El sueño…
el sueño es el hermano de la muerte.
Así que túmbate bajo este esqueleto en la frialdad de la tumba.
Permite que el abrazo de sus muertos brazos
te mantenga totalmente a salvo y dormido.
Enterrado en un sueño…
silenciosamente….
Para siempre bajo tierra




Esas Voces en el Muro - Barnabás





Esas Voces en el Muro
Barnabás

Es tarde en la noche, y la enorme, fría y vieja casona, resuena en gemidos de antigüedad, sus viejas madera entonan lamentos de siglos idos, de recuerdos de lo inanimado, todo lo que alguna vez fue brillo y esplendor en la casa ya sea ha ido hace años, ya ni los insectos anidan en sus esquinas, solo alguna rata, tan vieja como el aura de la casa llega ahí a morir, como los elefantes en sus cementerios, pareciera que solo una brisa fuerte la derribaría, pero la casa aún resiste las tormentas, aún es un refugio para la “Sra. Sara”, su única habitante desde hace ya más de 40 años, después de quedar viuda, y dueña de ella nunca a querido irse.
-“ ¿Ah donde?”, pregunta ella, -“ ¿Con otras viejas como yo?, -“ ¿Ah sentarme a hacer calcetas?.

-No. Madre, yo no pienso eso, pero.....,
Le dice a su única hija, que cada tanto la importuna con la cantinela que todos los viejos solos deben escuchar de sus hijos o nietos, ¿-“ ¿Qué pasara vieja si te caes?”, -“¿Si te da algo y tu aquí sola?”.

La vieja Sra. Sara la queda mirando con la mirada de todos los viejos que deben enfrentar estas preguntas, entre irónica y apenada... .
-“¿Crees que ya no sirvo para nada, verdad?”.
-”¿Crees que estoy para el asilo, sino de ancianos al menos de locos, no?”.
-“Además. ,no estoy sola”.
-“ Bueno, mamá, si vas a contar a tus gatos, sí, bueno no estas sola... .”

Al fin la longeva, convence a su retoño que, no esta loca, ni nació tarada, que aún puede hacer sus pequeñas compras, que el barrio aún no cae en la decadencia de las ciudades, que esta segura, y un sin fin más de temores que son apagados por las respuestas de la anciana.

Esta escena, recordada hará un par de horas le es arrebatada de su mente por el chillido de la tetera, se levanta con tedio y flojera, y maldice el insomnio que le mantiene despierta hasta muy entrada la noche, no tiene más pastillas y debe esperar hasta fin de mes para cobrar su pensión y reponerlas, mientras, las remplaza con leche y hojas de naranjo..., y algo de aguardiente, se sirve la mezcla en un tazón y con pereza se desliza hacía el living de la igualmente longeva casa, se sienta en su sillón favorito soplando el tazón, de pronto se tensa, aprieta el tazón con más fuerza y pone más atención a los sonidos de la noche..., una carrera de rata, el volar de las polillas en la luz del techo, es algo así lo que oye, hasta que de poco, poco, se va convirtiendo en voces...voces que viene de detrás del muro de su living, ahora esta segura, ya antes las había escuchado en sus desvelos de vieja insomne, más ahora le parecen mucho más claras y entendibles, sin siquiera respirar sigue escuchando.


2 Comentarios:

Maharet Reina Madre ...

buen relato!...Maharet...Desde las mas profundas tinieblas...

Emerald ...

Hola Maharet! sii, un hermoso relato como nos tiene acostumbrados este escritor chileno tan talentoso!
Saludos

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