El Envenenador...
Barnabás
Salía yo de mi trabajo como cajero ese día Viernes cercano a fin de mes, al menos aliviado que empezaba el fin de semana y no tendría que venir en dos días al menos a ese trabajo de mierda, no es que ya no estuviera acostumbrado, el ser humano es una bestia que se acostumbra a todas las situaciones imaginables, desde las laborales (como en mi caso) hasta por ejemplo las culinarias, es decir uno con hambre come la porquería que sea , es cosa de darse una vuelta por el centro de noche (cuidándose bien claro que no te roben, violen o vaya a saber uno que cosa) y ver a los que la gente no ve o no quiere ver, a los vagos medios trastornados que uno ve comerse cosas que sacan de la basura y que cuando los he visto he pensado que le darían asco hasta un perro, pero lo mismo ellos se lo comen, lo que creo me ocurría es que había sido un día en particular cansador, desagradable, desde su inicio, cuando casi me desnuco por culpa del sub-normal del aseo que tenía todo el piso de entrada ensopado en agua jabonosa.
-¡¡ Que cagada está haciendo, saco de huevas!! , fue lo que le grite ya del suelo, luego de casi matarme del costalazo.
-Ya son más de las 8:00, así que ya es hora de limpiar aquí, sino te gusta anda a reclamarle al gerente que es quien manda, dile que por venir llegando atrasado te sacaste la cresta en la entrada, a ver que te dice ..., además hay que ser bien ahuevonado de no cachar que esto esta mojado, te repito por venir tarde te pasa...
Y la verdad me tuve que mamar el porrazo y la sonrisa de satisfacción del imbécil ese, porque me tenía cogido de las bolas, si alegaba me echaba al agua solo, ya que quedaría al descubierto que venía con más de 10 minutos de atraso, en fin me dije, ya me cobraría, paciencia, paciencia...., y eso precisamente fue lo que tuve que tener todo ese día de la gran puta ...., parece que por estar cerca de fin de mes, estaban todos idiotas, las cuentas, los vencimientos, el calor de Diciembre, la puta Pascua ya encima, los pendejos que deben de estar jodiéndolos a todos con los regalos, como los míos, si también yo los entendía, pero parece que los más cabreados se formaron en la fila de mi caja ese día..., todos apurados, todos a los gritos y más de alguna grosería hube de mamarme, calladito, ya que eran esos huevones formados “los clientes”, los que “siempre tienen la razón”..., si hasta una vieja, una veterana de esas que todavía te hablan de los “Gobiernos Radicales” llegó con dos maletas inmensas, cualquiera que la viera pensaría que se iba de viaje a pasar las fiestas a algún lado, no, la vieja traía 250.000 mil pesos en monedas de 1, 5, 10 pesos, nadie entendía como esa vieja de aspecto tan frágil podía acarrear ese cerro de monedas en un par de maletas que por la cantidad de monedad debían de pesar una tonelada, apunto estuve de mandarla al diablo, cuando por el rabillo del ojo, vi al hijo de puta del supervisor, verdadero “lambiscón” a sueldo de los dueños del Banco que esperaba incluso algo sonriente el muy conchudo mi reacción, para no hacerme problemas (y si podía mejor pasárselos a el) le hice una discreta seña, se acerco y en forma cauta le explique la situación, el infeliz meditó unos minutos la situación, sin importarle un rábano la cara de culo que ponían los demás de la enorme fila, incluso hasta algunos silbidos se escuchaban ya, cuando de pronto se le ilumino el rostro y dijo:
- Distinguidísima dama (¿no decía yo que era un lame culos?, pensé al escucharles esas palabrejas) tendría Ud la amabilidad de enseñarme su cédula de identidad..., una mera formalidad.
Y la octogenaria, algo sonrojada por el trato del lambiscón, procedió a urgetear en las profundidades de su bolso que colgaba cual cantimplora de scout en su hombro derecho y extrajo de ahí un carné tan añejo que por lo menos hacía dos décadas que estaría obsoleto, poco faltó para que fuera una piedra con números romanos lo que entregara...., el lambiscón observo lo que la vieja le entregara y me dijo:
-Mire Ud “señor” (recalco el “señor” el muy hijo puta cuando me habló) va a atender de forma especialísima a la Sra Erreicocheaga (me dijo) quien es nada menos que la abuela de uno de los más grandes accionistas de esta institución, ¿me ha oído bien?..
Claro que lo había oído, así que tuve que estar dos horas y media cuenta, que te cuenta monedas hasta enterar los 250.000 mil que la viejuja aseguraba que traía, la verdad después de contarlas tres veces (vieja de mierda) la cantidad era de 249.995 mil, pero la veterana aseguraba y cada vez con cacareos más fuertes que la estaba robando (¿Para que mierda le iba a robar yo la “estratosférica” suma de 5 pesos?, si ni para un dulce alcanza), al final para terminar ese suplicio y también para que el lambiscón no me cayera encima a “salvar” de mi a la “distinguidísima Sra” de apellido con doble “rr”, vieja atererioesclerótica, que de seguro andaba nadando en colesterol alto, hice como que recogía del suelo, una moneda de a 5 y que había sacado antes de mi bolsillo (total, no me iba a desfinanciar con ese desembolso)..., ese, a grandes rasgos había sido mi día laboral, pasaron algunas otras molestias más, pero no llegaron afortunadamente al nivel de las ya narradas, pero igual fueron aumentando mi cabreo de ese día Viernes cercano al fin de mes de Diciembre.
Al salir al fin, encendí como siempre un cigarrillo (a pesar de saber que por el aire tan contaminado del centro, fumarse uno equivale a fumarte medio paquete) camine hasta el kiosco en el que todas las tardes compro el diario de esa misma hora y fumando y mirando los titulares me entretengo esperando que pase el bus que me lleva todos los días de regreso a casa, generalmente me acabó el primer cigarrillo y voy por la mitad del diario y del segundo cigarrillo cuando recién se digna aparecer el bus del recorrido que me sirve, pero ese día Viernes no había llegado al paradero cuando divisé que se acercaba el mencionado bus, apuré unas últimas fumadas de mi cigarrillo y pensando que al menos en algo se me componía el día estiré mi brazo derecho en la universal seña que hace a los chóferes de buses detenerse, lo abordé y mi cabreo del día se hizo aún menor ya que después de cancelar mi pasaje era testigo del insólito espectáculo de ver algunos asientos libres en el bus, cosa que hacía años creo no me ocurría, me apresure pues a apropiarme de uno de ellos posando rápido mi trasero en el, e incluso sonriendo algo me dispuse a leer mi diario de la tarde mientras era conducido a mi hogar.
Decía el titular de ese día viernes cercano a fin de mes:
“NUEVAS VÍCTIMAS DEL ENVENENADOR LA POLICIA DESCONCERTADA”
El que la policía estuviera desconcertada en realidad no era mucha novedad, era cosa de ver la política relativa a las drogas por ejemplo, en Chile si se preguntarán que droga es la más dañina y por tanto a ella debieran enfocarse por lógica la mayor cantidad de recursos para su represión sería “la pasta base de cocaína” ,basura que ni siquiera merece el apelativo de “químico” ya que hasta los mismos adictos la mentan como “raspado de muralla” aludiendo con esté mote a su toxicidad ,quizás con la única comparable y entre comillas y solo por el nivel de adicción o de “enfermedad” como diría W.Burroughs , es con la heroína, pero entiéndase que solamente en este punto, la heroína (prácticamente inexistente su tráfico y consumo en Chile) se entiende es una droga “decente”, la base es basura como ya creo haberlo dicho, no, acá la policía mete a todo lo que considera droga en el mismo saco, llevando en ocasiones como ocurrió en los 80tas a gran cantidad de consumidores de marihuana a ser adictos a esta sustancia, solo porque la empezaron a consumir por no haber producto de los decomisos, marihuana en las calles, así se daban estas situaciones...
-Puta cabros –decía el o la traficante- no hay pitos en ningún lado.
-Puta y ahora ¿qué fumamos?-decían los jóvenes compradores.
-Tengo “pastita”, también se fuma, ah y ojo es más barata y “vuela” igual.
Así fue como se introdujo del norte hacía el Sur de Chile, creando un ejercito de“angustiados” que por su adicción son capaces de matar a su madre por seguir consumiendo (cosa que ha pasado ya varias veces por lo demás), bajo estos criterios funciona la policía en mi país, así que no me extrañaba como digo nada que estuviera desconcertada, ahora lo del “envenenador” era cuento aparte, era quizás a estas alturas el único psicópata que nos faltaba que se diera en estas suramericanas tierras. El tipo repartía veneno camuflado en dulces, pastillas, chocolates, o comidas como los sándwich, galletas, tampoco las frutas se le escapaban, ni los helados, la verdad cualquier tipo de comida era potencialmente un pasaje al otro lado...., si el “envenenador” estaba cerca.
Además y según la “desconcertada policía”, el tipo era al parecer un “maestro del disfraz” y nadie a ciencia cierta sabía cual era su apariencia, potencialmente y al igual que con sus armas, “podía ser cualquiera”.
“Mató nuevamente-decía el diario- en un vagón del metro a 20 personas, casi la totalidad del vagón, en esta oportunidad actúo disfrazado de sacerdote, una vez abordado el vagón en la estación las Rejas, casi de inmediato entabló conversación con los pasajeros hablando sobre la Canonización del Padre Hurtado, no llevaba aún un par de estaciones recorridas, cuando empezó a hacer circular mientras verdaderamente “predicaba”, según uno de los shokeados sobrevivientes, que se salvaron únicamente por acabarse los “camotillos” (dulce tradicional de membrillo) que según dijera el "envenenador” “unas monjitas amigas mías, que están en un convento hacía el interior de Frutillar me los envían, como sabrán esa zona de nuestro país es famosa por sus dulces, anden, saquen y sírvanse con toda confianza” ...,a nadie según los sobrevivientes (apenas 7 personas) se le habría pasado por la cabeza que el tipo les estuviera ofreciéndoles la muerte en forma de dulces. En la estación Salvador , el falso “padre” descendió, bendiciéndoles a todos, diciendo adiós con la mano, dando termino a un viaje de la muerte de no más de 25 minutos en el subterráneo, dice uno de los sobrevivientes que un chico, que se supo luego de solo 6 años se despidió con grandes aspavientos del ,”amable curita que nos ha regalado estos ricos dulces” como le dijo su madre de 25 años, ambos terminaron muertos..., junto a otros 18 pasajeros, completando así la funesta cifra de 20 muertos anteriormente mencionada..”.
Iba tan concentrado leyendo esta atrocidad que no me había percatado que a mi lado se había sentado una mujer nada fea por lo demás, de un insinuante vestido rojo, morena y que miraba por sobre mi hombro , leyendo también la espantosa noticia al menos para ella, ya que fue esa exclamación la que delato su presencia...
-¡ Pero que espantoso, ya no puede una salir a la calle!- dijo la morena...
-Así es-conteste yo, haciéndola enrojecer, dándole el sonrojo una apariencia encantadora....
-Uyyyy, que vergüenza- dijo- no quise leer así sobre su hombro...
La tipa me cayó bien de inmediato, era educada (cosa cada vez más rara por estos días), bonita (sin ser una beldad) morena (que son las que me gustan) y que además usaba vestido, para mi los jeans son para salir por el campo, me encantan las mujeres que usan vestidos, más si les quedan a la perfección como la mujer que tenía al lado...
-No se preocupe Ud, es comprensible que algo tan horrible llamé la atención a una señorita tan linda como Ud...
Su sonrojo se acentúo aún más y para mi también se acentúo con ello su belleza. -Favor que Ud me hace-contesto al parecer encantada-a una mujer solo como yo, pues claro que le preocupan estas cosas....
Para esas alturas a mi, obviamente mi cabreo del día se me había ya pasado, al parecer la diosa fortuna se había compadecido de mí y había decidido compensarme el día, primero con el paso a tiempo del autobús, con asiento y según veía “con mujer”, más aún , de mi agrado y entero gusto, y era así porque si una mujer te contesta que esta “sola en el mundo”, es igual a “me falta un pene”, como decía un amigo, verdadero filósofo en estos temas...
-¡Que cosas que pasan en estos días!-continuo con su linda voz- ¿cómo puede haber gente tan mala?.
-Para que vea Ud, ¿perdón, cual me había dicho que era su nombre?- la mujer volvió a obsequiarme con una increíble sonrisa....
-No se lo he dicho- y ante mi falsa cara de sorpresa agregó.
-Diana, ese es mi nombre...
-Diana-dije-como la diosa cazadora...
En ese momento exacto no dimensione, ni mucho menos, su mirada, mezcla de sorpresa y también podría asegurarlo, regocijo....
-Eso es-termino diciendo- soy una “cazadora”...
Juro que nunca había visto una mujer tan sensual, la palabra cazadora en sus labios se vio modulada como si estuviera teniendo un orgasmo en ese minuto, su lengua se movía por sus labios como una anguila fuera del mar, roja y sensual como su vestido, ni que decir la tremenda erección que en esos momentos tenía...., fue ahí cuando me saco de mi ensimismamiento erótico su ofrecimiento de pastillas de menta, las que saco de una bolsa de papel de su diminuta cartera de mano.
-Tengo los labios y la garganta seca....,estas noticias siempre me producen este efecto....,es molesto...., para hablar...., y para otras cosas también..- y su lengua recorrió su boca, pasando por cada uno de sus blancos y perfectos dientes..., y juro que visualice en esos momentos a mi pene siendo recorrido por esa lengua y sintiendo el roce único de sus dientes en mi glande, poco me falto para masturbarme ahí mismo, el ver como esa pastilla de menta recorría esa boca de allá para allá guiada por esa lengua era demasiado para mi, casi en sueños le escuche decir...
-¿Quieres una?...
Recibí en mi mano la pastilla que se me ofrecía, sin embargo no me la llevé a la boca, embelesado como estaba por esa mujer que tenía enfrente. Por fin parpadee y sintiéndome tonto, salvé la situación preguntándole...
-¿En que trabajas Diana?..
Ella me contemplo unos instantes y volviendo a sonreír contesto.
-Trabajo de secretaria en Investigaciones-respondió.
No sé porque vino a mi memoria la frase “...y la pinche policía..”, luego recordé que mi hijo mayor escuchaba seguidamente a un grupo Punk de nombre 2 Minutos y el vocalista en México a juzgar por el vocablo “pinche”, comenzaba con esas palabras antes de cantar un tema sobre un tipo que se vuelve policía y se olvida de sus amigos del barrio y comienza a “reprimirlos”...., nunca me habían caído bien los policías , y ahora los odiaba aún un poco más al ver las secretarias que esos conchudos se gastaban, envidia simple y pura...
-Por eso me espanta tanto ver lo que decía el diario...., bueno, es que faltan tantas cosas ahí que la gente no sabe, y como por mi trabajo “pasa tanta información confidencial”...
Luego de decir esto, paso algo curioso, las personas del asiento posterior al que nos encontrábamos, las del delantero, la gente que iba de pie se acerco perceptiblemente a escuchar lo que Diana decía, y bueno, era comprensible, el morbo, “la primicia” para los amigos, más aún gratis que ahí se estaba vertiendo justificaban sobradamente esta actitud de la gente.
Diana rebelo varios datos que según ella “no eran del dominio público”, y que por lo demás no se mencionaban en el diario al menos, por lo que el hecho este le daba cierto carácter de veracidad a sus palabras, también era una excelente relatora, por lo que sus palabras fueron atentamente escuchadas, detalles más, detalles menos, lo que más al menos a mí, y creo que también a todos los que en ese bus nos arremolinábamos en torno a Diana y sus revelaciones, tragándonos con avidez sus palabras, fue el enterarnos de un hecho por demás escabroso, al parecer el “envenenador” era un avezado químico, ya que los análisis efectuados a los restos de sus víctimas arrojaron como resultado que si bien el cianuro era el elemento activo ocupado, este presentaba variaciones del cianuro “original”, el que usaba el “envenenador” acentuaba cierta propiedad “disolutiva de las carnes”, como dijo Diana, es decir en el último ataque perpetrado en el metro, todos los cuerpos de las víctimas presentaban una “licuación” de alguna parte de su cuerpo, dejando en la zona, solo el hueso, quedando la carne que cubría al miembro reducida a una sustancia “licuosa” de insufrible olor...., lo más aterrador era el hecho comprobado en los laboratorios de los criminalistas de que el veneno que ocupo en esa ocasión el “envenenador” retardaba en varios minutos el deceso luego de empezada la acción de “licuación” permitiendo así que el envenenado sintiera el seguramente horrible dolor que debía producir el que por ejemplo tu brazo se vuelva agua, “...el sadismo llevado a la categoría de obra de arte...”, dijo Diana paseando su mirada por la callada audiencia.
-¿Señorita?-se escucho muy bajito...
-¿Dígame?-contesto Diana.
-Tomé sus dulces, bueno la verdad se acabaron, estaban buenos...-respondió una algo avergonzada abuela que debía de haberle tocado en suerte el último dulce y por ende la ingrata misión de devolver la bolsa vacía de papel. Diana le regalo una sonrisa tan cálida y hermosa que el sonrojo de la anciana se esfumo de inmediato.
-No es nada, esperó que les gustaran a todos...,-y de pronto miro hacía afuera por la ventanilla y exclamó.
-¡Pero que tonta, por ir hablando ya me pasé dos cuadras!-y procedió a levantarse y pidiendo permiso a tratar de descender apresuradamente.
Consternado ante esta perspectiva repentina, balbucee como pude algunas frases para tratar que al menos me dejara algún teléfono, era algo osado, pero yo estaba seguro de que “algo” se había dado entre nosotros, y el que me diera el número de su celular me lo comprobó, apresuradamente también logre pasarle el mío, y bamboleando su exquisito cuerpo, brindándome el placer de ver su contoneo de nalgas, se alejo por ahora, pensaba yo, de mi vida.
No alcanzaron a pasar dos cuadras desde que Diana había descendido cuando todo comenzó, un verdadero aullido de dolor agonía fue lo que dio pie a un verdadero concierto de alaridos desgarradores, paralizado por el espanto que a cada segundo crecía en cantidades tales que llegué a creer que el corazón me explotaría, fui testigo involuntario de cómo la totalidad de los pasajeros de ese bus comenzaron a “licuarse”, literalmente se iban convirtiendo en una especie de “caldo” o sopa que solo debía de servirse en el infierno, las agonías que contemplé fueron de una expresión tal de dolor, que al cabo de varios meses aún se aparecen y creo que aparecerán por siempre en mis diarias pesadillas, en ese bus vi como a las gentes se les caían los ojos de las cuencas, aquí y allá sus orejas se iban derritiendo como helado dejados al sol, sus ropas poco a poco iban pegándose cada vez más a los esqueletos de los que hacían minutos eran personas que iban a algún lugar, por fin el bus solo quedo abordado a excepción del chofer y yo, por calaveras vestidas, un charco inmenso, asqueroso y repulsivo, en donde nadaban varias docenas de ojos era todo lo que quedaba de esas pobres gentes, y para colmo era hediondo hasta la locura.
Demás esta decir que el chofer luego de escuchar, después ver y por último oler en lo que se habían convertido sus pasajeros, termino por desmayarse y estrellarse con un poste del alumbrado público, dando así fin a ese recorrido infernal.
Poco queda por agregar a esta mi historia, llegaron las ambulancias y los coches de policía, pero las primeras solo tuvieron a mí y al desmayado conductor para llevarnos a algún hospital, todos los demás iban directo a alguna morgue, la pastilla que nunca solté de mi mano, aún la analizan los expertos, me dijeron también que a dos calles de donde se bajo Diana, en un callejón, encontraron tirado un vestido rojo, zapatos de mujer y un vació y minúsculo bolso de mano...., lo peor si, pasó estando yo en el hospital y es lo que no me permite ni dormir ni poder permanecer mucho tiempo en algún lugar, tarde una noche comenzó a sonar mi celular..., sonó muchas, muchas veces sin que yo respondiera, ya que sabía de quien era el número que veía en la pantalla del aparato, de amanecida ante una nueva insistencia apreté solo el botón para contestar, nada dije y creo que ni siquiera respiraba al hacerlo, la voz de Diana se escucho y dijo: “....Hola, como ya sabes quien soy no te molestes en decirme nada, solo te llamé para decirte que cada día, cada hora, la muerte estará a un paso detrás de ti...-y de pronto la afinada voz de mujer se transformo a una ronca, grueso y malvada voz de hombre que dijo- porque yo no tengo cara ni cuerpo, soy quien yo quiero ser...., y elegí ser la muerte y de ella ¿me oyes?, nadie, nadie se escapa.
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