Hoy me dejaste sola
Hoy me dejaste sola,
Me olvidaste en la vida,
Te alejaste, sin siquiera regresar a ver,
Le pusiste al olvido mi nombre
Tus palabras se resbalaron en el sonido,
Al igual que tus promesas,
Ya no podré encontrar refugio en tus
Sonrisas,
Ya no podré encontrar cariño
En tus brazos,
Simplemente me convertiste en una
Más de tu vida,
Campos de rosas negras cubrieron mi alma,
Llantos de soledad, colmaron mi vida,
Y tu recuerdo, ya me empezaba a torturar,
Tu amistad se había desvanecido ya,
Al pasar la noche, tu nombre no se escuchaba ya más.
3 Comentarios:
El olvido, uno de mis temas favoritos.
Es sólo un poema contemporáneo, donde se relata el acto de olvidar el pasado para seguir adelante. Si bien el llanto, la soledad, la tristeza y el deseo pueden llegar a ser una tortura cuando uno se siente olvidado, el nuevo mundo propone suprimir el origen del esos sentimientos y continuar una nueva vida, alejada de aquello que alguna vez fue hermoso. Allí, atrás queda la incansable lucha por recuperar el amor anhelado, atrás el suicidio por no vivir junto a él o no ser correspondido, atrás frases como “me conformo con la tristeza por ser tú la causante de ella” (parafraseando mal a Diego de San Pedro): atrás el “amor pasión: deseo de lo que nos hiere y nos aniquila en su sufrimiento” (Rougemont, Denis. El amor y Occidente).
Pasando a la cháchara, muchos han sufrido una situación como la descrita en el poema y la han afrontado de distintas maneras. Pero, debemos entender que uno está solo en el mundo, que las personas que conocemos solamente acompañan nuestra soledad para hacerla más amena, menos fría, triste, sola y olvidarnos por un momento de que estamos solos. De este modo, no se sufrirá y/o cometerán errores por una persona a quien no le importas y se podrá vivir con la condición primera, aceptando la compañía del camino como un regalo en vez de algo necesario. Si no están de acuerdo conmigo, debe ser porque prefieren verlo; así que les recomiendo “Los secretos del señor Smith”, una gran película que trata lo que digo, aunque de forma más amplia.
Personalmente, prefiero morir de amor antes que de viejo.
Saludos y tened cuidado con los zombis.
Lamentablemente...nadie se muere de amor en estos tiempos.
La época de Dumas o Bécquer han quedado muy atrás, y menos mal! porque a más de leerlos no creo q aguantaría las románticas situaciones en las que se veían sometidos. :D
En estos "tiempos modernos" no puede uno dejarse llevar por la ensoñación de un amor correspondido, ni por la "tristeza del alma" por un amor perdido. No, son tiempos rápidos en los que vivimos apurados, haciendo y planificando la vida hasta ... no tenerla.
Mejor? peor que antes? no lo sé.
No es fácil superar la soledad y la tristeza de sentirse abandonado u olvidado, pero no caer ni dejarse llevar por la depresión que causa es lo que nos fortalece el espíritu.
Si, ya sé, es quemarse por dentro,es deshacerse en pedazos sin que lo noten los demás.
Soy demasiado pragmática para decir que se cura con el tiempo??, se cura!! uno no se muere!!
Nacemos solos y morimos solos, es verdad! pero tengo a mi alrededor ejemplos de grandes amores, que fueron juveniles y ahora en el otoño de la vida son compañeros únicos, esperados y comprendidos. Eso redime un poco la frialdad que encontramos y renueva esperanzas, no lo crees asi?
Es difícil saber si es mejor o peor que antes, pero más que una cuestión de moralidad, tiene que ver con cuánto sentido le damos al acompañante, cuánto éste influye en el sentido de nuestras vidas.
Antiguamente, el amor llegaba para quedarse y ser un constante participante de lo que se deseaba hacer en la vida; ahora, si bien es importante, es sólo una parte extraña y tradicional del orden social. En efecto, se vive en un mundo donde la primera relación no es motivo de noviazgo, sino de ser parte de los aparejados. Por consiguiente, ante una ruptura uno no puede hacer más que buscar otro amante. Desde allí nace la costumbre y libertad de tomar y desechar el amor mientras se sigue trabajando para uno u otros, el eje de sentido del cual el amor es parte en la superficie.
Tienes razón, se cura, aunque algunos digan que siguen tratando de sanar las heridas del tiempo no puede curar. De la cura, pasa a ser un recuerdo hermoso, aunque tenga su lado oscuro. Y si esas personas siguen allí, seguirán brindando calor a la soledad y alimentando con ello el deseo de vivir, que es algo que nunca jubila.
Uno sólo debe preguntarse si vivió bien ese momento, para así después no morir de la angustia producida por un amor, sino de las alegrías que se vivieron. Sólo en ese sentido puede ser bueno tener un abanico de experiencias. Además, es una muestra de enfrentar la vida con optimismo y como tú dices, del fortalecimiento del espíritu.
Cuando hablaba de morir de amor, no me refería a morir literalmente o hacerme el muerto para el resto de mi vida, sino a vivir intensamente cada amor como si en cada día se pudiera hallar la muerte como estado de glorificación. Tampoco quise decir que prefería ser romántico hasta la náusea, sino sentir la vida en plenitud antes que tomarla como un enteco espíritu. Es depositar la mística en cada cosa que hagas (como cuando escribo en este blog).
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