Nocturno en la alcoba
La muerte toma siempre la forma de la alcoba
que nos contiene.
Es cóncava y oscura y tibia y silenciosa,
se pliega en las cortinas en que anida la sombra,
es dura en el espejo y tensa y congelada,
profunda en las almohadas y, en las sábanas, blanca.
Los dos sabemos que la muerte toma
la forma de la alcoba, y que en la alcoba
es el espacio frío que levanta
entre los dos un muro, un cristal, un silencio.
Entonces sólo yo sé que la muerte
es el hueco que dejas en el lecho
cuando de pronto y sin razón alguna te incorporas o te pones de pie.
Y es el ruido de hojas calcinadas
que hacen tus pies desnudos al hundirse en la alfombra.
Y es el sudor que moja nuestros muslos
que se abrazan y luchan y que, luego, se rinden.
Y es la frase que dejas caer, interrumpida.
Y la pregunta mía que no oyes,
que no comprendes o que no respondes.
Y el silencio que cae y te sepulta
cuando velo tu sueño y lo interrogo.
Y solo, sólo yo sé que la muerte
es tu palabra trunca, tus gemidos ajenos
y tus involuntarios movimientos oscuros
cuando en el sueño luchas con el ángel del sueño.
La muerte es todo eso y más que nos circunda,
y nos une y separa alternativamente,
que nos deja confusos, atónitos, suspensos,
con una herida que nos mana sangre.
Entonces, sólo entonces, los dos solos, sabemos
que no el amor sino la oscura muerte
nos precipita a vernos cara a cara a los ojos,
y a unirnos y estrecharnos, más que solo y náufragos,
todavía más, y cada vez más, todavía.
Xavier Villaurrutia "Nostalgia de la muerte" (1938)
imágen:Alvin Baac
2 Comentarios:
Especialmente me ha caido bien hoy este poema. Gracias por compartirlo, es hermoso.
Saludos desde el ocaso...
Sin duda alguna, hasta el momento es el poema más hermoso que he leído en mi vida :D.
Lanzarse a vivir intensamente el amor para no caer en el vacío de la muerte, esa muerte que es sólo la ausencia de tu compañía en las mil manifestaciones que pueda tener. A eso me refería también con “morir de amor”.
Alguna vez dijo un físico: “la sensación de finitud nos obliga a realizar las cosas que consideramos más importantes”. Entonces, físicamente, el tiempo está presente en este poema. Y es que estando la muerte tan cerca, uno no puede hacer otra cosa sino vivir aún más la compañía, que es lo único que te aleja de la muerte y acerca a la vida.
La muerte es donde tú no estás; la vida, “yo siempre contigo”, en cuerpo y alma.
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