El sueño…
el sueño es el hermano de la muerte.
Así que túmbate bajo este esqueleto en la frialdad de la tumba.
Permite que el abrazo de sus muertos brazos
te mantenga totalmente a salvo y dormido.
Enterrado en un sueño…
silenciosamente….
Para siempre bajo tierra




La genealogía de la moral - Friedrich Nietzsche


La genealogía de la moral
Friedrich Nietzsche





Escrita en 1887, un año antes del advenimiento de la locura, ésta es con seguridad la obra más “sombría y cruel” de Nietzsche. En ella Nietzsche se atreve a llevar sus planteamientos hasta las últimas consecuencias y no retrocede ante la verdad, por muy “áspera, fría y desagradable” que sea. Su primer tratado se ocupa de la contraposición entre los conceptos de 'bueno' y 'malo', así como de la posterior transformación de su significado por obra de la interpretación judeo-cristiana. El segundo tratado analiza la mala conciencia, cuya causa en épocas primitivas era la culpa entendida no en el sentido de responsabilidad moral, sino como equivalente a deuda material. La última parte, que anuncia el nuevo ideal de superhombre, analiza el significado del ascetismo.








Prólogo
Nosotros los que conocemos somos desconocidos para nosotros, nosotros mismos somos desconocidos para nosotros mismos: esto tiene un buen fundamento. No nos hemos buscado nunca, –– ¿cómo iba a suceder que un día nos encontrásemos? Con razón se ha dicho: «Donde está vuestro tesoro, allí está vuestro corazón»; nuestro tesoro está allí donde se asientan las colmenas de nuestro conocimiento. Estamos siempre en camino hacia ellas cual animales alados de nacimiento y recolectores de miel del espíritu, nos preocupamos de corazón propiamente de una sola cosa ––de «llevar a casa» algo. En lo que se refiere, por lo demás, a la vida, a las denominadas «vivencias», –– ¿quién de nosotros tiene siquiera suficiente seriedad para ellas? ¿O suficiente tiempo? Me temo que en tales asuntos jamás hemos prestado bien atención «al asunto»: ocurre precisamente que no tenemos allí nuestro corazón ––¡y ni siquiera nuestro oído! Antes bien, así como un hombre divinamente distraído y absorto a quien el reloj acaba de atronarle fuertemente los oídos con sus doce campanadas del mediodía, se desvela de golpe y se pregunta «¿qué es lo que en realidad ha sonado ahí?», así también nosotros nos frotamos a veces las orejas después de ocurridas las cosas y preguntamos, sorprendidos del todo, perplejos del todo, «¿qué es lo que en realidad hemos vivido ahí?», más aún, «¿quiénes somos nosotros en realidad?» y nos ponemos a contar con retraso, como hemos dicho, las doce vibrantes campanadas de nuestra vivencia, de nuestra vida, de nuestro ser ––¡ay!, y nos equivocamos en la cuenta... Necesariamente permanecemos extraños a nosotros mismos, no nos entendemos, tenemos que confundirnos con otros, en nosotros se cumple por siempre la frase que dice «cada uno es para sí mismo el más lejano», en lo que a nosotros se refiere no somos «los que conocemos»...




1 Comentario:

Anónimo ...

La mayor parte de la humanidad se entretiene en cosas estúpidas sin sentido sobre todo ahora en estos tiempos, todos se entregan a la vanidad todo es cultura pop ocupados en su aspecto personal más de lo debido en que dirán las personas de nosotros, en cuanto dinero tengo que tener para valer algo para los demás, la gente no parece entender que lo único que nos debe importar es la búsqueda de nosotros mismos …. y entonces sentimos un vació y la necesidad de entendernos y buscamos en el placer o en la moda pero nunca dentro de nosotros mismos , dentro de nosotros esta lo que buscamos no afuera, solo nosotros nos podemos entender partiendo por esa parte la búsqueda de nosotros mismos quienes somos, que queremos a donde vamos seria mas fácil si viéramos todos y también me incluyo dentro de nosotros mismos encontraríamos las respuestas … pero mientras no busquemos correctamente las respuestas no sentiremos paz

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