El sueño…
el sueño es el hermano de la muerte.
Así que túmbate bajo este esqueleto en la frialdad de la tumba.
Permite que el abrazo de sus muertos brazos
te mantenga totalmente a salvo y dormido.
Enterrado en un sueño…
silenciosamente….
Para siempre bajo tierra




La Leyenda del Murciélago




La Leyenda del Murciélago
(Leyenda tradicional mexicana - Oaxaca)

Cuenta la leyenda que el murciélago una vez fue el ave más bella de la Creación.

El murciélago al principio era tal y como lo conocemos hoy y se llamaba biguidibela (biguidi = mariposa y bela = carne; el nombre venía a significar algo así como mariposa desnuda).

Un día frío subió al cielo y le pidió plumas al creador, como había visto en otros animales que volaban. Pero el creador no tenía plumas, así que le recomendó bajar de nuevo a la tierra y pedir una pluma a cada ave. Y así lo hizo el murciélago, eso sí, recurriendo solamente a las aves con plumas más vistosas y de más colores.

Cuando acabó su recorrido, el murciélago se había hecho con un gran número de plumas que envolvían su cuerpo.

Consciente de su belleza, volaba y volaba mostrándola orgulloso a todos los pájaros, que paraban su vuelo para admirarle. Agitaba sus alas ahora emplumadas, aleteando feliz y con cierto aire de prepotencia. Una vez, como un eco de su vuelo, creó el arco iris. Era todo belleza.

Pero era tanto su orgullo que la soberbia lo transformó en un ser cada vez más ofensivo para con las aves.

Con su continuo pavoneo, hacía sentirse chiquitos a cuantos estaban a su lado, sin importar las cualidades que ellos tuvieran. Hasta al colibrí le reprochaba no llegar a ser dueño de una décima parte de su belleza.

Cuando el Creador vio que el murciélago no se contentaba con disfrutar de sus nuevas plumas, sino que las usaba para humillar a los demás, le pidió que subiera al cielo, donde también se pavoneó y aleteó feliz. Aleteó y aleteó mientras sus plumas se desprendían una a una, descubriéndose de nuevo desnudo como al principio.

Durante todo el día llovieron plumas del cielo, y desde entonces nuestro murciélago ha permanecido desnudo, retirándose a vivir en cuevas y olvidando su sentido de la vista para no tener que recordar todos los colores que una vez tuvo y perdió.


Draconian - The Burning Halo



Gothic Metal/Doom Metal
Suecia
Draconian - The Burning Halo (2006)



01 She Dies (7:28)
02 Through Infectious Waters (A Sickness Elegy) (8:05)
03 The Dying (9:49)
04 Serenade of Sorrow (5:01)
05 The Morningstar (8:02)
06 The Gothic Embrace (8:35)
07 On Sunday They Will Kill the World (4:13)
08 Forever My Queen (2:49)





Draconian - The Gothic Embrace
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Draconian - The Morningstar
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DRACONIAN
Anders Jacobsson (Vocalist)
Lisa Johansson (Vocalist)
Johan Ericson (Lead & rhythm guitar)
Jerry Torstensson (drums)
Fredrik Johansson (Bass player)
Daniel Arvidsson (Rhythm guitar)



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NUNCA MAS







""Soy la mierda oficialista"

El ser indiferente nada es - Georges Bataille



El ser indiferente nada es

I
Sombrero
de fieltro
de la muerte
la escarcha
la hermana
de un sollozo
alegre.
La blancura
de la mar
y la palidez de la luz
arrebatarán los huesos
la ausencia
de la muerte
sonríe.
II
El cuerpo
del delito
es el corazón
de este delirio.
III
Las leyes del sabor
asedian
la torre de la lujuria.
IV
El alcohol
de la poesía
es el silencio
difunto.
V
He vomitado
por la nariz
el cielo telaraña
mis enflaquecidas sienes
terminan de adelgazarlo
estoy muerto
y los lirios
evaporan el agua destilada
faltan palabras
y finalmente falto yo.
VI
Las palabras del poema, su indocilidad, su número, su insignificancia, conservan en el corazón el
instante impalpable, beso lentamente posado en la boca de una muerta, dejan el aliento suspenso en lo
que ya nada es.
La transparencia del ser amado, milagrosa indiferencia, lo que extravía, extraviado en el cristal
incontable de la luz: no pensar en ello nunca más.
VII
El relámpago mata
torna los ojos
el gozo
borra
el gozo
borrado
cristal de muerte
helado
oh cristal
resplandeciente
de un fulgor que se rompe
en las crecientes sombras
soy
lo que no existe
abro
los dientes mezclados
de los muertos
y el rechinar de la luz
que me embriaga
con el abrazo
que se ahoga
el agua
que llora
el aire muerto
y el alma del olvido
mas nada
nada
veo
ya no río
pues a fuerza de reír
me transparento

Georges BatailleLo Arcangélico y otros poemas

imágen:Anna Bodnar

Mantus - Demut



Darkwave/Gothic
Alemania
Mantus - Demut ( 2010)



01. Vanitas
02. Fallen
03. Schuld
04. Gegen die Welt
05. Tranen eines Clowns
06. Ein Schatten
07. Abgrund
08. Azrael
09. Sturm
10. Endlos
11. Krieger der Nacht
12. Gespenster





Mantus - Azrael
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Mantus - Gespenster
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MANTUS
Martin Schindler: Music & Lyrics, Production
Thalia: Vocals


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La Muerta - Guy De Maupassant





La Muerta
Guy De Maupassant


¡Yo la había amado locamente! ¿Por qué amamos? Es raro no ver en el mundo sino a un ser, no tener en la mente sino una idea, en el corazón sino un deseo, y en la boca más que un nombre: un nombre que sube sin cesar, que sube, como el agua de un manantial, de las honduras del alma, que sube a los labios, y que decimos, que repetimos, que murmuramos sin cesar en todas partes, al igual que una plegaria.

No contaré nuestra historia. El amor no tiene más que una, siempre la misma. La encontré y la amé. Nada más. Y viví durante un año en su ternura, en sus brazos, en su caricia, en su mirada, en sus trajes, en sus palabras, enredado, ligado, aprisionado en todo lo que venía de ella, de una forma tan completa que ya no sabía si era de día o de noche, si estaba vivo o muerto, en la vieja tierra o en otro lugar.

Y he aquí que se murió. ¿Cómo? No sé, ya no lo sé. Volvió a casa empapada, una noche de lluvia, y al día siguiente tosía. Tosió durante una semana aproximadamente y guardó cama.

¿Qué ocurrió? Ya no lo sé. Los médicos venían, escribían, se iban. Se traían remedios; una mujer se los hacía tomar. Sus manos estaban calientes, su frente ardiente y húmeda, su mirada brillante y triste. Yo le hablaba, ella me respondía.

¿Qué nos dijimos? Ya no lo sé. ¡Lo he olvidado todo, todo! Se murió, recuerdo muy bien su breve suspiro, su breve suspiro tan débil, el último. La enfermera dijo: «iAy!», ¡comprendí, comprendí! No supe nada más. Nada. Vi a un sacerdote que pronunció estas palabras: «Su querida.» Me pareció que la insultaba. Puesto que ella había muerto, nadie tenía derecho a saber eso. Lo despedí. Vino otro que fue muy bondadoso, muy dulce. Yo lloraba cuando él me habló de ella. Me consultaron mil cosas sobre el entierro. Ya no lo sé. Recuerdo muy bien, sin embargo, el ataúd, el ruido de los martillazos cuando la clavaron dentro.

¡Ay, Dios mío! iLa enterraron! iLa enterraron! iA ella! iEn aquel hoyo! Habían ido unas cuantas personas, unas amigas. Escapé. Corrí. Caminé mucho tiempo por las calles. Después volví a casa. Y al día siguiente me marché de viaje.

Ayer he regresado a París. Cuando volví a ver mi habitación, nuestra habitación, nuestra cama, nuestros muebles, toda esta casa donde había quedado todo lo que queda de la vida de un ser después de su muerte, me asaltó un acceso de pena tan violento que a punto estuve de abrir la ventana y de tirarme a la calle. No pudiendo estar en medio de aquellas cosas, de aquellos muros que la habían encerrado, abrigado, y que debían de guardar en sus imperceptibles rendijas mil átomos de ella, de su carne y de su aliento, cogí el sombrero, con el fin de escapar. De repente, en el momento de llegar a la puerta, pasé ante el gran espejo del vestíbulo que ella había mandado instalar allí para verse, de pies a cabeza, todos los días, al salir, para ver si iba bien arreglada, si estaba correcta y bonita, de las botas al peinado. Y me detuve frente a aquel espejo que tan a menudo la había reflejado. Tan a menudo, tan a menudo, que había debido de conservar también su imagen.

Allí estaba yo de pie, tembloroso, los ojos clavados en el cristal, en el cristal liso, profundo, vacío, pero que la había contenido toda entera, la había poseído tanto como yo, tanto como mi mirada apasionada. Me pareció que amaba a aquel espejo -lo toqué- iestaba frío! iOh! iEl recuerdo, el recuerdo! Espejo doloroso, espejo ardiente, espejo vivo, espejo horrible, ique hace sufrir todas las torturas! iDichosos los hombres cuyo corazón, como un espejo por el que se deslizan y se borran los reflejos, olvida cuanto ha contenido, cuanto ha pasado ante él, cuanto se ha contemplado, reflejado, en su cariño, en su amor! iCómo sufro!

Salí, y a mi pesar, sin saber, sin quererlo, marché al cementerio. Encontré su tumba, muy sencilla, una cruz de mármol con estas pocas palabras: «Amó, fue amada, y murió.» ¡Estaba allí, allí abajo, podrida! iQué horror! Sollocé, con la frente pegada al suelo. Me quede allí mucho tiempo, mucho tiempo. Después me di cuenta de que caía la noche. Entonces un deseo curioso, loco, un deseo de amante desesperado se apoderó de mí. Quise pasar la noche cerca de ella, ultima noche, llorando sobre su tumba. Pero me verían, me echarían. ¿Qué hacer? Fui astuto. Me levanté y empecé a errar por aquella ciudad de los desaparecidos. Andaba y andaba. ¡Qué pequeña es esa ciudad al lado de la otra, donde se vive! Y sin embargo esos muertos son mucho más numerosos que los vivos. Necesitamos altas casas, calles, mucho sitio, para las cuatro generaciones que contemplan la luz al mismo tiempo, beben el agua de las fuentes, el vino de los viñedos, y comen el pan de las llanuras. Y para todas las generaciones de muertos, para toda la escala de la humanidad que desciende hasta nosotros, ¡casi nada, un campo, casi nada! La tierra los recobra, el olvido los borra. ¡Adiós!

En el extremo del cementerio habitado, percibí de repente el cementerio abandonado, ese donde los antiguos difuntos acaban de mezclarse con la tierra, donde las propias cruces se pudren, donde pondrán mañana a los recién llegados. Está lleno de rosas libres, de cipreses vigorosos y negros, un jardín triste y soberbio, alimentado con carne humana. Estaba solo, muy solo. Me agazapé bajo un verde arbusto. Me oculté en él por entero, entre aquellas ramas pobladas y sombrías. Y esperé, aferrado al tronco como un náufrago a una tabla.

Cuando la noche fue oscura, muy oscura, abandoné mi refugio y eché a andar despacito, con pasos lentos, con pasos sordos, sobre aquella tierra llena de muertos. Vagué mucho tiempo, mucho tiempo, mucho tiempo. No la encontraba. Con los brazos extendidos, los ojos abiertos, tropezando en las tumbas con manos, pies, rodillas, pechó, con mi propia cabeza, marchaba sin encontrarla. Tocaba, palpaba como un ciego que busca el camino, palpaba piedras, cruces, verjas de hierro, coronas de cristal, coronas de flores ajadas! Leía los nombres con mis dedos, paseándolos sobre las letras. iQué noche! iQué noche! ¡No la encontraba! ¡No había luna! iQué noche! Tenía miedo, un miedo espantoso por aquellas estrechos senderos, entre dos hileras de tumbas. ¡Tumbas, tumbas, tumbas! ¡Siempre tumbas! A la derecha, a la izquierda, ante mí, a mi alrededor, en todas partes, ¡tumbas!

Me senté en una de ellas, pues ya no podía caminar con las rodillas que se me doblaban. ¡Oí latir mi corazón! ¡Y oía también otra cosa! ¿Qué? ¡Un incomprensible rumor confuso! ¿Aquel ruido estaba en mi cabeza enloquecida, en la noche impenetrable, o bajo la tierra misteriosa, bajo la tierra sembrada de cadáveres humanos? ¡Miré a mi alrededor! ¿Cuánto tiempo me quede allí? No lo sé. Estaba paralizado de terror, estaba ebrio de espanto, a punto de gritar, a punto de morir. Y de repente me pareció que la losa de mármol en la que estaba sentado se movía. Sí, se movía, como si alguien la alzara. De un salto me lancé sobre la tumba contigua, y vi, sí, vi que la piedra que acababa de abandonar se levantaba; y apareció el muerto, un esqueleto pelado que, con su espalda encorvada, la empujaba.

Yo veía, veía muy bien, aunque la noche fuera profunda. En la cruz pude leer: «Aquí reposa Jacques Olivant, fallecido a la edad de cincuenta y un años. Amaba a los suyos, fue honrado y bondadoso, y murió en la paz del Señor.» Ahora también el muerto leía las cosas escritas sobre su tumba. Después cogió una piedra del camino, una piedrecita afilada, y empezó a rascarlas con cuidado, aquellas cosas. Las borró del todo, lentamente, mirando con sus ojos vacíos el sitio donde hacía un momento estaban grabadas; y con la punta del hueso que había sido su índice, escribió con letras luminosas, como esas líneas que se trazan en las paredes con la cabeza de una cerilla: «Aquí reposa Jacques Olivant, fallecido a la edad de cincuenta y un años. Apresuró con sus duras palabras la muerte de su padre a quien deseaba heredar, torturó a su mujer, atormentó a sus hijos, engañó a sus vecinos, robó cuanto pudo y murió miserablemente.»

Cuando hubo acabado de escribir, el muerto inmóvil contempló su obra. Y me di cuenta, al darme la vuelta, de que todas las tumbas estaban abiertas, todos los cadáveres habían salido de ellas, todos habían borrado las mentiras inscritas por los parientes en las lápidas funerarias, para restablecer la verdad. Y yo veía que todos habían sido verdugos de sus allegados, odiosos, deshonestos, hipócritas, mentirosos, bribones, calumniadores, envidiosos, que habían robado, engañado, realizado todos los actos vergonzosos, todos los actos abominables, aquellos buenos padres, esposas fieles, hijos abnegados, aquellas jóvenes castas, aquellos comerciantes probos, aquellos hombres y mujeres presuntamente irreprochables. Escribían todos al mismo tiempo, en el umbral de su morada eterna, la cruel, terrible y santa verdad que todo el mundo ignora o finge ignorar sobre la tierra. Pensé que ella también había debido de trazarla sobre su tumba.

Y ya sin miedo, corriendo entre los ataúdes entreabiertos, entre cadáveres, entre esqueletos, fui hacia ella, seguro de que la encontraría al punto. La reconocí desde lejos, sin ver el rostro envuelto en el sudario. Y sobre la cruz de mármol donde hacía un rato había leído: «Amó, fue amada, y murió.» Distinguí: «Habiendo salido un día para engañar a su amante, cogió frío bajo la lluvia, y murió.»

Parece que me recogieron, inanimado, al nacer el día, junto a una tumba.


Human Drama - Human Drama



rock gótico / dark wave
USA

Human Drama - Human Drama (1994)




1.-It is fear
2.-Breathe
3.-Tired
4.-Sad i cry
5.-Remember well
6.-Solitude IV
7.-White river
8.-The waiting hour (once again)





Human Drama - Tired
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Human Drama - Sad I Cry
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HUMAN DRAMA
Johnny Indovina - lead vocals, acoustic and electric guitar
Mark Balderas - keyboards, back-up vocals
Michael Ciravolo - guitar
Shea Alexander - back up vocals, percussion
Rob Cournoyer - drums
Steve Fuxan - bass


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El Nombre Encontrado - Eduardo Galeano





El Nombre Encontrado
Eduardo Galeano


En la sierra mexicana de Nayarit había una comunidad que no tenía nombre. Desde hacía siglos andaba buscando nombre esa comunidad de indios huicholes. Carlos González lo encontró, por pura casualidad.
Este indio huichol había venido a la ciudad de Tepic para comprar semillas y visitar parientes. Al atravesar un basural, recogió un libro tirado entre los desperdicios. Hacía años que Carlos había aprendido a leer la lengua de Castilla, y mal que bien podía. Sentado a la sombra de un alero, empezó a descifrar páginas. El libro hablaba de un país de nombre raro, que Carlos no sabía ubicar pero que debía estar bien lejos de México, y contaba una historia de hace pocos años.
En el camino de regreso, caminando sierra arriba, Carlos siguió leyendo. No podía desprenderse de esta historia de horror y de bravura. El personaje central del libro era un hombre que había sabido cumplir su palabra. Al llegar a la aldea, Carlos anunció, eufórico:
-¡Por fin tenemos nombre!
Y leyó el libro, en voz alta, para todos. La tropezada lectura le ocupó casi una semana.
Después, las ciento cincuenta familias votaron. Todas por sí. Con bailares y cantares se selló el bautizo.
Ahora tienen cómo llamarse. Esta comunidad lleva el nombre de un hombre digno, que no dudó a la hora de elegir entre la traición y la muerte.
-Voy para Salvador Allende dicen, ahora, los caminantes.

Lluvia - Julia Prilutzky Farny



Lluvia


Llueve otra vez. Llueve de nuevo. Llueve:
siempre el amor me llega con la lluvia.
Sobre la calle una llovizna breve
y aquí en mi corazón, cómo diluvia...

Llueve. Y el agua cae sin relieve
sobre las piedras, ávidas de lluvia.
Aquí en mi corazón, cómo remueve;
aquí en mi corazón, cómo diluvia.

Siempre el amor me llega así. Sin ruido,
con silencioso paso estremecido:
niebla menuda que después diluvia.

Siempre el amor me llega así, callado,
con silencioso andar desesperado...
Y no sé dónde estás. Y está la lluvia.

Julia Prilutzky Farny

In Extremo - Am Goldenen Rhein


Folk/Medieval Metal
Alemania

In Extremo - Am Goldenen Rhein (Live) (2CD) (2009)



CD1:
01. Des Saengers Einzug
02. Sieben Koeche
03. Frei Zu Sein
04. Liam
05. Hiemali Tempore
06. Saengerkrieg
07. Nymphenzeit
08. Ave Maria
09. Spielmannsfluch
10. Poc Vecem
11. Vollmond
12. En Esta Noche
13. Ai Vis Lo Lop

CD2:
01. Zauberspruch
02. In Diesem Licht
03. Flaschenpost
04. Mein Rasend Herz
05. Mein Sehnen
06. Omnia Sol Temperat
07. Auf Leben
08. Kuess Mich
09. Krummavisur
10. Wind
11. Villemann Og Magnhild





In Extremo - Sängerkrieg (Live )
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In Extremo - Liam (Live)
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IN EXTREMO
Das Letzte Einhorn (Michael Rhein) - Vocals, Bagpipes, Cister
Der Lange (Sebastian van Lange) - Guitars
Dr. Pymonte (Andre Strugala) - Bagpipes, Harp, Shawm
Flex der Biegsame (Marco Torzylsky) - Bagpipes, Shawm, Hurdy-Gurdy
Yellow Pfeiffer (Boris Pfeiffer) - Bagpipes, Shawm, Nyckel Harp
Die Lutter (Kay Lutter) - Bass
Der Morgenstern (Rainer Morgenroth) - Drums


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Camilo Torres: El Sacerdote guerrillero



Camilo Torres: El Sacerdote guerrillero



"No depondré las armas mientras el poder no esté totalmente en las manos del pueblo".

Se graduó como bachiller en el Liceo Cervantes en 1946. Luego de estudiar un semestre de derecho en la Universidad Nacional de Colombia, ingresó al Seminario Conciliar de Bogotá, donde permaneció siete años, tiempo durante el cual Camilo se comenzó a interesar por la realidad social, creando un círculo estudios sociales, junto con su compañero Gustavo Pérez. Como cristiano, se sintió atraído por el tema de la pobreza y la justicia social.



Nox Arcana - Carnival Of Lost Souls



Dark gothic/ Darkwave
EEUU
Nox Arcana - Carnival Of Lost Souls (2006)




1. Ghosts of the Midway
2. After Hours
3. Harlequin's Lament
4. Calliope
5. Madame Endora
6. Nightmare Parade
7. Shadows Fall
8. Hall of Mirrors
9. Spellbound
10. Cries in the Night
11. Soul Stealer
12. Haunted Carousel
13. Theatre of Sorrows
14. Living Dolls
15. Lost in the Darkness
16. Snake Charmer
17. Freaks
18. Circus Diabolique
19. Pandora's Music Box
20. The Devil's Daggers
21. Storm




Nox Arcana - Lost In The Darkness
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Nox Arcana - Circus Diabolique
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Nox Arcana - Calliope
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NOX ARCANA
Joseph Vargo: compositor, productor
William Piotrowski: compositor, ingeniero


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Tahuantinsuyo, el mundo de los incas



Tahuantinsuyo, el mundo de los incas
Teresa Vergara









La región andina, debido a la presencia de la cordillera de los Andes, se caracteriza por la diversidad de su ecología: costas desérticas, bosques tropicales, altiplanos secos y fríos que a primera vista parecen uno de los ambientes menos propicios para el hombre.

Sin embargo, los habitantes de esta región han demostrado a lo largo de muchos siglos ser capaces no sólo de sobrevivir en tales condiciones, sino también de dominar el medio geográfico al punto de crear una serie de civilizaciones con excedentes necesarios para florecer y expandirse. La más famosa de ellas, el Tahuantinsuyo, ocupó una vasta superficie de su área, extendiéndose a lo largo del territorio de las actuales repúblicas del Perú, Ecuador, Bolivia, Argentina, Chile y el sur de Colombia.



Human Drama - Solemn Sun Setting


rock gótico / dark wave
USA

Human Drama - Solemn Sun Setting (1999)



1. My Denial
2. The Ways And Wounds (of my world)
3. A Single White Rose
4. Somewhere
5. Loves Way
6. To Love Her
7. A Simple Glance
8. The Truth About Gina
9. Lost
10. I Cannot Believe
11. Goodbye
12. The Great Pretender
13. March On
14. King Of Loneliness
15. Solemn Sun Setting
16. Who Are You?




Human Drama - A single white rose
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HUMAN DRAMA
Johnny Indovina - lead vocals, acoustic and electric guitar
Mark Balderas - keyboards, back-up vocals
Michael Ciravolo - guitar
Shea Alexander - back up vocals, percussion
Rob Cournoyer - drums
Steve Fuxan - bass


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El Envenenador






El Envenenador...
Barnabás



Salía yo de mi trabajo como cajero ese día Viernes cercano a fin de mes, al menos aliviado que empezaba el fin de semana y no tendría que venir en dos días al menos a ese trabajo de mierda, no es que ya no estuviera acostumbrado, el ser humano es una bestia que se acostumbra a todas las situaciones imaginables, desde las laborales (como en mi caso) hasta por ejemplo las culinarias, es decir uno con hambre come la porquería que sea , es cosa de darse una vuelta por el centro de noche (cuidándose bien claro que no te roben, violen o vaya a saber uno que cosa) y ver a los que la gente no ve o no quiere ver, a los vagos medios trastornados que uno ve comerse cosas que sacan de la basura y que cuando los he visto he pensado que le darían asco hasta un perro, pero lo mismo ellos se lo comen, lo que creo me ocurría es que había sido un día en particular cansador, desagradable, desde su inicio, cuando casi me desnuco por culpa del sub-normal del aseo que tenía todo el piso de entrada ensopado en agua jabonosa.

-¡¡ Que cagada está haciendo, saco de huevas!! , fue lo que le grite ya del suelo, luego de casi matarme del costalazo.

-Ya son más de las 8:00, así que ya es hora de limpiar aquí, sino te gusta anda a reclamarle al gerente que es quien manda, dile que por venir llegando atrasado te sacaste la cresta en la entrada, a ver que te dice ..., además hay que ser bien ahuevonado de no cachar que esto esta mojado, te repito por venir tarde te pasa...

Y la verdad me tuve que mamar el porrazo y la sonrisa de satisfacción del imbécil ese, porque me tenía cogido de las bolas, si alegaba me echaba al agua solo, ya que quedaría al descubierto que venía con más de 10 minutos de atraso, en fin me dije, ya me cobraría, paciencia, paciencia...., y eso precisamente fue lo que tuve que tener todo ese día de la gran puta ...., parece que por estar cerca de fin de mes, estaban todos idiotas, las cuentas, los vencimientos, el calor de Diciembre, la puta Pascua ya encima, los pendejos que deben de estar jodiéndolos a todos con los regalos, como los míos, si también yo los entendía, pero parece que los más cabreados se formaron en la fila de mi caja ese día..., todos apurados, todos a los gritos y más de alguna grosería hube de mamarme, calladito, ya que eran esos huevones formados “los clientes”, los que “siempre tienen la razón”..., si hasta una vieja, una veterana de esas que todavía te hablan de los “Gobiernos Radicales” llegó con dos maletas inmensas, cualquiera que la viera pensaría que se iba de viaje a pasar las fiestas a algún lado, no, la vieja traía 250.000 mil pesos en monedas de 1, 5, 10 pesos, nadie entendía como esa vieja de aspecto tan frágil podía acarrear ese cerro de monedas en un par de maletas que por la cantidad de monedad debían de pesar una tonelada, apunto estuve de mandarla al diablo, cuando por el rabillo del ojo, vi al hijo de puta del supervisor, verdadero “lambiscón” a sueldo de los dueños del Banco que esperaba incluso algo sonriente el muy conchudo mi reacción, para no hacerme problemas (y si podía mejor pasárselos a el) le hice una discreta seña, se acerco y en forma cauta le explique la situación, el infeliz meditó unos minutos la situación, sin importarle un rábano la cara de culo que ponían los demás de la enorme fila, incluso hasta algunos silbidos se escuchaban ya, cuando de pronto se le ilumino el rostro y dijo:

- Distinguidísima dama (¿no decía yo que era un lame culos?, pensé al escucharles esas palabrejas) tendría Ud la amabilidad de enseñarme su cédula de identidad..., una mera formalidad.
Y la octogenaria, algo sonrojada por el trato del lambiscón, procedió a urgetear en las profundidades de su bolso que colgaba cual cantimplora de scout en su hombro derecho y extrajo de ahí un carné tan añejo que por lo menos hacía dos décadas que estaría obsoleto, poco faltó para que fuera una piedra con números romanos lo que entregara...., el lambiscón observo lo que la vieja le entregara y me dijo:

-Mire Ud “señor” (recalco el “señor” el muy hijo puta cuando me habló) va a atender de forma especialísima a la Sra Erreicocheaga (me dijo) quien es nada menos que la abuela de uno de los más grandes accionistas de esta institución, ¿me ha oído bien?..

Claro que lo había oído, así que tuve que estar dos horas y media cuenta, que te cuenta monedas hasta enterar los 250.000 mil que la viejuja aseguraba que traía, la verdad después de contarlas tres veces (vieja de mierda) la cantidad era de 249.995 mil, pero la veterana aseguraba y cada vez con cacareos más fuertes que la estaba robando (¿Para que mierda le iba a robar yo la “estratosférica” suma de 5 pesos?, si ni para un dulce alcanza), al final para terminar ese suplicio y también para que el lambiscón no me cayera encima a “salvar” de mi a la “distinguidísima Sra” de apellido con doble “rr”, vieja atererioesclerótica, que de seguro andaba nadando en colesterol alto, hice como que recogía del suelo, una moneda de a 5 y que había sacado antes de mi bolsillo (total, no me iba a desfinanciar con ese desembolso)..., ese, a grandes rasgos había sido mi día laboral, pasaron algunas otras molestias más, pero no llegaron afortunadamente al nivel de las ya narradas, pero igual fueron aumentando mi cabreo de ese día Viernes cercano al fin de mes de Diciembre.

Al salir al fin, encendí como siempre un cigarrillo (a pesar de saber que por el aire tan contaminado del centro, fumarse uno equivale a fumarte medio paquete) camine hasta el kiosco en el que todas las tardes compro el diario de esa misma hora y fumando y mirando los titulares me entretengo esperando que pase el bus que me lleva todos los días de regreso a casa, generalmente me acabó el primer cigarrillo y voy por la mitad del diario y del segundo cigarrillo cuando recién se digna aparecer el bus del recorrido que me sirve, pero ese día Viernes no había llegado al paradero cuando divisé que se acercaba el mencionado bus, apuré unas últimas fumadas de mi cigarrillo y pensando que al menos en algo se me componía el día estiré mi brazo derecho en la universal seña que hace a los chóferes de buses detenerse, lo abordé y mi cabreo del día se hizo aún menor ya que después de cancelar mi pasaje era testigo del insólito espectáculo de ver algunos asientos libres en el bus, cosa que hacía años creo no me ocurría, me apresure pues a apropiarme de uno de ellos posando rápido mi trasero en el, e incluso sonriendo algo me dispuse a leer mi diario de la tarde mientras era conducido a mi hogar.

Decía el titular de ese día viernes cercano a fin de mes:

“NUEVAS VÍCTIMAS DEL ENVENENADOR LA POLICIA DESCONCERTADA”
El que la policía estuviera desconcertada en realidad no era mucha novedad, era cosa de ver la política relativa a las drogas por ejemplo, en Chile si se preguntarán que droga es la más dañina y por tanto a ella debieran enfocarse por lógica la mayor cantidad de recursos para su represión sería “la pasta base de cocaína” ,basura que ni siquiera merece el apelativo de “químico” ya que hasta los mismos adictos la mentan como “raspado de muralla” aludiendo con esté mote a su toxicidad ,quizás con la única comparable y entre comillas y solo por el nivel de adicción o de “enfermedad” como diría W.Burroughs , es con la heroína, pero entiéndase que solamente en este punto, la heroína (prácticamente inexistente su tráfico y consumo en Chile) se entiende es una droga “decente”, la base es basura como ya creo haberlo dicho, no, acá la policía mete a todo lo que considera droga en el mismo saco, llevando en ocasiones como ocurrió en los 80tas a gran cantidad de consumidores de marihuana a ser adictos a esta sustancia, solo porque la empezaron a consumir por no haber producto de los decomisos, marihuana en las calles, así se daban estas situaciones...

-Puta cabros –decía el o la traficante- no hay pitos en ningún lado.

-Puta y ahora ¿qué fumamos?-decían los jóvenes compradores.

-Tengo “pastita”, también se fuma, ah y ojo es más barata y “vuela” igual.

Así fue como se introdujo del norte hacía el Sur de Chile, creando un ejercito de“angustiados” que por su adicción son capaces de matar a su madre por seguir consumiendo (cosa que ha pasado ya varias veces por lo demás), bajo estos criterios funciona la policía en mi país, así que no me extrañaba como digo nada que estuviera desconcertada, ahora lo del “envenenador” era cuento aparte, era quizás a estas alturas el único psicópata que nos faltaba que se diera en estas suramericanas tierras. El tipo repartía veneno camuflado en dulces, pastillas, chocolates, o comidas como los sándwich, galletas, tampoco las frutas se le escapaban, ni los helados, la verdad cualquier tipo de comida era potencialmente un pasaje al otro lado...., si el “envenenador” estaba cerca.

Además y según la “desconcertada policía”, el tipo era al parecer un “maestro del disfraz” y nadie a ciencia cierta sabía cual era su apariencia, potencialmente y al igual que con sus armas, “podía ser cualquiera”.

“Mató nuevamente-decía el diario- en un vagón del metro a 20 personas, casi la totalidad del vagón, en esta oportunidad actúo disfrazado de sacerdote, una vez abordado el vagón en la estación las Rejas, casi de inmediato entabló conversación con los pasajeros hablando sobre la Canonización del Padre Hurtado, no llevaba aún un par de estaciones recorridas, cuando empezó a hacer circular mientras verdaderamente “predicaba”, según uno de los shokeados sobrevivientes, que se salvaron únicamente por acabarse los “camotillos” (dulce tradicional de membrillo) que según dijera el "envenenador” “unas monjitas amigas mías, que están en un convento hacía el interior de Frutillar me los envían, como sabrán esa zona de nuestro país es famosa por sus dulces, anden, saquen y sírvanse con toda confianza” ...,a nadie según los sobrevivientes (apenas 7 personas) se le habría pasado por la cabeza que el tipo les estuviera ofreciéndoles la muerte en forma de dulces. En la estación Salvador , el falso “padre” descendió, bendiciéndoles a todos, diciendo adiós con la mano, dando termino a un viaje de la muerte de no más de 25 minutos en el subterráneo, dice uno de los sobrevivientes que un chico, que se supo luego de solo 6 años se despidió con grandes aspavientos del ,”amable curita que nos ha regalado estos ricos dulces” como le dijo su madre de 25 años, ambos terminaron muertos..., junto a otros 18 pasajeros, completando así la funesta cifra de 20 muertos anteriormente mencionada..”.

Iba tan concentrado leyendo esta atrocidad que no me había percatado que a mi lado se había sentado una mujer nada fea por lo demás, de un insinuante vestido rojo, morena y que miraba por sobre mi hombro , leyendo también la espantosa noticia al menos para ella, ya que fue esa exclamación la que delato su presencia...

-¡ Pero que espantoso, ya no puede una salir a la calle!- dijo la morena...

-Así es-conteste yo, haciéndola enrojecer, dándole el sonrojo una apariencia encantadora....

-Uyyyy, que vergüenza- dijo- no quise leer así sobre su hombro...

La tipa me cayó bien de inmediato, era educada (cosa cada vez más rara por estos días), bonita (sin ser una beldad) morena (que son las que me gustan) y que además usaba vestido, para mi los jeans son para salir por el campo, me encantan las mujeres que usan vestidos, más si les quedan a la perfección como la mujer que tenía al lado...

-No se preocupe Ud, es comprensible que algo tan horrible llamé la atención a una señorita tan linda como Ud...

Su sonrojo se acentúo aún más y para mi también se acentúo con ello su belleza. -Favor que Ud me hace-contesto al parecer encantada-a una mujer solo como yo, pues claro que le preocupan estas cosas....

Para esas alturas a mi, obviamente mi cabreo del día se me había ya pasado, al parecer la diosa fortuna se había compadecido de mí y había decidido compensarme el día, primero con el paso a tiempo del autobús, con asiento y según veía “con mujer”, más aún , de mi agrado y entero gusto, y era así porque si una mujer te contesta que esta “sola en el mundo”, es igual a “me falta un pene”, como decía un amigo, verdadero filósofo en estos temas...

-¡Que cosas que pasan en estos días!-continuo con su linda voz- ¿cómo puede haber gente tan mala?.

-Para que vea Ud, ¿perdón, cual me había dicho que era su nombre?- la mujer volvió a obsequiarme con una increíble sonrisa....

-No se lo he dicho- y ante mi falsa cara de sorpresa agregó.

-Diana, ese es mi nombre...

-Diana-dije-como la diosa cazadora...

En ese momento exacto no dimensione, ni mucho menos, su mirada, mezcla de sorpresa y también podría asegurarlo, regocijo....

-Eso es-termino diciendo- soy una “cazadora”...

Juro que nunca había visto una mujer tan sensual, la palabra cazadora en sus labios se vio modulada como si estuviera teniendo un orgasmo en ese minuto, su lengua se movía por sus labios como una anguila fuera del mar, roja y sensual como su vestido, ni que decir la tremenda erección que en esos momentos tenía...., fue ahí cuando me saco de mi ensimismamiento erótico su ofrecimiento de pastillas de menta, las que saco de una bolsa de papel de su diminuta cartera de mano.

-Tengo los labios y la garganta seca....,estas noticias siempre me producen este efecto....,es molesto...., para hablar...., y para otras cosas también..- y su lengua recorrió su boca, pasando por cada uno de sus blancos y perfectos dientes..., y juro que visualice en esos momentos a mi pene siendo recorrido por esa lengua y sintiendo el roce único de sus dientes en mi glande, poco me falto para masturbarme ahí mismo, el ver como esa pastilla de menta recorría esa boca de allá para allá guiada por esa lengua era demasiado para mi, casi en sueños le escuche decir...

-¿Quieres una?...

Recibí en mi mano la pastilla que se me ofrecía, sin embargo no me la llevé a la boca, embelesado como estaba por esa mujer que tenía enfrente. Por fin parpadee y sintiéndome tonto, salvé la situación preguntándole...

-¿En que trabajas Diana?..

Ella me contemplo unos instantes y volviendo a sonreír contesto.

-Trabajo de secretaria en Investigaciones-respondió.

No sé porque vino a mi memoria la frase “...y la pinche policía..”, luego recordé que mi hijo mayor escuchaba seguidamente a un grupo Punk de nombre 2 Minutos y el vocalista en México a juzgar por el vocablo “pinche”, comenzaba con esas palabras antes de cantar un tema sobre un tipo que se vuelve policía y se olvida de sus amigos del barrio y comienza a “reprimirlos”...., nunca me habían caído bien los policías , y ahora los odiaba aún un poco más al ver las secretarias que esos conchudos se gastaban, envidia simple y pura...

-Por eso me espanta tanto ver lo que decía el diario...., bueno, es que faltan tantas cosas ahí que la gente no sabe, y como por mi trabajo “pasa tanta información confidencial”...

Luego de decir esto, paso algo curioso, las personas del asiento posterior al que nos encontrábamos, las del delantero, la gente que iba de pie se acerco perceptiblemente a escuchar lo que Diana decía, y bueno, era comprensible, el morbo, “la primicia” para los amigos, más aún gratis que ahí se estaba vertiendo justificaban sobradamente esta actitud de la gente.

Diana rebelo varios datos que según ella “no eran del dominio público”, y que por lo demás no se mencionaban en el diario al menos, por lo que el hecho este le daba cierto carácter de veracidad a sus palabras, también era una excelente relatora, por lo que sus palabras fueron atentamente escuchadas, detalles más, detalles menos, lo que más al menos a mí, y creo que también a todos los que en ese bus nos arremolinábamos en torno a Diana y sus revelaciones, tragándonos con avidez sus palabras, fue el enterarnos de un hecho por demás escabroso, al parecer el “envenenador” era un avezado químico, ya que los análisis efectuados a los restos de sus víctimas arrojaron como resultado que si bien el cianuro era el elemento activo ocupado, este presentaba variaciones del cianuro “original”, el que usaba el “envenenador” acentuaba cierta propiedad “disolutiva de las carnes”, como dijo Diana, es decir en el último ataque perpetrado en el metro, todos los cuerpos de las víctimas presentaban una “licuación” de alguna parte de su cuerpo, dejando en la zona, solo el hueso, quedando la carne que cubría al miembro reducida a una sustancia “licuosa” de insufrible olor...., lo más aterrador era el hecho comprobado en los laboratorios de los criminalistas de que el veneno que ocupo en esa ocasión el “envenenador” retardaba en varios minutos el deceso luego de empezada la acción de “licuación” permitiendo así que el envenenado sintiera el seguramente horrible dolor que debía producir el que por ejemplo tu brazo se vuelva agua, “...el sadismo llevado a la categoría de obra de arte...”, dijo Diana paseando su mirada por la callada audiencia.

-¿Señorita?-se escucho muy bajito...

-¿Dígame?-contesto Diana.

-Tomé sus dulces, bueno la verdad se acabaron, estaban buenos...-respondió una algo avergonzada abuela que debía de haberle tocado en suerte el último dulce y por ende la ingrata misión de devolver la bolsa vacía de papel. Diana le regalo una sonrisa tan cálida y hermosa que el sonrojo de la anciana se esfumo de inmediato.

-No es nada, esperó que les gustaran a todos...,-y de pronto miro hacía afuera por la ventanilla y exclamó.

-¡Pero que tonta, por ir hablando ya me pasé dos cuadras!-y procedió a levantarse y pidiendo permiso a tratar de descender apresuradamente.

Consternado ante esta perspectiva repentina, balbucee como pude algunas frases para tratar que al menos me dejara algún teléfono, era algo osado, pero yo estaba seguro de que “algo” se había dado entre nosotros, y el que me diera el número de su celular me lo comprobó, apresuradamente también logre pasarle el mío, y bamboleando su exquisito cuerpo, brindándome el placer de ver su contoneo de nalgas, se alejo por ahora, pensaba yo, de mi vida.

No alcanzaron a pasar dos cuadras desde que Diana había descendido cuando todo comenzó, un verdadero aullido de dolor agonía fue lo que dio pie a un verdadero concierto de alaridos desgarradores, paralizado por el espanto que a cada segundo crecía en cantidades tales que llegué a creer que el corazón me explotaría, fui testigo involuntario de cómo la totalidad de los pasajeros de ese bus comenzaron a “licuarse”, literalmente se iban convirtiendo en una especie de “caldo” o sopa que solo debía de servirse en el infierno, las agonías que contemplé fueron de una expresión tal de dolor, que al cabo de varios meses aún se aparecen y creo que aparecerán por siempre en mis diarias pesadillas, en ese bus vi como a las gentes se les caían los ojos de las cuencas, aquí y allá sus orejas se iban derritiendo como helado dejados al sol, sus ropas poco a poco iban pegándose cada vez más a los esqueletos de los que hacían minutos eran personas que iban a algún lugar, por fin el bus solo quedo abordado a excepción del chofer y yo, por calaveras vestidas, un charco inmenso, asqueroso y repulsivo, en donde nadaban varias docenas de ojos era todo lo que quedaba de esas pobres gentes, y para colmo era hediondo hasta la locura.

Demás esta decir que el chofer luego de escuchar, después ver y por último oler en lo que se habían convertido sus pasajeros, termino por desmayarse y estrellarse con un poste del alumbrado público, dando así fin a ese recorrido infernal.

Poco queda por agregar a esta mi historia, llegaron las ambulancias y los coches de policía, pero las primeras solo tuvieron a mí y al desmayado conductor para llevarnos a algún hospital, todos los demás iban directo a alguna morgue, la pastilla que nunca solté de mi mano, aún la analizan los expertos, me dijeron también que a dos calles de donde se bajo Diana, en un callejón, encontraron tirado un vestido rojo, zapatos de mujer y un vació y minúsculo bolso de mano...., lo peor si, pasó estando yo en el hospital y es lo que no me permite ni dormir ni poder permanecer mucho tiempo en algún lugar, tarde una noche comenzó a sonar mi celular..., sonó muchas, muchas veces sin que yo respondiera, ya que sabía de quien era el número que veía en la pantalla del aparato, de amanecida ante una nueva insistencia apreté solo el botón para contestar, nada dije y creo que ni siquiera respiraba al hacerlo, la voz de Diana se escucho y dijo: “....Hola, como ya sabes quien soy no te molestes en decirme nada, solo te llamé para decirte que cada día, cada hora, la muerte estará a un paso detrás de ti...-y de pronto la afinada voz de mujer se transformo a una ronca, grueso y malvada voz de hombre que dijo- porque yo no tengo cara ni cuerpo, soy quien yo quiero ser...., y elegí ser la muerte y de ella ¿me oyes?, nadie, nadie se escapa.

alfredoayala_r@yahoo.com


In Strict Confidence - La Parade Monstrueuse



Electro/Techno/Darkwave
Alemania

In Strict Confidence - La Parade Monstrueuse [2CD Ltd. Ed.] (2010)



CD1
01. La Parade Monstrueuse (Intro)
02. My Despair
03. Silver Bullets
04. One Drop
05. Set Me Free
06. This Is All
07. Ewige Nacht
08. Snow White
09. I Surrender
10. Schwarzes Licht
11. Golden Gate

Bonus CD
01. Am Abgrund
02. Set Me free (ASP Remix)
03. I Surrender (Extended Version)
04. My Despair (Whisper Version)
05. Silver Bullets (X-Fusion Remix)
06. Set me free (Rhys Fulber Remix)
07. Von Hier bis zur Unendlichkeit
08. I'm a God (Extended Version)
09. Feeling (Inner Senses)
10. I Surrender (Controlled Fusion)




In Strict Confidence - Ewige Nacht
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In Strict Confidence - Silver Bullets (X-Fusion Rmx)
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IN STRICT CONFIDENCE
Heiko Monkowski : Guitar
Nadine Stelzer : Vocals
Antje Schulz : Vocals
Steve : Drums
Jörg Schelte : Programming
Dennis Ostermann : Vocals



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