por turnos a una tía en pelotas, lo concreto y que recuerda siempre, fue que apenas se “hizo” visible en medio de ellos, uno la palmó ahí mismo, jejejejejeje, ni siquiera grito, seguro que el corazón le falló, los demás eran cinco, corrieron gritando aterrorizados, la tía salió corriendo en bolas jejejejeje, hablaron de ello por semanas en la tv y los diarios, que los satánicos hacían nata y cosas así, que las profanaciones y curas llamando a la “constricción” y que el demonio andaba suelto y patrañas así.
Ahora parecía ser distinto, el sonido que hacía esta sombra solitaria estaba seguro que era mínimo, solo sus oídos de zombi podían detectarlo, un mascar seguro, determinado, fuerte,....como el de él, cada vez más extrañado, se acerco otro poco, sin embargo la sombra levantó su rostro hacía el cielo, oliendo y escuchando, el zombi Carlos se volvió entonces de piedra, pasaría una media hora antes que la sombra volviera a comer...., y Carlos se movió nuevamente, pero ahora la sombra simplemente salto por entre y sobre los mausoleos y tumbas, huyendo a una velocidad asombrosa, pero Carlos no estaba dispuesto a dejarle huir así como así, salto el también por entre las tumbas y por sobre los mausoleos, empezando una persecución alucinante en esa tan obscurísima noche, que hasta los búhos no salieron por no ver mucho.
Se convirtieron en dos sombras fantásticas que en la negrura de esa noche nadie hubiera podido ver.
Al fin, Carlos logró arrinconar en un pasadizo de mausoleos a su sombra, debió luchar con ella he inmovilizar sus manos, que pugnaban por desgarrarle el cuello con unas afiladísimas garras, también como las suyas...., al fin se quedo quieta asesando junto a Carlos, y quiso vaya saber uno que divinidad que un débil rayo lunar se filtrara en las penumbras de esa noche y Carlos pudiera ver que el rostro de la sombra, era extraordinariamente parecido al suyo, solo que más “fino” más delicado, al parpadear noto que tenía largas pestañas, y que en su pecho se sentía la presión de unas grandes “tetas”..., le soltó una mano sin poder creer lo que ya presentía, y recibió ya sin sorpresa una caricia con esa mano y una sonrisa , de ese rostro tan familiar .
Con el tiempo, los cadáveres sin sesos aumentaron, no en forma muy espectacular como para volver a ser primera plana en los diarios y noticiosos, pero si aparecían de vez en cuando por seguir siendo un misterio. Misterios que Carlos y ahora junto a la zombi Camila compartían en sus orgasmos y aventuras nocturnas, pero eso es ya otra historia.

alfredoayala_r@yahoo.com



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