El sueño…
el sueño es el hermano de la muerte.
Así que túmbate bajo este esqueleto en la frialdad de la tumba.
Permite que el abrazo de sus muertos brazos
te mantenga totalmente a salvo y dormido.
Enterrado en un sueño…
silenciosamente….
Para siempre bajo tierra




Profesor Argentino Acusado Criminalmente



Un profesor argentino acusado criminalmente por promover el acceso al conocimiento






El Grupo de Investigación CopySouth
Rebelión


Un profesor de filosofía argentino, Horacio Potel, debe responder acusaciones criminales por mantener un sitio Web dedicado a traducciones de trabajos del filósofo francés Jacques Derrida. Su presunto delito: infracción al derecho de autor. Aquí está la triste historia del Profesor Potel.

“Estaba fascinado por las infinitas posibilidades que la red ofrecía para el intercambio de conocimientos”, explica Horacio Potel, un Profesor de Filosofía en la Universidad Nacional de Lanus en Buenos Aires. En 1999 el profesor inició un sitio Web personal para recoger ensayos y otros trabajos de algunos filósofos conocidos, empezando por los alemanes Friedrich Nietzsche y Martin Heidegger. Los sitios Web de Potel – Nietzsche en Español , Heidegger en Español y Derrida en Español – se convirtieron en crecientes bibliotecas en línea de textos filosóficos descargables gratuitamente. Sólo el sitio Nietzsche en Español ha recibido más de cuatro millones de visitantes.

Uno de los más conocidos sitios Web de Potel, el www.jacquesderrida.com.ar se concentró en su filósofo francés favorito, Jacques Derrida (1930-2004), de origen argelino y fundador de la “deconstrucción”. En este sitio Web Potel incluyó muchos de los trabajos del filósofo, traducciones en español, foros de discusión, resultados de investigación, biografías, imágenes e informaciones típicas de este tipo de recurso en línea. “Quería compartir mi amor por la filosofía con otras personas. La idea era difundir los textos y hacer una especie de ordenamiento”, declara Potel.

Para Potel, lo que él hacía era lo que los profesores han hecho durante siglos: ayudar a los estudiantes a acceder al conocimiento. “No es posible encontrar ni en bibliotecas ni en librerías de Argentina una colección tan completa de las obras de Derrida y Heidegger como las que estaban en la Web”, señala Potel. De hecho, sólo dos librerías en la ciudad más grande de Argentina, Buenos Aires, ofrecen algunos de los libros de Derrida y por tanto muchos de sus trabajos rara vez se encuentran disponibles para los lectores. Potel gastó décadas visitando bibliotecas y librerías para reunir el material que incluyó en su biblioteca en línea. “Muchos de los textos allí incluidos ya están agotados”, argumenta Potel. Los libros que están agotados no pueden ser adquiridos por los lectores y aún así están protegidos por leyes de propiedad intelectual.

De otro lado, Potel cree que los precios de las editoriales extranjeras, como las mexicanas Porrua y Cal y Arena, son “prohibitivos” para estándares argentinos. Muestra como ejemplo de esto el precio de un folleto recientemente publicado con una conferencia de Derrida. Impreso en tipo de letra grande, el folleto tiene casi ochenta páginas, aunque, sin duda, fuera posible encajar el texto en doce. Se lo vendían por 162 pesos argentinos, aproximadamente 42 dólares americanos por lo cambio actual. Incluso a ese precio excesivo el folleto era difícil de localizar tan solo dos semanas después de su entrada a Argentina. Potel describe que él por su parte debió caminar por Buenos Aires durante una tarde entera para conseguir una copia del mismo.

Pero el precio de los libros extranjeros no es la única preocupación en este caso. Para que los trabajos de Derrida sean accesibles al mundo de habla hispana tienen que ser traducidos. Si bien las versiones en español disponibles en el sitio Web no fueron hechas por él, Potel si hizo correcciones a unas cuantas de ellas pues algunas de las traducciones de las obras de Derrida eran de mala calidad. Para hacer los textos más fáciles de entender a los lectores, Potel enlazó la traducción al texto original e incluso la relacionó con los otros trabajos citados por Derrida en cada texto.

Eventualmente el popular sitio Web de Potel captó la atención de un editor. El proceso penal en su contra se inició el 31 de diciembre de 2008 después de que se presentara una reclamación por parte de una compañía francesa, la editorial Les Éditions de Minuit . Ellos han publicado sólo uno de los libros de Derrida y lo han hecho en francés. La queja de Minuit pasó a la Embajada francesa en Argentina y esa fue la base del proceso judicial que inició la Cámara Argentina del Libro en contra de Potel.

La Cámara Argentina del Libro ostenta los cuestionables antecedentes de haber sido responsable de una incursión policial en la sede de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires y de haber logrado condenar a algunos docentes por hacer que los alumnos fotocopien material bibliográfico. “La escena de la policía entrando a Puán es recordada con estupor por muchos miembros de la comunidad académica” indica el informe. Potel enfrenta hoy la posibilidad de sufrir la intervención de su teléfono, sus casillas de correo electrónico y el allanamiento de su domicilio con el fin de “establecer el lugar físico donde se origina el hecho”.

Potel ha quitado todo el contenido de su sitio Web, en una decisión que él califica de trágica. “Estos sitios son mi mejor obra. Son el fruto de muchísimo trabajo y fueron totalmente financiados por mí” indica. Aquellos que acceden a www.jacquesderrida.com.ar hoy encuentran una advertencia: “Este sitio ha sido desactivado debido a una demanda judicial iniciada por la Cámara Argentina del Libro”. Si bien Potel insiste diciendo “nunca tuve la intención de lucrar” con los trabajos de Derrida, lo cierto es que enfrenta una pena privativa de la libertad que oscila entre un mes hasta seis años por violar las leyes de propiedad intelectual argentinas, según lo indica un artículo publicado el 28 de febrero de 2009 en la versión en línea del periódico argentino /Clarín/.

Si Derrida estuviera vivo, él probablemente agradecería a Potel llevar las traducciones de sus trabajos a millones de lectores de habla hispana que de otra forma nunca habrían tenido la oportunidad de leer los escritos del filósofo francés. En ese sentido veamos lo que el fundador de la deconstrucción dijo sobre la libertad dentro de la universidad:

"Lo mantengo, no obstante: la idea de que ese espacio de tipo académico debe estar simbólicamente protegido por una especie de inmunidad absoluta, como si su adentro fuese inviolable, creo (es, por consiguiente, como una profesión de fe lo que les dirijo y someto al juicio de ustedes) que debemos reafirmarla, declararla, profesarla constantemente [...]. Esa libertad o esa inmunidad de la Universidad, y por excelencia de sus Humanidades, debemos reivindicarlas comprometiéndonos con ellas con todas nuestras fuerzas. No sólo de forma verbal y declarativa, sino en el trabajo, en acto y en lo que hacemos advenir por medio de acontecimientos." (Jacques Derrida, */Universidad sin condición/*, Madrid, Trotta, 2002, p. 42)

Aquellos que afirman “proteger” los “derechos de propiedad intelectual” de Derrida persiguen a un profesor que simplemente sigue las enseñanzas del filósofo francés y las populariza en el mundo de habla hispana.

El Grupo de Investigación CopySouth solicita a la Cámara Argentina del Libro y al gobierno argentino que levanten inmediatamente los cargos criminales y que respeten y protejan las libertades académicas del profesor Potel al proveer acceso popular a obras filosóficas. En cualquier conflicto entre la propiedad intelectual y el derecho a la educación y a acceder al conocimiento, elegimos la educación e invitamos a quienes comparten las mismas preocupaciones para que difundan esta noticia lo más extensa y rápidamente posible.

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