El cambio ganó en Ecuador
María Victoria Romero
APM
Una jornada de vigorosidad democrática se ha vivido en Ecuador este domingo. El mandato del pueblo ha sido depositado en las urnas y solo resta que los caminos nuevos para este país empiecen a ser transitados.
El presidente ecuatoriano Rafael Correa días previos a las elecciones había advertido que renunciaría si el No ganaba, seguro de la poca probabilidad de que ese prefacio se cumpliera. En un referéndum monitoreado por la Organización de Estados Americanos (OEA) y otras organizaciones internacionales, el “Sí” por la nueva constitución logró imponerse con más del 60 por ciento, sobre el 20 del “No”.
En efecto, semanas antes del triunfo del Sí, Rafael Correa había expresado que de no aprobarse la Constitución "tendría que regresar el Congreso", actualmente en receso, que pidió su destitución. Para el mandatario una eventual victoria del No habría significado que Ecuador se torne "ingobernable" y hubiera generado una inestabilidad "con consecuencias impredecibles". Asimismo, regresaría el Superintendente de Bancos y se tendrían que devolver los bienes incautados por la AGD (Agencia de Garantías de Depósitos)".
El triunfo de este domingo, coloca a Ecuador en la lista histórica de países pioneros en la desarticulación del modelo de desarrollo neoliberal.
Para Correa, la aprobación de la nueva Constitución significaba “la última oportunidad de un cambio pacífico en el Ecuador”. “Hay que decir sí al futuro, sin miedo, sin los miedos ancestrales a la sotana o a la venganza final de Lucifer", había manifestado en alusión a los pronunciamiento de la Conferencia Episcopal que en temas como el aborto, el matrimonio entre homosexuales y la educación recogidos en el texto constitucional “existían elementos irreconciliables con la fe católica”.
La campaña opositora estuvo orquestada por el alcalde socialcristiano de Guayaquil, James Nebot, promotor de la escisión en Ecuador y de esquemas neoliberales y no centralistas. Nebot había acusado a Correa de “dividir al país enfrentando a cristianos entre sí, ricos contra pobres, ciudades chicas con ciudades grandes” y de “desdolarizar la nación”.
Ahora habrá que esperar si se cumplen las amenazas de Nebot. Durante la campaña el alcalde había afirmado que de ganar el Si no volvería a candidatearse a la Alcaldía. Además, cargó sobre el presidente la responsabilidad si Guayaquil sigue los pasos de Santa Cruz de la Sierra, la provincia de Bolivia que encabeza los procesos separatistas de cinco departamentos orientales del país.
“La autonomía es unidad en la diversidad, y el separatismo es soberanía”, había dicho Nebot en su cierre de campaña en Guayaquil. En ese contexto, el sábado, Correa alertó sobre las intenciones maliciosas de la oligarquía que confunde el fortalecimiento del Estado con un supuesto "hiper-presidencialismo". Y en ese sentido, aseguró que la oposición no conforme con la derrota, buscaría desestabilizar el país, por eso solicitó a la OEA que legitimara su triunfo.
La Carta Magna contiene unas 30 disposiciones transitorias y 444 artículos, entre los que se encuentran aquellos vinculados con la soberanía territorial, los principios y derechos fundamentales de la función electoral, la propiedad, soberanía popular, alimentaria y económica.
Asimismo, el texto constitucional pone fin a la polémica presencia de fuerzas militares estadounidenses en suelo nacional, aceptada en 1999 por el entonces presidente ecuatoriano Hamid Mahuad. En ese orden, destierra el modelo neoliberal, abre las puertas al modelo social y solidario e invalida la presencia o instalación de bases extranjeras en el país. Correa ya había dado un primer paso al no renovar el convenio para que la base militar de Manta continúe operando en Ecuador.
Por otro lado, el documento incluye artículos relacionados con la defensa de la naturaleza, la seguridad alimentaria, el reconocimiento de la interculturalidad y plurinacionalidad; y se incorporan como idiomas oficiales al quichua (variedad del quechua que se habla en Ecuador) y al shuar.
En torno a los recursos naturales, se prohíbe su privatización, incluido el agua. Se promueve además la eliminación del latifundio y declara al Estado como dueño exclusivo de los recursos naturales.
En las elecciones de hoy, los ciudadanos ecuatorianos eligieron entre dos mundos, dos modelos de desarrollo económicos, social, político y ambiental diferentes. América Latina espera que con la institucionalidad que marcó la nueva carta magna, se establezca el comienzo de un posible cambio en las estructuras neoliberales y como señalara Rafael Correa se genere una "revolución ciudadana: un proceso radical, profundo y rápido de cambio”.
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2 Comentarios:
debo reconocer q la democracia se ha expresado, solo resta esperar y ver si todo lo q brilla es oro... abrazos capciosos !!!
Holaaaa Buho!
no hay que temerle a la democracia, hay que depurarla para que sea el mejor sistema político-social.
Lástima muchos que la toman como puente para eternizarse en los sillones del poder.
Un gran abrazo
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