El sueño…
el sueño es el hermano de la muerte.
Así que túmbate bajo este esqueleto en la frialdad de la tumba.
Permite que el abrazo de sus muertos brazos
te mantenga totalmente a salvo y dormido.
Enterrado en un sueño…
silenciosamente….
Para siempre bajo tierra




Accidente - Barnabas




Accidente
Barnabas
Hacía un lindo día en el hospital de B....., y la candidata a alcaldesa Alicia V.
Hizo su aparición exactamente cinco minutos antes de las nueve am, entró junto a toda su comitiva de guardias, secretarias, algo de prensa y guardianes..., y ahí mismo, todos escucharon el grito más espantoso que ninguno de ellos hubiera oído antes, tan horrible fue que uno de los guardias se meo encima para su humillación por los tiempos de los tiempos. Aún sin que nadie pudiera recuperar del todo el aliento, apareció casi corriendo una Sra de bata blanca que se identifico así misma como la Dra Renata D. Y que abrió de par en par unas puertas laterales llevándose rápidamente a todos a un patio iluminado profusamente por la luz de la mañana 8menos al guardia que se había meado y que se escabullo sin que nadie supiera como a un baño y de ahí se perdió para siempre....,ni siquiera apareció a cobrar su ultimo sueldo) y una vez ahí la comitiva pudo al fin recuperar algo se aplomo perdido y completar las actividades predeterminadas para ese día y para ese lugar en su campaña a la alcaldía.
Horas después y con una humeante taza de café en mano de las dos mujeres antes mencionadas, la doctora y la candidata se encontraban en la oficina de la primera,donde había acudido la segunda a manifestarle su agradecimiento por la ayuda que esta le había prestado cuando ocurrió el incidente del grito (alarido mejor dicho).
Obviamente luego de las palabras de rigor de agradecimiento, la pregunta de que quien había proferido semejante aullido solo esperaba ser articulada ...., y fue la doctora quien le ahorro esa molestia a la candidata.
-“Mire Sra Alicia, quien gritó de esa manera precisamente a las nueve am, como sucede casi todos los días, y vayan nuestras disculpas por nuestro desacierto por no contemplar un bochorno así ...,una se acostumbra a todo ¿sabe?, es la Sra Mónica C. pero debo relatarle su particular historia para que ud entienda su conducta.
Mónica era una dueña de casa como tantas otras de las que conoce tanto ud como yo, en el varano de hace ya tres años atrás, Mónica tenía una buena posición, se sentía amada por su marido y su hijo Carlos de dos años era la luz de sus ojos tanto para ella como para su marido, se podría decir que era feliz, salvo por un detalle, era bastante “gritona” y bueno así han podido comprobarlo uds y su guardia. Había luchado enconadamente contra este defecto suyo...., la verdad muchas mujeres...., yo misma, doctora y todo si veo una rata en la cocina gritaría como si me cortaran lo que yo no tengo ahí, ud me entiende, pero para Mónica en esos años le parecía que ella era una “alharaca”, que chillaba casi por cualquier cosa y temía que esto, que a esa altura ya consideraba un defecto grave pudiera perturbarla en su matrimonio, ya había hace tiempo notado las caras de desagrado de su marido cuando Carlos había empezado a dar sus primeros pasos y ella había chillado más y mejor cada vez que el pequeño se venía sentado al suelo...., o por cosas mucho más triviales, como cuando se esposo usaba algo más de fuerza en el salero en la mesa y ella chillaba, segura de que se le soltaría la tapa en cualquier instante derramando el contenido del salero en su sopa..., o cuando sacaban a pasear al pequeño perro que podían tener en también una pequeña casa con un también pequeño patio y veía que se le acercaban esos grandes perros callejeros...., aunque los bichos aquellos se encontraran a un par de metros del suyo..., las miradas cada vez más censuradoras de su esposo en las ocasiones cada vez más frecuentes de estos hechos, la convencieron que algo había que hacer, sin atreverse a ir a un psicólogo por ejemplo, ella no estaba loca (aún) se decidió por comprarse uno de esos muchos libros que hay ahora en el mercado de auto-ayuda, lo leyó de cabo a rabo y lo único que saco en claro es que el cambio de su conducta tan ansiado, solo dependía de ella, así que puso su empeño en controlarse y no gritar a atontas y a locas por cualquier insignificancia que le pareciera peligrosa.
Y todo le iba bastante bien en su empeño, hasta que llegó la mañana del Domingo de septiembre de hace ya tres años Sra Alicia, en que les fue entregado en su casita el auto (pequeñísimo ingenio japones) que con innumerables privaciones y sacrificios habían podido adquirir, la alegría lo envolvía todo y almorzaron más temprano que de costumbre ese Domingo, rápidamente terminaron sus platos y sin más se sentaron en el vehículo y partieron a “probarlo”. Mónica sentada adelante con su esposo y Carlos el chico atrás, iban cantando y contentísimos, más el chico iba muy inquieto, y de pronto encontró como bajar la ventanilla del lado de daba a la carretera y gozando el viento que entró a raudales ,ponía su carita para que este le moviera su cabello. Mónica se mordió los labios para no gritar, su marido le vío la cara y por el espejo retrovisor miro a su hijo y sonrió, nada de malo veía en que el chico recibiera el viento en su carita y miró nuevamente a su mujer, que extrañamente no había hecho su berrinche acostumbrado, pero fijándose mejor notó que lo estaba reprimiendo, bien por ella se dijo, este parecía ser el inicio de una época dorada y de cambios agradables en ellos, siguió sonriendo.
Mónica que hacía esfuerzos sobre-humanos para no chillarle a su hijo se calmó algo, se fue convenciendo que en verdad nada de malo hacía el chico y se veía por demás contento, se relajó, pero su angustia subió al punto cuando vio que Carlitos sacaba un brazo furtivamente y lo volvía a entrar, nuevamente debió morderse los carrillos para no gritarle, lo miraba a el y miraba a su marido como pidiéndole cuidado a uno y su autoridad al otro, miró nuevamente a su hijo y cuando vio que llevaba el brazo afuera nuevamente saludando ya no aguanto más y sintió que uno de sus gritos subía por su garganta.
No llegó a hacerlo, ya que cayó sobre ella el brazo amputado de Carlos y un podría decirse “baldazo” de sangre en su misma cara, un camión había pasado adelantándolos se supo después por el parte policial demasiado apegado a ellos y a acceso de velocidad, este había cercenado limpiamente el brazo derecho de el niño con el cual venia haciendo señas, su marido frenó cuando el brazo de su hijo le cayo también en sus piernas arrojado por Mónica que no supo hacer otra cosa para advertirle, Carlitos había muerto desangrado a los pocos minutos de detenerse el coche, no había lanzado un solo grito.
Así fue que Mónica llegó acá Sra Alicia, su esposo se suicido meses después, ya no habló nunca más, solo al despertarse, curiosamente a las nueve de la mañana, la misma hora que se despertó ese Domingo nefasto, lanza un espantoso grito, quizás el que quiso lanzar ese día y no pudo.

alfredoayala_r@yahoo.com

2 Comentarios:

Bastian Von Tunnen ...

Me quede pensando lo que me decias... en serio hay gente idiota que insultaba... mira vos... bueno, mejor, la indiferencia es la mejor arma. Un abrazo grande!

Emerald ...

Heyy Bastian!holaa, si, mira que no me gusta borrar comentarios (encima que tengo pocos no los voy andar borrando!!jajajaaj) asi que opté por esa opción y veo.
Pasa que a veces pongo artículos políticos y no todos están de acuerdo con lo que leen, lo malo es que no polemizan sino insultan.
Pero te digo, la mayoría que entra es gente respetuosa y macanuda.
Un abrazo

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