El sueño…
el sueño es el hermano de la muerte.
Así que túmbate bajo este esqueleto en la frialdad de la tumba.
Permite que el abrazo de sus muertos brazos
te mantenga totalmente a salvo y dormido.
Enterrado en un sueño…
silenciosamente….
Para siempre bajo tierra




Emergencia socioambiental para Argentina





La Red Nacional de Acción Ecologista exige que se declare la Emergencia socioambiental en todo el territorio estatal

RENACE
ecoportal.net

Como ecologistas consideramos imprescindible dar a conocer nuestra visión sobre el estado de situación socioambiental de la Argentina.

Nuestro planeta se encuentra inmerso en una profunda transformación, siendo el signo más evidente el Cambio Climático Global a partir de la Revolución Industrial e incrementado en la segunda mitad del siglo XX, que es el momento en que al modelo de producción expoliador de los bienes comunes naturales se suma un modelo de consumo insostenible, insustentable y depredador destinado a incrementar las ganancias de las corporaciones y sus socios en todo el mundo.

Nuestro país recibe los impactos a través de redistribución de lluvias, sequías e inundaciones, en ciclos que se aceleran con cada nueva estación, y efectos que se sienten no sólo en el sistema agropecuario o en inundaciones urbanas, sino también en el regreso o incremento de enfermedades tropicales como el dengue o la leishmaniasis y la aparición de nuevas plagas.

Sólo una visión muy sesgada de la realidad puede pretender que el deterioro de la calidad de vida se encuentra asociado de manera unívoca a las cuestiones económicas, políticas o sociales; bajo esa visión reducida de los procesos económicos-productivos y sociales, se obvia la referencia del componente más importante: nuestro ambiente.

El modelo extractivo de recursos primarios para alimentar el consumismo voraz del Norte, la generación de energía sin debatir para qué y para quién, comprometiendo a los sistemas sostenedores de la vida y a las culturas con el fin de sostener al Mercado y cada vez más alejada del concepto del buen vivir, afecta no sólo a las generaciones futuras sino también a las actuales.




“El oro es un lujo inútil. Y sin agua no hay vida”

Moonspell - The Antidote



Gothic metal / Black metal
Portugal
Moonspell - The Antidote (2003)



1. In And Above Men
2. From Lowering Skies
3. Everything Invaded
4. Southern Deathstyle, The
5. Antidote
6. Capricorn At Her Feet
7. Lunar Still
8. Walk On The Darkside, A
9. Crystal Gazing
10. As We Eternally Sleep On It




Moonspell - Everything Invaded
Ver Video


MOONSPELL
Fernando Ribeiro - Voces
Ricardo Amorim - Guitarra
Pedro Paixão - Teclado
Aires Pereira - Bajo
Miguel Gaspar - Batería





Zelaya: con el sombrero de Sandino





Zelaya: con el sombrero de Sandino
José Steinsleger


Cuando los de arriba no pueden, y los de abajo no quieren. A un mes del cuartelazo de Tegucigalpa, los golpistas se despedazan entre sí y el pueblo hondureño, con su presidente legítimo a la cabeza, rompe los esquemas y se crece en la lucha nacional, revolucionaria, antimperialista. Frente al aislamiento del régimen espurio y el fracaso de las "negociaciones" en San José de Costa Rica, la lógica indica que sólo restan dos caminos: la consolidación del régimen por la vía de un baño de sangre, o el retorno del presidente Manuel Zelaya al poder.

¿Hay condiciones para la represión en masa de los zelayistas? Descartar esta opción sería tan ingenuo como pensar que el imperio se cortará las venas por la democracia hondureña. Sin embargo, Barack Obama afronta demasiados problemas puertas adentro como para impulsar la guerra en un país donde en marzo de 1992 se vio obligado a aceptar la donación de 300 mil raciones de alimentos no utilizados en la guerra del Golfo, a fin de paliar el hambre en los hospitales estatales agobiados por la falta de recursos.

¿Qué hacer con Zelaya? Punto clave de los golpistas internos y externos. En 1954, el presidente de Guatemala Jacobo Arbenz fue expulsado del país por un grupo de 300 mercenarios apoyados por la CIA. Y en otros golpes similares, varios gobernantes democráticamente elegidos aceptaron el desenlace fatal.

Manuel Zelaya, no. Zelaya parece no dispuesto a tolerar la infamia. Y en su cabeza (cubierta con el mismo sombrero Stetson de ala ancha que usaba Augusto César Sandino) parecen hervir ideas de fuerte simbolismo. ¿Será el primer gobernante que tras ser derrocado por un golpe militar retorna al cargo por la presión internacional?



Arcana-The New Light


dark ambient, neoclassical, darkwave, ambient, ethereal
Suecia
Arcana-The New Light (2004)



1. The Opening 02:17
2. Reminiscence 03:26
3. Source of Light 02:25
4. Fade Away 03:50
5. Wound 04:25
6. Lament 05:38
7. Prophecy of the Inevitable 02:43
8. Eclipse of the Soul 01:53
9. Like Statues in the Garden of Dreaming 04:00
10. Through the Grey Horizon 05:34
11. Wings of Gabriel 04:00




Arcana - Wings Of Gabriel
Ver Video


ARCANA
Cecilia Bjärgö : Choir
Ann-Mari Thim : Vocals
Peter Petterson Bjärgö : All instruments
Stefan Eriksson : Drums, Back Vocals, Programmation


El Lobo - Guy de Maupassant





El Lobo
Guy de Maupassant



Vean ahí lo que nos refirió el viejo marqués de Arville, a los postres de la comida con que inaugurábamos aquel año la época venatoria en la residencia del barón de Ravels.
Habíamos perseguido a un ciervo todo el día. El marqués era el único invitado que no tomó parte alguna en aquella batida, porque no cazaba jamás.
Durante la fastuosa comida casi no se habló más que de matanzas de animales. Hasta las señoras oían con interés las narraciones sangrientas y con frecuencia inverosímiles; los oradores acompañaban con el gesto la relación de los ataques y luchas de hombres y bestias; levantaban los brazos, ahuecaban la voz.
Agradaba oir al señor de Arville, cuya poética fraseología resultaba un poco ampulosa, pero de buen efecto. Es indudable que habría referido muchas veces, en otras ocasiones, la misma historia, porque ninguna frase lo hizo dudar, teniéndolas todas ya estudiadas, muy seguro de producir la imagen que le convenía.
—Señores: yo no he cazado nunca; mi padre, tampoco; ni mi abuelo ni mi bisabuelo. Este último era hijo de un hombre que había cazado él solo más que todos ustedes juntos. Murió en mil setecientos sesenta y cuatro, y voy a decir de qué manera.
"Se llamaba Juan, estaba casado y era padre de una criatura, que fue mi bisabuelo; habitaba con su hermano menor, Francisco de Arville, nuestro castillo de Lorena, entre bosques.
"Francisco de Arville había quedado soltero; su amor a la caza no le permitía otros amores.
"Cazaban los dos todo el año sin tregua, sin descanso y sin rendirse a las fatigas. Era su mayor goce; no sabían divertirse de otro modo; no hablaban de otro asunto: sólo vivían para cazar.
"Dominábalos aquella pasión terrible, inexorable, abrasándolos. poseyéndolos, no dejando espacio en su corazón para nada más.
"Habían prohibido que por ninguna causa les interrumpieran en sus cacerías. Mi bisabuelo nació mientras perseguía su padre a un zorro y, sin abandonar su pista, Juan de Arville murmuró:
"—¡Recristo! Bien pudo esperar ese pícaro para nacer a que yo termine.
"Su hermano Francisco se apasionaba aún más en su afición. Lo primero que hacía en cuanto se levantaba era ver a los perros y los caballos; luego, entreteníase disparando a los pájaros en torno del castillo hasta la hora de salir a caza mayor.
"En la comarca llamábanlos el señor marqués y el señor menor; entonces los aristócratas no establecían en los títulos —como ahora la nobleza improvisada quiere hacerlo— una jerarquía descendiente; porque no es conde un hijo de marqués ni barón un hijo de vizconde, como no es coronel de nacimiento el hijo de un general. Pero la vanidad mezquina de los actuales tiempos lo dispone así.
"Vuelvo a mis ascendientes.
"Parece ser que fueron agigantados, velludos, violentos y vigorosos; el joven aún más que su hermano mayor, y tenía una voz tan recia, que, segun una opínion popular que le complacía, sus gritos agitaban toda la verdura del bosque.
"Y, al salir de caza, debieron de ofrecer un espectáculo admirable aquellos dos gigantes, galopando en dos caballos de mucha talla y brío.
"El invierno de mil setecientos sesenta y cuatro fue muy crudo y los lobos rabiaron de hambre.
"Atacaban a los campesinos rezagados, rondaban de noche alrededor de las viviendas, aullaban desde la puesta de sol hasta el amanecer y asaltaban los establos.
"Circuló un rumor terrible. Hablábase de un lobo colosal, de pelo gris, casi blanco; había devorado a dos niños y el brazo de una mujer; había matado a todos los mastines de la comarca y saltando las tapias, oliscaba sin temor alguno bajo las puertas. Ningún hombre dejó de sentirle resoplar; su resoplido hacía estremecer la llama de las luces. Invadió la provincia un pánico terrible. Nadie salía de casa de noche ni al anochecer. La oscuridad parecía poblada en todas partes por la sombra de aquella bestia...
"Los hermanos de Arville, resueltos a perseguir y matar al monstruo, dispusieron grandes cacerías, invitando a los nobles de la región.
"Todo fue inútil; ni en los bosques ni entre las malezas lo hallaron jamás. Mataban muchos lobos, pero aquél no aparecía. Y cada noche, al terminar la batida, como para vengarse, la bestia feroz causaba estragos mayores, atacando a un caminante o devorando alguna res; pero siempre a distancia del sitio donde lo buscaron aquel día.
"Entró una de aquellas noches en la pocilga del castillo de Arville y devoró los dos mejores cerdos.
"Juan y Francisco reventaban de cólera, suponiendo aquel ataque una provocación del monstruo, una injuria directa, un reto. Con sus más resistentes sabuesos, acostumbrados a perseguir temibles bestias, aprestáronse a la caza, rebosando sus corazones odio y furor.
"Desde el amanecer hasta que descendía el sol arrebolado entre los troncos de los árboles desnudos, batieron inútilmente los matorrales.
"Regresaban furiosos y descorazonados, llevando al paso las cabalgaduras por un camino abierto entre maleza, sorprendiéndose de que burlase un lobo toda su precaución y poseídos ya de una especie de recelo misterioso.
"Juan decía:
"—Esa bestia no es como las demás. Parece que piensa y calcula como un hombre.
"Y contestaba Francisco:
"—Acaso conviniera que nuestro primo el obispo bendijese una bala, o que lo hiciese algún sacerdote de la región, rogándole nosotros que pronunciase las palabras oportunas.
"Callaron y, después de un silencio, advirtió Juan:
"—Mira el sol, qué rojo. La fiera no dejará de causar algún daño esta noche.
—Apenas había terminado la frase, cuando su caballo se encabritó; el de Francisco giraba. Un matorral, cubierto de hojas marchitas, crujió, abriendo paso a una bestia enorme y gris que, saliendo rápidamente de su escondrijo, internóse al punto en el bosque.
"Los dos de Arville articularon una especie de rugido que demostraba su fiera satisfacción y encogiéndose, inclinados hacia adelante, pegándose al cuello de sus briosos caballos, impulsándolos con todo su cuerpo, los lanzaron a la carrera, excitándolos, arrastrándolos, enloqueciéndolos de tal modo con las voces, con sus movimientos, con la espuela, que los hercúleos caballeros, como si un ímpetu gigantesco los condujera volando, parecían arrastrar entre las piernas a sus caballos, que iban a escape, tocando en el suelo con el vientre, haciendo crujir los matorrales y salvando las torrenteras, encaramándose por escarpadas pendientes y descendiendo por angostas gargantas. Los caballeros hacían resonar las trompas con toda la fuerza de sus pulmones, llamando a sus criados y a sus perros.
"De pronto, en aquella furiosa y precipitada persecución, tropezó mi abuelo con la cabeza en una rama que le abrió el cráneo y cayó sin sentido, mientras el caballo continuaba su carrera loca, desapareciendo en la densa oscuridad que iba envolviendo el bosque.
"Francisco de Arville paró en seco y se apeó, cogiendo en brazos a su hermano; vio que por la herida, entre la sangre, asomaba también el cerebro.
Entonces, apoyándolo sobre sus rodillas, contempló el rostro ensangrentado, las facciones rígidas, inertes, del marqués. Poco a poco un miedo lo invadió, un miedo extraño que no había sentido nunca. Temía la oscuridad, la soledad, el silencio del bosque; hasta llegó a temer que apareciera el fantástico lobo, que se vengaba de aquella persecución tenaz de los Arville haciendo morir al mayor de los hermanos.
"Espesaban las tinieblas; el frío, agudo, hacía crujir los árboles. Francisco se incorporó, tembloroso, incapaz de permanecer allí más tiempo, sintiéndose casi desfallecer. No se oía nada; ni ladridos de perros ni voces de trompa; todo estaba mudo en el invisible horizonte, y aquel silencio taciturno de una helada noche tenía bastante de horroroso y extraño.
"Alzó entre sus manos de coloso el cuerpo gigantesco de Juan, atravesándolo sobre la silla para llevarlo al castillo, montó y se puso en marcha, despacio, sintiendo una turbación semejante a la embriaguez, perseguido por espectros indefinibles y espantosos.
"De pronto, una forma vaga cruzó el sendero que la nocturna oscuridad invadía. Era la bestia. Una sacudida brusca, un verdadero espanto agitó al cazador; algo frío, como una gota de agua, se deslizó sobre sus riñones; y, como un ermitaño que ahuyenta a los demonios, el caballero hizo la señal de la cruz, desconcertado ante aquella temible aparición del espantoso vagabundo. Pero sus ojos refrescaron su memoria, presentándole a su hermano muerto; y, de pronto, pasando en un instante del miedo al odio, rugió furiosamente y espoleando al caballo lanzóse tras el lobo. "
"Lo siguió entre los matorrales, por las torrenteras y a través de bosques desconocidos. Galopaba con la vista penetrante, clavada en la sombra que huía; tropezaban en los troncos y en las rocas la cabeza y los pies del muerto atravesado en la silla. Le arrancaban el cabello las zarzas y salpicaba con sangre los árboles, golpeándolos con la frente; las espuelas rechinaban y hacían saltar chispas de los pedruscos.
"De pronto, la bestia y su perseguidor salieron del bosque y se lanzaron a un valle cuando aparecía la luna en lo alto del monte; un valle pedregoso, cerrado por enormes rocas. No hallando fácil salida por aquella parte, la bestia retrocedió.
"Francisco no pudo contener un alarido estruendoso de alegría, que los ecos repitieron como repiten el rodar de un trueno, y saltó a tierra empuñando el cuchillo de monte.
"La bestia, con los pelos erizados y arqueado el cuerpo, lo aguardaba. Pero antes de comenzar el combate, cogiendo el cazador el cuerpo de su hermano lo apoyó entre unas rocas, y sosteniéndole con piedras la cabeza, que parecía una masa de sangre cuajada, le dijo a voces, como si hablara con un sordo:
"—¡Mira, Juan! ¡Mira eso!
"Y se arrojó sobre la bestia. Sentíase bastante poderoso para levantar en vilo una montaña, para triturar pedernales entre sus dedos. La bestia quiso hacer presa en él, procurando arrimar su hocico al vientre del cazador; pero éste la tenía sujeta por el cuello y la estrangulaba tranquilamente con la mano, sin acordarse del cuchillo, gozándose al sentir los ahogos de su garganta y las palpitaciones de su corazón. Reía, reía más, cuanto más apretaba; reía gritando: '¡Mira, Juan! ¡Mira eso!' Ya no hallaba resistencia: el cuerpo del monstruo cedía con blandura. Estaba muerto.
"Entonces Francisco lo alzó, y acercándose a su hermano con aquella carga inerte dejó caer un cadáver a los pies de otro cadáver, diciendo, conmovido y cariñoso:
"—Toma, Juan; tómalo; ahí lo tienes.
"Después colocó en la silla los dos cuerpos y se puso en marcha.
"Entró en el castillo riendo y llorando, como Gargantúa cuando el nacimiento de Pantagruel. Pregonaba la muerte de la bestia con exclamaciones de triunfador y gritos de gozo; refería la muerte de su hermano, gimiendo y arrancándose las barbas.
"Y, pasado el tiempo, cuando hablaba de aquella noche fatal, decía con lágrimas en los ojos:
"—¡Si al menos hubiese podido ver el pobre Juan cómo estrangulé al otro, es posible que muriera satisfecho! ¡Estoy seguro!
"La viuda educó a su hijo haciéndolo odiar la caza y ese odio se ha transmitido hasta mí de generación en generación."
El marqués de Arville había terminado. Alguien preguntó:
—Esa historia es una leyenda, ¿verdad?
Y el marqués respondió:
—Aseguro que todo es cierto, que todo ha ocurrido.
Y una señora dijo con dulzura:
—De cualquier modo, agrada oír contar que alguien se apasiona fieramente.


Curious - The Intimate Stranger


Germany
Gothic Rock, Darkwave

Curious - The Intimate Stranger (2004)



01. Thought Of Angels
02. The Silent Voice
03. Disaster
04. Your Apology
05. Eclipse
06. (A Chapter Of) Trivial Fiction
07. Beyond The Veil
08. A Thousend Sunrises
09. Falling
10. Rovers



Curious - Thought Of Angels
Ver Video



CURIOUS
Oliver: voz
Moci: Bajo, Teclados
Marco: Guitarra
Petar: Guitarra, E-bow
Suzie: Batería





Hitler Ganó la Guerra - Walter Graziano


Hitler Ganó la Guerra
Walter Graziano




El autor no es ningún neonazi que alucina con una imagen triunfante del Fuhrer, ni nada que se le parezca.
Es más, el libro se ocupa de Hitler y el nazismo apenas en algunos parágrafos. Esta obra es en realidad una exhaustiva y documentada investigación sobre la elite oligárquica que controla el poder en los Estados Unidos desde sus orígenes como Estado. Pero no es un libro de historia, aunque muchos de los problemas de los que se ocupa tengan su origen en el siglo XIX.
El libro se ocupa de la situación actual de la estructura de poder mundial que lidera Estados Unidos, y por lo tanto el ex presidente Bush y su familia se convierten en el eje de la investigación de Graziano. Desde la importancia que Bush padre tuvo para la CIA, hasta el peso del oligopolio petrolero en las decisiones políticas, los Bush son personajes nefastamente recurrentes en esta historia. El sujeto central de este libro es la “elite angloamericana”, y se muestra como el establishment norteamericano proviene de las oligarquías inglesas que conquistaron esa tierra siglos atrás.






"¿Cuál es el papel que podríamos esperar que desarrollen las mentes más brillantes de una ciencia, si de repente alguien descubre matemáticamente que el propio basamento fundamental de esa ciencia es incorrecto? Podría presuponerse que en tal caso todos tendrían que frenar los desarrollos de las teorías que vienen sosteniendo o generando, y las ideas sobre las cuales están trabajando, para ponerse a repensar las bases fundamentales de la teoría, admitiendo que en realidad se sabe mucho menos de lo que creía saberse hasta la aparición del descubrimiento. Se comenzaría así a trabajar para dotar de nuevas bases y fundamentos a la ciencia cuya premisa fundamental acaba de desvanecerse. Ésta sería la lógica, sobre todo si se tiene en cuenta que, en lo relativo a la economía, las conclusiones de una teoría, y los consejos que a raíz de ella puedan dar los economistas, y las medidas que finalmente encaran los gobiernos y las empresas de hecho alteran la riqueza, el trabajo y la vida diaria de millones y millones de personas. Los efectos sobre la humanidad pueden ser mayores que en otras ciencias. Cuando se hacen recomendaciones económicas, se está tocando directa o indirectamente el destino de millones de personas, lo que debería imponer el cuidado y la prudencia, no sólo en quienes elaboran las políticas económicas sino también en quienes opinan y aconsejan."


Stravaganzza - Hijo del Miedo



Gothic Metal
España
Stravaganzza - Hijo del Miedo (2006)



01- Dios (Versión 2006)
02- Hijo de la Luna
03- Pasión (Versión orquestal)
04- Miedo
05- Pasión




Stravaganzza - Hijo de la Luna
Ver Video



Stravaganzza - Miedo
Ver Video


STRABAGANZZA
Patricio Babasa : Bass
Pepe Herrero : Guitar, Keyboard
Leo "La Bestia" Jimenez : Vocals, Guitar
Carlos Expósito : Drums, Percussions





Colaborador: MYEPTEMOZO

Golpes de Estado





"...no recuerda exactamente cuándo el presidente hizo click, pero fue en los primeros meses de 2008. “Honestamente no sé qué pasó, pero el presidente sufrió una metamorfosis”, dijo, después de pensarlo unos segundos. Ese año se sumó al proyecto energético de Hugo Chávez, Petrocaribe y más tarde al ALBA. Abrió a licitación las compras gubernamentales de combustibles, arruinándole el negocio a Esso, Shell y Texaco, ajustó el salario mínimo a la canasta básica, una medida sin precedentes en el país; promulgó un ley de protección forestal, a pesar de su pasado de magnate maderero; y le pidió disculpas públicamente a Fidel Castro en nombre del Estado hondureño por haber prestado su territorio en los años ’80 como base para la lucha antiguerrillera de Estados Unidos. Zelaya no es un revolucionario, pero intentó cambiar la historia de su país. “Fue mucho mejor que todos los presidentes que se presentaron como hombres del pueblo”

fuente





Receta para futuros golpes de Estado

Máximo Kinast
Argenpress

Política ficción: Cualquier parecido con la realidad es mera coincidencia


Ante todo, un Golpe de Estado es un "cambio forzado de Gobierno". (CNN dixit)

Olvídese de los gorilas y de la Teoría de los Tres Tercios (un tercio de dirigentes contrarios desaparecidos y asesinados, un tercio desaparecidos, torturados y presos; y el último tercio, desaparecidos por unos días y expulsados del país). El Almirante Merino era un bruto y un borracho y su idea es estúpida. De uniformados, lo menos posible. Son como las cabareteras, caros y de mala clase y en estos negocios tienen la tendencia a quedarse con todo.

1º Lo primero es crear un ambiente a favor del cambio de Gobierno. Si no tiene usted el control, de los medios de comunicación, olvídese de la idea de dar un Golpe de Estado.

Para crear ese ambiente todo vale, mientras sea publicado por los medios de desinformación nacional y extranjeros. Mejor extranjeros, porque rebotan desde el exterior con la aureola de ser verdad. Este es un período de algunos meses (mínimo tres meses).

Algunas ideas:



Leaves' Eyes - My Destiny


Gothic Metal/Symphonic Metal
Noruega

Leaves' Eyes - My Destiny ( 2009)



1.My Destiny
2.The Battle Of Maldon
3.Scarborough Fair(Acoustic Version)
4.Northbound
5.Nine Wave Maidens
6.My Destiny(Remix)



LEAVES' EYES - My destiny
Ver Video



LEAVES'EYES
Liv Kristine Espenæs Krull - voz
Alexander Krull - voz secundaria, arreglos electrónicos
Torsten Bauer - guitarra
Mathias Röderer - guitarra
Chris Lukhaup - bajo
Moritz Neuner - batería





Un premio - Fidel Castro








Un Premio Nobel para Mrs. Clinton

Fidel Castro
Cubadebate

El interminable documento leído ayer por el Nobel Oscar Arias es mucho peor que los 7 puntos del acta de rendición que había propuesto el 18 de julio.

No se comunicaba con la opinión internacional a través de una clave Morse. Hablaba delante de las cámaras de televisión que transmitían su imagen y todos los detalles del rostro humano, que suele tener tantas variables como las huellas digitales de una persona. Cualquier intención mentirosa se puede descubrir con facilidad. Yo lo observaba cuidadosamente.

Entre los televidentes, la inmensa mayoría conocía que en Honduras tuvo lugar un golpe de Estado. A través de ese medio se informaron de los discursos pronunciados en la OEA, la ONU, el SICA, la Cumbre de los No Alineados y otros foros; habían visto los atropellos, los abusos y la represión al pueblo en actividades que llegaron a reunir cientos de miles de personas protestando contra el golpe de Estado.

Lo más extraño es que, cuando Arias exponía su nueva propuesta de paz, no deliraba; creía lo que estaba diciendo.

Aunque muy pocos en Honduras podían ver las imágenes, en el resto del mundo muchas personas lo vieron y también lo habían visto cuando él propuso los famosos 7 puntos el 18 de julio. Sabían que el primero de ellos decía textualmente: “La legítima restitución de José Manuel Zelaya Rosales en la Presidencia de la República hasta el fin del período constitucional por el cual fue electo…”

Todos deseaban saber qué diría ayer por la tarde el mediador. El reconocimiento de los derechos del Presidente Constitucional de Honduras, con las facultades reducidas casi a cero en la primera propuesta, fue relegado a un sexto lugar en el segundo proyecto de Arias, donde ni siquiera se emplea la frase “legitimar la restitución.”

Muchas personas honestas están asombradas y tal vez atribuyen a oscuras maniobras suyas lo que dijo ayer. Quizás yo sea uno de los pocos en el mundo que comprenda que había una autosugestión, más que una intención deliberada en las palabras del Nobel de la Paz. Me percaté de eso especialmente cuando Arias, con especial énfasis y palabras entrecortadas por la emoción, habló de la multitud de mensajes que Presidentes y líderes mundiales, conmovidos por su iniciativa, le habían enviado. Es lo que le pasa por la cabeza; ni siquiera se da cuenta de que otros Premios Nobel de la Paz, honestos y modestos, como Rigoberta Menchú y Adolfo Pérez Esquivel, están indignados por lo ocurrido en Honduras.

Sin duda alguna que gran parte de los gobiernos civiles de América Latina, los cuales conocían que Zelaya había aprobado el primer proyecto de Arias y confiaban en la cordura de los golpistas y sus aliados yanquis, respiraron con alivio, el cual duró solo 72 horas.

Visto desde otro ángulo, y volviendo a las cosas que prevalecen en el mundo real, donde el imperio dominante existe y casi 200 estados soberanos tienen que lidiar con todo tipo de conflictos e intereses políticos, económicos, medioambientales, religiosos y otros, solo falta algo para premiar la genial idea yanqui de pensar en Oscar Arias, para tratar de ganar tiempo, consolidar el golpe, y desmoralizar a los organismos internacionales que apoyaron a Zelaya.

En el 30 Aniversario del Triunfo de la Revolución Sandinista, Daniel Ortega recordando con amargura el papel de Arias en el primer Acuerdo de Esquipulas, declaró ante una enorme multitud de patriotas nicaragüenses: “Los yanquis lo conocen bien, por eso lo escogieron como mediador en Honduras”. En ese mismo acto, Rigoberta Menchú, de ascendencia indígena, condenó el golpe.

Si se cumplían simplemente las medidas acordadas en la reunión de Cancilleres en Washington el golpe de Estado no habría podido sobrevivir a la resistencia pacífica del pueblo hondureño.

Ahora los golpistas se están moviendo ya en las esferas oligárquicas de América Latina, algunas de las cuales, desde altas posiciones estatales, ya no se ruborizan al hablar de sus simpatías por el golpe y el imperialismo pesca en el río revuelto de América Latina. Exactamente lo que Estados Unidos deseaba con la iniciativa de paz, mientras aceleraba las negociaciones para rodear de bases militares la patria de Bolívar.

Hay que ser justos, y mientras esperamos la última palabra del pueblo de Honduras, debemos demandar un Premio Nobel para Mrs. Clinton.

fuente



Bresso - Lacrimosa


Bresso
EINSAMKEIT (1992 ) - Lacrimosa

Mi último cigarro se pega a mi pulmón,
Mis palabras tiemblan contra ti
Llenas de esperanza y temor,
Aquí sentado, cuan purificado me ves.
Sin amor - vacío y enfermo,
Desangrado - totalmente agotado,
Sin embargo tu amor corre por mis venas,
No estoy muerto, no, no estoy muerto,
Escucho aún tu voz hablarme,
Aún siento tus labios sobre mi piel.
Aún tu luz brilla en mí,
Aún te amo,
Aún quiero conocerte,
Quiero acercarme a tu alma,
Quiero perderme completamente en tí,
Toda tu belleza, todo tu brillo,
El castigo por amarte, el castigo de mi amor.
Y ahora te pregunto ¿dónde estas?
¿Dónde estás ahora?
La esperanza se aplasta en mi piel
La duda se encierra en mi corazón
Siento amor en mi interior
Mentiras y fuertes palabras escucho de ti
El reloj de mi vida - destruido
El recuerdo condena
Y te amé
aún escucho tu voz que me llama
Aún siento tus labios sobre mi piel
Aún brilla tu luz en mí
Aún te amo
Regresa por favor
Por favor...

Lacuna Coil - Shallow Life


gothic metal
Italia

Lacuna Coil - Shallow Life [2009]



01. Survive 3:34
02. I Wont Tell You 3:49
03. Not Enough 3:40
04. Im Not Afraid 3:22
05. I Like It 3:42
06. Underdog 3:40
07. The Pain 4:00
08. Spellbound 3:21
09. Wide Awake 3:51
10. The Maze 3:38
11. Unchained 3:22
12. Shallow Life 4:00
13. Oblivion (Bonus Track) 4:08 (Only Scene)





LACUNA COIL - Spellbound
Ver Video



LACUNA COIL - I Like It
Ver Video



LACUNA COIL
Cristina Scabbia - Voces
Andrea Ferro - Voces
Cristiano Migliore - Guitarra
Marco Biazzi - Guitarra
Marco Coti Zelati - Bajo
Cristiano Mozzati - Batería





En la Comisaría - Enrique Medina





En la Comisaría
Enrique Medina

La adolescente tiene 15 años. Se llama Nur Mahmud Husein y está haciendo cola en la oficina de policía de Giza, al sur de El Cairo. Siempre es mucha la gente que concurre al lugar. Unos reclamando por robos menores, otros por rencillas callejeras, hay infractores de tránsito, presuntos vendedores de droga, auténticos vendedores de droga, drogadictos que se arrastran por el piso, policias en mangas de camisa y cigarrillo en la boca, ventiladores de techo que no funcionan, pañuelos casi mojados que vuelven a intentar secar el mismo rostro, muchos colores en la vestimenta, colores en las caras, señales religiosas, comerciantes que protestan por la presencia frente a sus negocios de pequeños comerciantes callejeros, estos que defienden su derecho al trabajo libre y a ganarse la vida decentemente y no robando, un barbudo de pelo largo y aritos lleva a los empujones a dos muchachos y los echa dentro de una oficina en la que se encierra con ellos, dos ancianas ruegan por la pérdida de un perrito, se cruza una camilla cargando un hombre herido rumbo al hospital, una radio prendida.
Nadie escucha la radio prendida que pende en un rincón de la oficina de policia.
Seguramente esta radio fue colocada cuando se inauguró la oficina, cuando los ingenieros y arquitectos construyeron el edificio.
Seguramente pensaron que la gran sala para recibir a la gente tendría que contar con alguna distracción, algo que alivie las penas de quienes necesitan socorro.
Todo bien planificado en los papeles. Buenísima la intención. Quizás la radio, cuando la pusieron en funcionamiento la primera vez, fue probada y los primeros empleados de esa oficina policial opinaron sobre el volumen, alguno habrá dicho:
-Mejor no ponerla muy fuerte, para no cansar a la gente.
Y otro pudo haber contestado:
-Pero si la ponemos bajita no escuchamos la música.
La cuestión es que ha pasado el tiempo y la radio está a todo volumen produciendo el mismo efecto que si estuviera apagada, tal es el escándalo de gritos, insultos, conversaciones y risas que dominan la oficina pública.


Memorias de una Geisha - Arthur Golden


Memorias de una Geisha
Arthur Golden




De la mano de Sayuri entraremos un mundo secreto dominando por las pasiones y sostenido por las apariencias, donde sensualidad y belleza no pueden separarse de la degradación y el sometimiento: un mundo en el que las jóvenes aspirantes a geishas son duramente adiestradas en el arte de la seducción, en el que su virginidad se venderá al mejor postor y donde tendrán que convencerse de que, para ellas, el amor no es más que un espejismo.




Mantus - Liebe und Tod


Gothic / Rock
Alemania

Mantus - Liebe und Tod (2000)



1. Herr der Welt
2. Wir warten auf den Tod
3. Mantusalem
4. Morendo
5. Feuer
6. Stummes Gebet
7. The Stargate
8. Esmeralda
9. Welt sei mein
10. Erinnerung
11. Spiegelwelt Bonus Track
12. Herr der Welt (demo version)





Mantus - Esmeralda
Ver Video



MANTUS
Tina Schindler : Vocals
Martin Schindler : Vocals, Guitar, Drums





Vampiros en Occidente 2





Vampiros en Occidente 2


Dictionaire Infernal - Francia 1865
editado en Paris en 1865

Se les ha dado el nombre de upiers o upires, y más generalmente de vampiros en Occidente, de bruculaques (vroucolacas) en Moreé, y de katahanés en Ceilán, a los hombres muertos y enterrados que después de muchos años, o después de muchos días, volvían des sus tumbas, infestaban las aldeas, maltrataban a los hombres y a los animales, y sobre todo, chupaban la sangre de sus prójimos, los agotaban y les producían la muerte. No era posible librarse de sus visitas peligrosas mas que cuando se les exhumaba, se les empalaba, se les cortaba la cabeza, se les arrancaba el corazón o se les quemaba.

Cuando toda su sangre era succionada por un vampiro, su víctima se transformaba habitualmente en un vampiro. Los diarios públicos de Francia y de Holanda hablan, en 1693 y 1694, de vampiros que aparecían en Polonia, y sobre todo en Rusia. Se ve en el "Mercure Galant" de esos años que era una opinión muy común en los pueblos que los vampiros aparecerían después del mediodía y hasta horas antes del amanecer; que chupaban la sangre de los hombres y de los animales con tanta avidez que a menudo esa sangre les salía por la boca y por la nariz.

Saliendo de sus tumbas, iban y atacaban violentamente a sus parientes o a sus amigos, y que chupaban la sangre apretándoles la garganta, para impedirles que gritaran. Los que eran atacados de esta forma se debilitaban de tal modo que morían casi de inmediato.
Las persecuciones no se dirigían a una sola persona, se extendían también de un vampiro hasta el último de la familia o de la aldea, a menos que se interrumpiera el curso cortando la cabeza o perforando el corazón de un vampiro.
Al matarlos salía de sus cuerpos una gran cantidad de sangre, algunos las mezclaban con harina para hacer pan: ellos pretendían que comiendo ese pan se podrían proteger de atentados de vampiros.


Algunas historias de vampiros:

El señor de Vassimont, enviado a Moravia por el Duque de Lorraine, Leopoldo I, aseguraba, dice Calmet, que este tipo de espectro aparecía frecuentemente y por largo tiempo donde los Moravos, y que era muy común en esa zona que hombres muertos se presentasen en las reuniones después de muchas semanas, se sentasen en la mesa sin decir nada a sus conocidos, e hiciesen un signo con la cabeza a alguno de los asistentes, el cual moría infaltablemente algunos días después.

Un viejo cura confirma este hecho al señor de Vassimont, y cita incluso muchos ejemplos que habían pasado, según él decía, delante de sus ojos.

Los obispos y los curas de la zona habían consultado a Roma sobre estas confusas materias, pero la Santa Sede no dio respuesta, pues consideraban todo esto como visiones. Pero de pronto se aconsejaba desenterrar los cuerpos de los que se transformaban, quemarlos o consumirlos de alguna otra manera, y fue por este medio que se libraron de estos vampiros, que día a día se hicieron menos frecuentes. De todas maneras estas apariciones dieron lugar a una pequeña obra compuesta por Ferdinando de Schertz, e impresa en Olmutz en 1706 bajo el título de Magia Posthuma. El autor cuenta que en cierta aldea una mujer, estando muerta y con todos los sacramentos, fue enterrada en el cementerio de manera normal. Claramente no se trataba de una persona excomulgada, pero tal vez sí una sacrílega. Cuatro días más tarde los habitantes de la aldea oyeron un gran ruido y vieron un espectro que se presentaba bajo la forma de un perro. Después, bajo la forma de un hombre, no a una persona solamente, sino a muchas. Este espectro apretaba la garganta de las personas a las cuales se dirigía, les apretaba el estómago hasta sofocarlas, les quebraba casi todo el cuerpo y los reducía a una debilidad extrema, de modo que se les veía pálidos, flacos y extenuados. Los animales mismos no estaban tampoco al abrigo de su maldad.
Amarraba a las vacas una a otra por la cola, cansaba a los caballos y atormentaba de igual manera al rebaño, de cualquier forma no se escuchaban más que mugidos y gritos de dolor. Estas calamidades duraron varios días, y no se terminaron hasta que quemando el cuerpo de la mujer vampiro.

El autor de la Magia Posthuma cuenta otra anécdota más singular aún. Un pastor de la aldea de Blow, cerca del pueblo de Kadam, en Bohemia, apareció poco tiempo después de su muerte con los síntomas que anuncian el vampirismo. El fantasma llamaba por su nombre a ciertas personas, que morían infaltablemente dentro de ocho días. Atormentaba a sus antiguos vecinos, y causaba tanto temor, que los paisanos de Blow desenterraron su cuerpo y lo fijaron en la tierra con una estaca con la cual le atravesaron el corazón. Este espectro, que hablaba aún cuando estaba muerto, y que no debería haberlo hecho en tal situación, se burlaba sin embargo de los que le hacían sufrir tal tratamiento.
"Ustedes son muy graciosos", les decía, abriendo su gran boca de vampiro, "al darme un bastón para defenderme contra los perros". No se puso atención a lo que él pudiese decir, y se le dejó ahí. La noche siguiente quebró la estaca, se levantó, asustó a muchas personas y ahogó a más de los que había ahogado hasta el momento. Se lo entregaron al verdugo, quien lo puso sobre una carreta para transportarlo fuera de la aldea y quemarlo. El cadáver movía los pies y las manos, daba vuelta los ojos ardientes, y chillaba furioso. Cuando lo atravesaron de nuevo con una estaca lanzó grandes gritos y expulsó sangre muy roja; pero cuando estuvo bien quemado, no se mostró más...

También en el siglo XVIII se hablaba contra los resucitados de este tipo; y en muchos lugares, cuando se les desenterraba, se les encontraba perfectamente frescos y sonrosados, con los miembros flexibles y manipulables, sin verde y sin pudrición, pero no sin una gran hediondez.

El autor que nosotros hemos citado asegura que en su tiempo se veían a menudo vampiros en las montañas de Silesia y de Moravia. Aparecían en pleno día, así como en la mitad de la noche, y uno se daba cuenta que las cosas que les habían pertenecido se movían y cambiaban de lugar sin que persona alguna pareciera tocarlas. El único remedio contra estas apariciones era cortar la cabeza y quemar el cuerpo del vampiro.

Hacia el año 1725 un soldado que estaba de guardia donde un paisano en las fronteras de Hungría vio entrar, en un momento de la comida, un desconocido que se sentó a la mesa cerca del jefe de la casa, este se asustó mucho, así como el resto de la concurrencia. El soldado no sabía que pensar, y temía ser indiscreto haciendo preguntas, pues ignoraba que se trataba. Pero cuando el dueño de casa murió al día siguiente, trató de conocer al sujeto que había producido este accidente, y puso a toda la casa en acción. Se le dijo que el desconocido que él había visto entrar y sentarse a la mesa, era el padre del dueño de la casa, que estaba muerto y enterrado desde hacía diez años, y que al venir así, a sentarse cerca de su hijo, había traído la muerte. El soldado contó estas cosas en su regimiento, y se encomendó a los oficiales que dieran cuenta al conde de Cabréras, capitán de infantería, para hacer un informe de este hecho. Cabréras se dirigió al lugar con otros oficiales, un cirujano y un auditor, escucharon las exposiciones de toda la gente de la casa, quienes atestiguaron que el resucitado no era otro que el padre del dueño de casa, y que todo lo que el soldado había dicho era exacto, lo que fue confirmado también por gran parte de los habitantes de la aldea. En consecuencia, se hizo desenterrar el cuerpo de este espectro. Su sangre era fluida, y su carne tan fresca como la de un hombre que acaba de morir. Se le cortó la cabeza, después de lo cual se le volvió a su tumba. Luego de otras informaciones, se exhumó a un hombre que había muerto hacía treinta años, y que había regresado tres veces a su casa, a la hora de la comida, y que había chupado la sangre, la primera vez a su propio hermano, la segunda a uno de sus hijos, y la tercera a un valet de la casa. Los tres habían muerto casi en el lugar. Cuando este viejo vampiro fue desenterrado se le encontró, como al primero, con la sangre fluida y el cuerpo fresco. Se le colocó un gran clavo en la cabeza, y enseguida se le volvió a su tumba. El conde de Cabreras hizo quemar a un tercer vampiro que estaba enterrado hacía dieciséis años, y que había chupado la sangre y causado la muerte a dos de sus hijos. Después de todo esto, la región se tranquilizó.

Se ha visto de todo lo anterior que generalmente cuando se exhuman a los vampiros sus cuerpos parecen rosados, flexibles, bien conservados. Sin embargo, a pesar de todos estos indicios de vampirismo, no se actuaba contra ellos sin informes judiciales. Se citaba y se escuchaba a los testigos, se examinaban las razones de los demandantes, se consideraban con atención los cadáveres, y si todo anunciaba a un vampiro, se les entregaba al verdugo, quien los quemaba. A veces acontecía que estos espectros aparecían hasta tres y cuatro días después de su ejecución, aún cuando sus cuerpos habían sido reducidos a cenizas. A menudo se difería el entierro por seis o siete semanas a ciertas personas sospechosas. Cuando ellos no se pudrían, y sus miembros se mantenían flexibles y su sangre fluida, entonces se les quemaba. Se aseguraba que los trajes de estos difuntos se movían y cambiaban de lugar sin que ninguna persona los tocara. El autor de la Magia Posthuma cuenta que se veía en Olmutz, a fines del siglo XVII, a uno de estos vampiros, que, no habiendo sido enterrado, lanzaba piedras a los vecinos y molestaba terriblemente a los habitantes.

Calmet informa, como una circunstancia particular, que en las aldeas que están infestadas de vampirismo, si uno va al cementerio o visita las fosas, se encuentra que tienen dos o tres o muchos hoyos del grosor del dedo. Si uno escarba entonces en estas fosas, siempre encuentra un cuerpo flexible y rosado. Si se corta la cabeza de este cadáver, sale sangre fluida de sus venas y de sus arterias. Los sabios benedictinos se preguntan enseguida acaso estos hoyos que aparecen en la tierra que cubre los vampiros pueden contribuir a conservar una especie de vía de respiración, de vegetación, que hace más creíble su retorno entre los vivos; ellos piensan con razón que esta idea, fundada por lo demás en los hechos, no es ni probable ni digna de atención.

El mismo escritor cita, además, sobre los vampiros de Hungría, una carta de M. de l'Isle de Saint-Michel, quien vivió mucho tiempo en los países infestados, y que debían saber algo. He aquí cómo M. de l'Isle se explica a propósito de esto:

"Si una persona que se encuentra atacada de languidez, pierde el apetito, enflaquece a la vista de los demás, y al cabo de ocho o diez días, algunas veces una quincena, muere sin fiebre y sin ningún otro síntoma de enfermedad, más que su enflaquecimiento y su sequedad, se dice en Hungría que es un vampiro lo que se ha adherido a esta persona, y le chupa la sangre. Aquellos que son atacados por esta melancolía negra, la mayoría de las veces, teniendo el espíritu confundido, creen ver un espectro blanco que les sigue por todas partes, como la sombra lo hace con el cuerpo. "

"Cuando nosotros estábamos en invierno donde los Valaques, dos caballeros de la compañía de la cual yo era corneta murieron de esta enfermedad, y muchos otros, que habían sido atacados, habrían probablemente muerto de lo mismo si un caporal de nuestra compañía no hubiese curado sus imaginaciones al ejecutar el remedio que la gente de la región empleaba para esto: aunque muy singular, yo no lo he leído nunca. He aquí:

Se escoge un joven, se le hace montar en pelo sobre un potro, absolutamente negro; se lleva al joven y al caballo al cementerio; ellos se pasean sobre todas las fosas. Aquella sobre la cual el animal rehusa pasar, a pesar de los golpes de espuela que se le dan, se considera que está encerrando a un vampiro. Se abre esta fosa, y se encuentra un cadáver tan bello y tan fresco como si fuera un hombre tranquilamente dormido. Se corta, de un golpe de hacha, el cuello de este cadáver; sale sangre abundantemente, de la más bella y de la más roja, o al menos se cree verla así. Una vez echo esto, se vuelve a colocar el vampiro en su fosa, y se puede asegurar que desde ese momento la enfermedad cesa, y todos aquellos que habían sido atacados recobran sus fuerzas, poco a poco, como la gente que escapa de una larga enfermedad agotadora..."

Los griegos llaman a sus vampiros Brucolaques; ellos están convencidos de que la mayor parte de los espectros de excomunión son vampiros, que no se pueden pudrir en sus tumbas, que ellos aparecen tanto de día como de noche, y que es muy peligroso encontrarse con ellos.

León Allatius, que escribía en el siglo XVII, entra en este tema con grandes detalles. El asegura que en la isla de Chio los habitantes no contestan más que cuando se les llama dos veces, porque están convencidos de que los brucolaques no los pueden llamar más que una sola vez; aún más, ellos creen que cuando un brucolaque llama a una persona viva, si esta persona responde, el espectro desaparece, pero el que ha respondido muere al cabo de algunos días. Se cuenta lo mismo sobre los vampiros de Bohemia y Moravia.

Para prevenir la funesta influencia de los brucolaques, los griegos desentierran el cuerpo del espectro y lo queman, después de haber recitado oraciones. entonces el cuerpo, reducido a cenizas, no aparece más.

Ricaut, que viaja por el Levante en el siglo XVII, agrega que el temor a los brucolaques es general entre los turcos, así como entre los griegos. El cuenta un hecho, recibido de un caloyer, el que asegura que la cosa es cierta bajo juramento.

Un hombre, habiendo muerto excomulgado, por una falta que había cometido en la Moreé, fue enterrado sin ceremonia en un lugar apartado, y no en tierra santa. Los habitantes fueron bien pronto asustados por apariciones horribles que atribuyeron a este desgraciado. Se abrió su tumba, al cabo de algunos años, y se encontró su cuerpo inflado, pero sano y bien dispuesto. Sus venas estaban repletas de sangre que él había chupado. Se reconoció en él a un brucolaque. Después de que se discutió qué es lo que se podía hacer, los caloyeres propusieron desmembrar el cuerpo, reducirlo a pedazos, y hacerlo hervir en vino, ya que esa es la costumbre que ellos tienen desde tiempos muy antiguos respecto de los brucolaques. Sin embargo, los parientes lograron, a fuerza de ruegos, que se cambiara la ejecución; el cuerpo fue puesto en la iglesia, donde se le dedicaban todos los días oraciones por su descanso. Una mañana que el caloyer hacía el servicio divino, se escuchó de golpe una especie de detonación en el ataúd. Lo abrieron, y se encontró el cuerpo disuelto, como debe ser aquel de un muerto enterrado desde hace diez años. Se tomó nota del momento en que se produjo el ruido, y era precisamente la hora en que la absolución acordada por el patriarca había sido firmada.

Los griegos y los turcos imaginan que los cadáveres de los brucolaques comen durante la noche, se pasean, hacen la digestión de lo que han comido, y se alimentan realmente. Ellos cuentan que al desenterrar estos vampiros los encuentran de color rosado, y que las venas están hinchadas por la cantidad de sangre que ellos han chupado; que cuando se abre su cuerpo, salen chorros de sangre tan fresca como la de un hombre con temperamento sanguíneo. Esta opinión popular se ha extendido en forma tan general, que todo el mundo cuenta historias relacionadas.

La costumbre de quemar los cuerpos de los vampiros es muy antigua en gran parte de otros países. Guillermo de Neubrige, que vivió en el siglo XII, cuenta {véase Guillermo Neubrig, Rerum anglicarum, libro V, cap. XXII} que en su época se vio en Inglaterra, en el territorio de Buckingham, un espectro que aparecía en cuerpo y alma, y que asustaba a su mujer y a sus parientes. Uno no podía defenderse de su amenaza mas que haciendo gran ruido cuando se acercaba. El se mostraba incluso en pleno día, a ciertas personas. El cura de Lincoln pidió al respecto su consejo, y él le dijo que situaciones similares se habían producido en Inglaterra, y que el único remedio que él conocía para este mal era quemar el cuerpo del espectro. Al cura no le pareció bueno este consejo, por ser muy cruel. El escribió una cédula de absolución, la que fue puesta sobre el cuerpo del difunto, el que se encontraba tan fresco como el día de su enterramiento, y desde entonces el fantasma no se mostró más. El mismo autor agrega que las apariciones de este tipo eran muy frecuentes en Inglaterra.

En cuanto a la opinión extendida en el Levante respecto a que los espectros se alimentan, está muy difundida durante siglos en otras regiones. Hace mucho tiempo que los alemanes están persuadidos que los muertos mastican como los chanchos en sus tumbas, y que es fácil escucharlos gruñir al masticar lo que ellos devoran. Phillipe Rherius, en el siglo XVII, y Michel Raufft, a principios del siglo XVIII, han publicado tratados sobre los muertos que comen en sus sepulcros {De masticatione mortuorum in tumulis}.

Después de haber hablado del convencimiento que tienen los alemanes, en el sentido de que hay muertos que se comen su ropa, y todo lo que está a su alcance, incluso su propia carne, estos escritores hacen notar que en algunas partes de Alemania, para impedir que los muertos mastiquen, se les pone en su ataúd un terrón bajo el mentón, que además se les llena la boca con un pedazo de plata, y que otros les aprietan fuertemente la garganta con un pañuelo. Ellos citan a muertos que se han devorado a sí mismos en sus sepulcros.

Durante la noche que siguió a los funerales del conde Henri de Salm, se escuchó en la iglesia de la abadía de Haute-Seille, donde él había sido enterrado, gritos sordos, que los alemanes habrían sin duda tomado por el gruñido de una persona que mastica, y al día siguiente, al abrir la tumba del conde, se le encontró muerto pero dado vuelta, con la cara hacia abajo siendo que él había sido inhumado de espaldas, se le había enterrado vivo. Se debe atribuir a una causa similar la historia contada por Raufft de una mujer de Bohemia, que en 1345 comió en su fosa la mitad de su mortaja sepulcral.

En el último siglo, un pobre hombre que había sido inhumado precipitadamente en el cementerio, se escuchó durante la noche ruido en su tumba. Fue abierta al día siguiente, y se encontró que se había comido la carne de sus brazos. Este hombre, que había bebido aguardiente con exceso, había sido enterrado vivo.

Una señorita de Ausburgo cayó en tal letargo que se la creyó muerta. Su cuerpo fue puesto en una fosa profunda, sin cubrirla de tierra. Pronto se escuchó un ruido en la tumba, pero no se le prestó atención. Dos o tres años después, alguien de la misma familia murió, se abrió la tumba y se encontró el cuerpo de la señorita cerca de la piedra que cerraba la entrada, ella había en vano tratado de mover esa piedra, y no tenía dedos en la mano derecha, pues los había devorado de desesperación.

Felipoween
fuente


 
inicio