El sueño…
el sueño es el hermano de la muerte.
Así que túmbate bajo este esqueleto en la frialdad de la tumba.
Permite que el abrazo de sus muertos brazos
te mantenga totalmente a salvo y dormido.
Enterrado en un sueño…
silenciosamente….
Para siempre bajo tierra




El perfecto asesino - François Ayel Sampellegrini


El perfecto asesino

Pensar que el tiempo
es el asesino perfecto
y dentro de él las horas
nadan en un mar muerto.

Los minutos apuñalan
a la gente que vaga
desconociendo el vacio
de las almas lavadas.

¿Cuáles serán sus gritos
si resucitan en las mañanas?
Solo he visto su dolor
marchitarse en el frío
del correr de las sanguinarias hadas,
incrustándose en piedras heladas.

Pensar que se caen las horas
de una noche constelada.
tal vez desangrándose
como una víctima en su cama.

Encapuchado prepara su cuchillo
asesinando los segundos.
Caen mis sentidos
atormentados cada minutos.

Pensar que en tres horas
mi cuerpo quedara esparcido
por este cruel asesino que ya no tiene honra.
Vilmente te habrás ido
y mi ser estará sin destino ahora.

Oda a la oscuridad – François Ayel Sampellegrini

6 Comentarios:

Gittana ...

me encanto esta entrada!!! no sabes como te disfruto niña mia!!!

kaisser ...

Comparto la opinión de Gittana, leer tu blog es disfrutar y empaparse de letras maravillosas como las de François Ayel Sampellegrini... su poema es exquisitamente oscuro.

LuzdeLuna que tengas un buenfinde!!!

malena ...

me ha encantado tu poesía, volveré.
un beso.

Emerald ...

Gittana, Kaisser y Malena, muchas gracias por ser tan dulce!
Las letras oscuras son un placer mayor al disfrutarlas con amigos.
Un abrazo

Al Herrera ...

Cuanta cultura, belleza y putrefacción encuentro en este tu espacio. Cada cosa que pones tiene su lado bueno y su lado bueno.

Me sorprendes, y por eso te admiro. En el acto descargo el libro del señor Sampellegrini y veo si lo puedo imprimir.


Saludos desde el ocaso...

Emerald ...

AlHrrera :) quizás como en la vida, todo tiene lado bueno y lado malo, todo es belleza y a la vez fealdad, es la dualidad que nos hace apreciar la diferencia.

Si no conseguís el libro de Sampellegrini, en unos días lo posteo yo.
Un abrazo

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