Lo que tienen en común, tanto el existencialismo ateo como el cristiano, (Jaspers, Gabriel Marcel) es simplemente que consideran que la existencia precede a la esencia.
Es decir que el hombre primero existe, es lanzado al mundo siendo nada, y luego se va haciendo a si mismo existiendo, y sólo se llega a definir en la lápida.
El existencialismo de Sartre, afirma que el hombre comienza por existir y sólo después será tal como se haya hecho, porque el hombre no será otra cosa más que eso. Es ante todo un proyecto y es responsable de lo que es.
El primer paso del existencialismo es poner en el hombre la total responsabilidad de su existencia y la de todos los demás. Porque al elegirse a si mismo está creando también una imagen del hombre tal como considera que debe ser.
Así, su responsabilidad es mucho mayor de lo que podríamos suponer, porque lo compromete a él y también a toda la humanidad.
Eligiéndose, elije a todos los hombres, porque con sus acciones está habilitando a todos los demás a hacer lo mismo.
Esta responsabilidad de elegirse a cada instante es el origen de la angustia y del desamparo porque no tiene excusas, ya que es libre para elegir sus actos.
El existencialismo no cree en el poder de la pasión para que el hombre justifique sus actos, porque también es responsable de su pasión, y la pasión no es una excusa.
Como para Sartre no existe una moral “a priori”, afirma que cuando se está frente a una encrucijada no se tiene a nadie y sólo se puede fiar en los propios instintos. No se puede guiar uno ni por los sentimientos, ni tampoco se pueden pedir consejos; porque los sentimientos los construye uno mismo con los actos y porque siempre se elige al consejero, que ya se sabe de antemano qué va a aconsejar.
Elegir es inventar, dice Sartre, porque ninguna moral general puede indicar lo que hay que hacer. El hombre debe comprometerse y luego actuar sin esperanza, y sin ilusionarse, hará lo que pueda. Lo que no puede es no elegir porque aunque no elija, está eligiendo no elegir.
Un hombre que se compromete en la vida, dibuja su figura con sus actos y fuera de eso no hay nada. El cobarde no nace cobarde, se define a partir del acto que realiza, lo mismo ocurre con el héroe.
Sartre sostiene que “Pienso luego soy” es la verdad absoluta de la conciencia y que eligiendo se construye lo universal.
El hombre elige su moral. Todo hombre que inventa un determinismo es un hombre de mala fe. La mala fe es un error, es la mentira de la falta de compromiso. Porque cuando se elige de buena fe es para siempre. La actitud de estricta coherencia de los actos es la actitud de buena fe.
Los actos de los hombres de buena fe tienen como última significación la búsqueda de la libertad como tal y están obligados a querer, al mismo tiempo que su libertad, la libertad de los demás.
La vida no es nada, les corresponde a los hombres darle un sentido; y el valor de la vida no es otra cosa que ese sentido que eligen.
Aunque Dios existiera todo esto no cambiaría porque es necesario que el hombre se encuentre a sí mismo y se convenza de que nada puede salvarlo de si mismo.
Esta postura, considerada pesimista, es sin embargo profundamente ética. El Existencialismo ateo es un movimiento de post guerra, que surge cuando la gente comienza a integrarse a la sociedad, que devastada por las pérdidas, se atreve a cuestionar los antiguos valores y creencias.
La Psicoterapia con orientación existencial le da una oportunidad a todos. Parte de la base de que la vida comienza en el aquí y ahora, porque el hombre nunca se puede definir sin importar lo que haya sido. Hoy es el principio del resto de la vida y se puede alcanzar cualquier objetivo existiendo.
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1 Comentario:
lIBRE ALBEDRÍO!!!
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