Todo el horror de los siglos pasados y presentes en la larga y difícil historia del hombre es inexistente además para cada niño que nace y para cada joven que comienza a creer.
Cada esperanza de cada joven es nueva —felizmente—, porque el dolor no se sufre sino en carne propia. Esa cándida esperanza se va manchando, es cierto, deteriorando míseramente, convirtiéndose las más de las veces en un trapo sucio, que finalmente se arroja con asco.
Pero lo admirable es que el hombre siga luchando a pesar de todo y que, desilusionado o triste, cansado o enfermo, siga trazando caminos, arando la tierra, luchando contra los elementos y hasta creando obras de belleza en medio de un mundo bárbaro y hostil.
Esto debería bastar para probarnos que el mundo tiene algún misterioso sentido y para convencernos de que, aunque mortales y perversos, los hombres podemos alcanzar de algún modo la grandeza y la eternidad.
Y que, si es cierto que Satanás es el amo de la tierra, en alguna parte del cielo o en algún rincón de nuestro ser reside un Espíritu Divino que incesantemente lucha contra él, para levantarnos una y otra vez sobre el barro de nuestra desesperación.
Ernesto Sábato - Hombres y Engranajes
3 Comentarios:
Espero que tambien lo haya conmigo...!!!! si no, estoy fregaa!!!!
La divinidad nunca nos abandona, nos cobija para entender porque estamos acá; si caemos mil veces, mil veces nos levantará...
Holaa Gitana, pues la esperanza es eso, sostener el espíritu ante la adversidad :D naaaa nada de fregaaa seguro! :P
Un abrazo
Kaisser asi es, levantarnos mil veces! si no fuera por la esperanza qué depresión espiritual! no?
Un abrazo
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